El siguiente, es el relato de una compañera nuestra, trabajadora de supermercados Líder

“Los trabajadores de Walmart atraviesan una situación que no es muy diferente a la del resto de los trabajadores del país. El origen del contexto actual se ubica hace más de un año, cuando comienza el estallido social en Octubre 2019. La empresa presenta una reestructuración laboral acompañada de la polifuncionalidad y automatización, que sólo han significado precarización laboral, bajo la forma de despidos, retiros voluntarios y contrataciones nuevas en las que ya se impone como condición la polifuncionalidad, que en el fondo no es más que mano de obra barata. Muchas veces las nuevas contrataciones no llegan a los 6 meses y no alcanzan a llegar a la renovación que permitiría pasar a contrato indefinido. La empresa usa esta modalidad para superexplotar a los trabajadores nuevos, por 6 meses y luego los despide, sin generar ninguna condición de estabilidad para quienes empiezan a trabajar en Walmart. Nos damos cuenta de que así, hoy tenemos dos sectores de trabajadores en la misma empresa, uno de primera y otro de segunda categoría. Incluso, quienes tenemos cierta antigüedad con nuestros contratos antiguos, estamos a un paso de perder esa condición, por la acción negligente de las federaciones sindicales al interior de la empresa, las que han aceptado las nuevas condiciones.

Solapadamente, han dejado a la deriva a los trabajadores, al decir que cada trabajador puede decidir libremente si acepta las nuevas condiciones impuestas por la empresa o no, y todos sabemos que eso significa el despido: trabajador que no acepta las condiciones de polifuncionalidad es despedido. Frente a esta vendida de los burócratas, la crisis se ha ido profundizando, con posibilidad real de despido para otros 3 mil trabajadores.

En cuanto al manejo de la crisis sanitaria por parte de la empresa, los protocolos de seguridad se flexibilizan cada día más: frente a los contagios de trabajadores ya no se cierran los locales para reducir el contacto, sólo importa el cumplimiento de las metas de venta, y eso es lo que se refuerza todos los días en las reuniones de apertura de locales. Cuando un trabajador se contagia, todo lo que hace Walmart es entregarle una caja con mercadería. Eso vale la vida del trabajador para la empresa. No me asombra llegar a esa conclusión, pero sirve para comentar que así de real es.

Para todos aquellos que hemos continuado trabajando durante la pandemia, desde el año pasado, lo único que hemos conseguido fue un bono único de $60.000, después de muchas reuniones con la empresa, y un día libre, para nosotros que seríamos la “primera línea” que abastece a la comunidad; sin considerar que estamos permanente expuestos. Somos los propios trabajadores los que tenemos que vigilar que se cumplan los protocolos sanitarios comprometidos, el aforo de clientes, la exigencia de salvoconductos, tomar la temperatura al ingreso a los locales.

Producto de los contagios por covid, ya durante marzo tuvimos un 30% de licencias, más de 40% de los trabajadores con permisos especiales por tener alguna condición crónica. Es decir, el resto, ese 30% somos los que estamos sacando la pega y permitiendo el funcionamiento de los locales. Hace unos días, el sindicato de mi local pidió contratación de más personal y la empresa respondió con nuevos subcontratos, que abaratan sus costos.

Así la situación de los trabajadores no depende sólo de la empresa sino también de la complicidad de la burocracia sindical de las grandes federaciones. Ellos, junto al empresariado, actúan de forma criminal.”

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