por David Espinosa

En las últimas semanas el Partido Comunista y las organizaciones del Frente Amplio (RD, Comunes, Convergencia Social) salieron defendiendo dos medidas supuestamente muy importantes para combatir la crisis sanitaria, económica y social que afecta a la mayor parte de la población del país.

Esas medidas son dos Proyectos de Ley que están en discusión en el Congreso: el royalty minero y el impuesto a las grandes fortunas, proyectos encabezados por el Frente Amplio y el Partido Comunista.

La publicidad que hacen esos partidos sobre ambas medidas es impresionante, como si fuesen dos medidas casi revolucionarias. En este texto analizaremos principalmente el primer proyecto, del royalty minero. En un próximo texto discutiremos el impuesto a las grandes fortunas.

Royalty minero: ¿El Cobre para chile?

El Partido Comunista dice en sus redes sociales: “¡Basta de saqueos y corrupción de las mineras! Royalty ahora para que el cobre vuelva a ser el sueldo de Chile”. En otra publicación dicen: “El cobre es de Chile! Royalty minero ahora”. Ya Comunes publica: “Es momento de recuperar el cobre!”

¿Pero qué es el royalty? ¿Es verdad que establecer un royalty significa recuperar el cobre para Chile?

El royalty propuesto por el FA/PC a la gran minería (cobre y litio) es un impuesto de 3% sobre las ventas de las empresas privadas que explotan esos recursos.[1] Hoy los impuestos que se cobran son sobre las utilidades y no sobre el conjunto de las ventas. Según los dueños de las grandes mineras (transnacionales y grupo Luksic -Antofagasta Minerals-) los impuestos cobrados ya son del orden de casi 50% de las utilidades de las empresas.[2] Aumentar los impuestos significaría acabar con la competitividad de esas empresas. Por otro lado, varios estudios demuestran, de forma mucho más detallada, que los impuestos que existen en la Ley, además de ser insuficientes, no son respetados por las grandes mineras, que utilizan diversas formas para burlar el pago de impuestos (evasión). Como los impuestos existentes son todos sobre las utilidades, las empresas disfrazan sus utilidades como pagos de deudas para sí mismas (a sus matrices), reinversiones ficticias o aumentando superficialmente los precios de productos y servicios comprados por otras empresas relacionadas. Eso hace que la declaración de utilidades sea mucho menor de lo que perciben realmente. Y aún así, las empresas tienen beneficios tributarios y terminan pagando menos de lo que deberían.[3]

Uno de los principales estudios elaborados en la última década sobre el saqueo de las empresas mineras apareció en 2016.[4] En ese estudio, los economistas encargados de la investigación apuntan que entre 2005 y 2014 fueron regalados alrededor de 120 mil millones de dólares a las grandes mineras privadas, o sea, ¡12 mil millones al año (el monto anual es equivalente al presupuesto actual del Ministerio de Salud)! Eso descontando lo que sería la rentabilidad considerada “justa” para esas inversiones, de 12%. Para que se tenga una idea, para que tuviésemos educación pública totalmente estatal (en todos los niveles) necesitaríamos aproximadamente 5 mil millones de dólares al año. Con esas cifras no es difícil entender cómo la familia Luksic, por ejemplo, acumula una fortuna tan grande. Eso para no hablar de la enorme cantidad de recursos que termina en las manos de los grandes accionistas extranjeros, que con suerte saben dónde queda nuestro país en el mapa.

Otro estudio, que va en el mismo sentido, realizado por investigadores de la Universidad Católica del Norte, de Antofagasta, demuestra que incluso cobrando un royalty de 15% a la gran minería privada esas empresas seguirían siendo rentables para sus dueños.[5]

En el propio debate que se inició en el Congreso sobre el proyecto fueron invitados varios economistas del mundo académico, como Ramón López y Gino Sturla, que están muy lejos de ser comunistas. Ellos demuestran claramente que sería posible aprobar un royalty de 20% o 30% sin que las empresas dejaran de ser rentables.[6]

Nuestra riqueza está siendo literalmente regalada. Eduardo Galeano, en su libro Las venas abiertas de América Latina decía que con la cantidad de plata que se sacó en tres siglos de explotación de las minas de Potosí (hoy Bolivia) se podría haber construido un puente entre América Latina y Europa. La Europa que conocemos hoy, continente desarrollado y muchas veces utilizado como ejemplo, fue construida con base en el saqueo de América Latina y África. Hoy la situación no es muy distinta. ¿Cuántos puentes a Estados Unidos podríamos construir con las millones de toneladas de cobre que nos fueron robadas en las últimas décadas?

El saqueo de nuestros recursos naturales ya es reconocido públicamente. Hasta esos partidos, como PC y FA reconocen el saqueo. Y su gran medida es… proponer un impuesto de 3%!! ¡Y presentan eso como una medida para recuperar el cobre! Sería cómico si no fuera trágico. En buen chileno, son unos “carerajas”.

Ramón López, profesor de economía de la Universidad de Chile, en su presentación a la Cámara de Diputados, hace una estimación que con la libra de cobre a 4 dólares (el mejor de los casos) se recaudaría aproximadamente mil millones de dólares adicionales de la gran minería privada con el royalty de 3%. O sea, si tomamos los datos históricos seguiríamos regalando más o menos 11 mil millones de dólares anualmente a las grandes mineras, 10 veces más de lo que se recaudaría con royalty! Esa es la gran propuesta de los diputados de la izquierda reformista para “recuperar el cobre”. Es una burla.

