El gobierno de Allende fue la culminación de un inmenso ascenso en la organización política de la clase obrera. Las organizaciones sindicales, campesinas y populares venían de grandes manifestaciones y luchas sociales.

por Rodrigo Mancilla


Una situación revolucionaria

El programa de Allende representaba varias aspiraciones de los trabajadores. Así, presionado por las crecientes movilizaciones, tomó medidas que, aunque limitadas, comenzaron a causar disconformidad en los sectores más conservadores de la clase empresarial, la cúpula de las FFAA y el propio Gobierno norteamericano.

Allende nacionalizó el cobre, previo pago de indemnización a las empresas, otras empresas también pasaron al área social. Sin embargo, las luchas no cesaban, los obreros exigían la expropiación de más empresas, e iniciaron la construcción de los cordones industriales, comenzando a tener embriones de autogobernación.

El gobierno de Allende se demostraba incapaz de contener este ascenso obrero y, el gobierno norteamericano viendo la amenaza de ese ascenso, se dispuso a jugar su siguiente carta: el golpe fascista.

El golpe

El 29 de junio de 1973, se da un primer intento de golpe militar, conocido como el “tancazo”.

Sin embargo, en lugar de apoyarse en las luchas y reprimir duramente a los golpistas, Allende aplicó una política conciliadora y predicó la confianza en la alta jerarquía de las FFAA. En el marco de esta política, nombró a Augusto Pinochet como Comandante del ejército. El Gobierno, en un afán desesperado de ganar la confianza de los sectores conservadores, ordenó reprimir duramente a sectores de base de las FF.AA que eran contrarios al golpe. Al mismo tiempo, a pedido del empresariado, autorizó la intervención de muchas fábricas de los cordones industriales para desarmar a los obreros.

Por su parte, el Partido Comunista, luego del primer intento golpista, cuando se debía aplastar las intenciones fascistas, proponía: “después del tancazo…¿por qué no el dialogazo?”. Increíble, pero trágicamente cierto.

Luego, estos hechos, abrieron paso a que la tragedia del Golpe de Estado pasara fácilmente.

Lecciones de la Unidad Popular (UP)

1. Un gobierno de colaboración de clases como el de Allende, que intente conciliar con poderosos, es incapaz, no sólo de llevar adelante cambios estructurales en lo económico, sino tan siquiera de garantizar medidas de carácter democrático o de oponerse consecuentemente a sectores golpistas.

2. Una muy importante lección, es que no existe “vía pacífica” al socialismo, es decir a un gobierno de los trabajadores. Hoy la experiencia de la UP nos reafirma que: los empresarios jamás serán democráticos, solo aparentan serlo mientras su democracia no cuestiona sus privilegios y mantiene la explotación. El socialismo se logrará con una revolución, sin confianza en sectores empresariales y sus gobiernos. No se logrará un gobierno de los trabajadores a través de las elecciones presidenciales de los ricos.

3. Urge ubicar estos aprendizajes en la actualidad, donde encontramos al Frente Amplio, que se postula como una alternativa nueva, sin embargo tienen propuestas mucho más conciliadoras con los empresarios que Allende, por ejemplo, ni siquiera plantea renacionalización del cobre, solo un aumento de impuestos a empresas. El Frente Amplio también postula que a través de las elecciones, votándolos a ellos, se pueden venir grandes cambios, es decir, también reivindican la “vía pacífica” pero no al socialismo, sino a propuestas mucho menores. Con la UP no se logró llegar al socialismo y, aun así hubo un golpe de Estado debido al avance de lucha y exigencias de trabajadores, hoy incluso para luchar contra las AFPs, tendremos que dar una fuerte pelea centralmente en las calles, conquistando un gobierno de los trabajadores, porque los empresarios no cederán y, eso no lo plantea el Frente Amplio.

4. ¿Qué hizo falta en Chile para que un gran proceso de ascenso y movilización de masas avanzara hacia la revolución socialista?

Faltó un partido revolucionario que defendiese un programa o propuestas de transición para que la movilización de masas avanzara desde la lucha por sus reivindicaciones más sentidas hacia la toma del poder por la clase obrera y el pueblo. Tal como hicieron los bolcheviques con Lenin y Trotsky, en la revolución Rusia de 1917. Hoy desde el MIT, queremos construir ese partido revolucionario, e invitamos a todos los trabajadores y luchadores a construirlo con nosotros.

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