Expropiación de las grandes mineras: el Cobre para Chile

Desde el Movimiento Internacional de Trabajadores y del boletín La Voz del Minero planteamos que el cobre, el litio y los demás recursos naturales deben ser totalmente estatizados y todas las minas, fundiciones y refinerías deben ser puestas bajo control obrero y popular.

El cobre es el principal recurso natural y económico del país. Controlar la riqueza generada con su explotación es una condición básica para nuestra soberanía. Es una condición básica para solucionar los problemas que tanto afligen a la mayoría de la clase trabajadora. La estatización con control obrero y popular (de la población organizada) permitiría discutir no solo hacia dónde van esos recursos, sino también las condiciones ecológicas de su explotación. Podríamos explotar el cobre de manera mucho más racional, sin destruir el medioambiente, la salud de los mineros y sin contaminar las poblaciones que viven cerca de las minas. Podríamos también financiar cuarentenas reales con sueldo universal asegurado de 600.000 pesos, doblar la cantidad de TENS y profesionales en hospitales y consultorios para enfrentar la pandemia e incluso tener recursos para investigar y desarrollar vacunas nacionales contra el Covid en laboratorios públicos.

Para hacer eso debemos expropiar a las grandes mineras de cobre, litio y otros recursos naturales. Hoy la mayoría de los recursos naturales están en manos de grandes transnacionales y empresas que pertenecen a las familias más ricas del país (SQM -litio-, del ex yerno de Pinochet, Julio Ponce Lerou, CAP -hierro- de Roberto Andraca).

El Partido Comunista y el Frente Amplio cumplen actualmente un papel nefasto, de pata izquierda del gran empresariado. Al no tener ninguna perspectiva de luchar contra el sistema actual, se limitan a ingresar proyectos de ley que puedan ser negociados o aprobados en un Parlamento totalmente controlado por partidos políticos de las 10 familias más ricas del país y las transnacionales. El centro de su política es presionar a través de la institucionalidad, sin cuestionar que esa misma institucionalidad está bajo control de los grandes empresarios. Quieren convencer a los grandes capitalistas a dar algunas migajas al pueblo para que el país no vuelva a explotar en sus caras. Esas organizaciones son tan peligrosas para la clase trabajadora como lo es la derecha, ya que se disfrazan de organizaciones a favor del pueblo para garantizar la mantención del capitalismo y del saqueo de nuestro país. Eso queda evidente en los documentos del último Congreso del Partido Comunista, dónde escriben elocuentes frases sobre un país democrático, plurinacional, ecológico, feminista y un largo etc., pero no dicen una linea sobre cómo van a recuperar las riquezas que nos saquean las 10 familias y las transnacionales.[7] Lo mismo expresa el Frente Amplio a través de sus candidaturas a la Constituyente.

 No, un royalty minero no es recuperar el cobre para Chile. Recuperar el cobre es renacionalizarlo bajo control de la clase trabajadora organizada.

Los trabajadores y trabajadoras no podemos dejarnos engañar. No habrá grandes transformaciones en nuestro país si las principales fuentes de riqueza -grandes empresas, puertos, minas, bancos- no están en las manos de los trabajadores. Y esta discusión no es para mañana, es para hoy. Los miles de luchadores y luchadoras sociales que se están organizando por todo el país deben empezar a discutir este tema de forma profunda. Los mineros y mineras deben tomar la lucha por la estatización de los recursos naturales bajo control obrero y popular en sus manos.

La futura Constitución debe establecer el total control del Estado sobre las grandes minas del país, pero sólo esto no basta. Los trabajadores y trabajadoras debemos ser quienes las controlen. Y esas medidas sólo serán alcanzadas con nuestra organización y lucha, que debe tener como estrategia acabar con el Estado capitalista y construir un Estado de la clase trabajadora, con nuevas instituciones que sean basadas en una amplia democracia obrera y popular. El ejemplo de los cordones industriales en los años 70 debe guiarnos para construir ese futuro Estado dirigido por la clase trabajadora y el pueblo.


[1]     Aquí se puede encontrar el proyecto original y los debates realizados en las distintas comisiones de la Cámara de Diputados: Honorable Cámara de Diputadas y Diputados – Chile (camara.cl)

[2]     Diez mayores mineras privadas han pagado US$ 48.637 millones en impuestos y 11% de esa cifra corresponde a royalty | CHILE MINERÍA (chilemineria.cl)

[3]     Para los que quieran entender mejor, dejamos un reportaje de Ciper. Este artículo es de 2011, pero la realidad sigue siendo exactamente la misma 10 años después: Los enormes beneficios tributarios a los que acceden las empresas mineras en Chile – CIPER Chile. Una de las aberraciones del sistema tributario chileno es el FUT (Fondo de Utilidades Tributables), dónde los empresarios -como personas- descuentan su pago de impuestos al impuesto de las empresas. Así, terminan sin pagar impuestos a la renta.

[4]     El Departamento de Economía de la Universidad de Chile (uchile.cl) 

[5]     Tasas óptimas para el Impuesto a la Minería del Cobre en Chile (conicyt.cl)

[6]     https://www.camara.cl/verDoc.aspx?prmID=23413&prmTIPO=INFORMEPLEY / Como-Captar.pdf (uchile.cl)

[7] [Documento y Video] Informe político al XXVI congreso nacional del Partido Comunista de Chile – PC CHILE

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