A continuación presentamos la plataforma política del Movimiento Internacional de Trabajadores -MIT- de cara al Proceso Constituyente. Esta plataforma es el programa político que defenderá la compañera María Rivera, quien lucha por poder presentar su candidatura como independiente por el distrito 8 de Santiago y además es el programa que queremos debatir con los activistas y demás candidatos independientes que sean verdaderas expresiones de nuestra lucha.
El 18 de Octubre comenzó una Revolución en Chile, como parte de las luchas contra el capitalismo a nivel mundial
El triunfo del Apruebo y el actual Proceso Constituyente fueron fruto de la explosión social que se inició el 18 de octubre. El pueblo se cansó de tanto abuso, explotación, desigualdad, injusticias y represión. Se cansó de un país privatizado dónde todo está al servicio de algunas pocas familias y transnacionales, que nos roban nuestros recursos naturales y la mayor parte de la riqueza producida por el pueblo chileno, mapuche e inmigrante.
El descontento del pueblo chileno no es una particularidad en el mundo. La decadencia del modelo económico actual se ve a nivel mundial. Día a día el capitalismo, un sistema basado en la explotación y acumulación de riquezas en las manos de una minoría privilegiada va mostrando que no puede siquiera garantizar la vida de la humanidad. Esto se ha visto con la destrucción de miles de vidas por la incapacidad de lidiar con la pandemia, la crisis económica que es producida por el propio sistema, la destrucción del planeta con la crisis medioambiental que han producido (donde solo 100 empresas son responsables de la emisión del 71% de gases de efecto invernadero) y, la miseria de millones de personas. Es por eso que la revolución chilena que se inició en 2019 se enmarca en un contexto de enormes movilizaciones en El Líbano, Irak, Estados Unidos, Nigeria, Hong Kong y muchos otros países.
La crisis capitalista se instala -con distintas proporciones- en países que se tildan de “democráticos” como EEUU y en países donde vemos dictaduras como en Venezuela. Sean bajo gobiernos de “izquierda” o de derecha. Es que esa “democracia” ha demostrado ser útil solo para engañar a la clase trabajadora con promesas de cambio a través del parlamento o leyes, parlamento financiado por grandes empresas. Nos dicen que la vida cambia si vamos a votar, pero un sistema basado en una votación que es cada 4 o 6 años y que está bajo las normas de los empresarios no es una democracia al servicio de la mayoría de los trabajadores/as y la juventud. En los lugares de trabajo vivimos la cotidiana “dictadura” de los patrones y cuando salimos a las calles a luchar por cambios nos tiran la policía y el Ejército encima.
De fondo, toda esa situación explotó en nuestro país el 18 de octubre, y hoy, poco más de un año después, nuestra mayor conquista es que la clase trabajadora y la juventud perdimos el miedo, volvimos a organizarnos en los territorios, colectivos, brigadas. Millones despertaron para la lucha y organización. Sin embargo, no hemos conquistado ninguno de los grandes cambios que queremos. Ya tuvimos más de 40 asesinados en esta batalla, muchos perdieron sus ojos, otros centenares más fueron torturados. Los de arriba nos temen, pero todavía tienen el poder para sostener su sistema capitalista. Para no perder los dedos, entregaron los anillos. Utilizaron todos sus partidos y organizaciones para negociar el “Acuerdo por la Paz” y abrir un Proceso Constituyente tramposo.
Los ricos y los políticos quieren sacarnos de las calles con el Proceso Constituyente y sus múltiples trampas
El Proceso Constituyente es un intento de los grandes empresarios, las transnacionales y todos los partidos del régimen -desde la UDI al Frente Amplio (FA) y Partido Comunista (PC)- de canalizar la crisis hacia la “democracia” controlada por ellos, con sus mismos partidos. El PC, si bien no firmó el Acuerdo por la Paz, es cómplice del gobierno al no llamar a derrumbarlo por la fuerza de la movilización. La CUT, Federaciones, Sindicatos y otras organizaciones dirigidas por el PC han desmovilizado a los trabajadores para subirse al Proceso Constituyente. Los partidos de la derecha y de la llamada “izquierda” (PC/FA) hasta ahora han salvado el gobierno de Piñera.
El Proceso Constituyente está lleno de trampas para dificultar cualquier cambio real en la Constitución. El proceso electoral dificulta mucho la candidatura y elección de candidatos independientes; no se pueden cambiar los Tratados de Libre Comercio que mantienen nuestra economía totalmente dependiente y subordinada a las grandes transnacionales y naciones imperialistas, mientras sus empresas siguen destruyendo el medioambiente e imponiendo en Chile varias zonas de sacrificio en donde enferman y llevan a la muerte a la clase trabajadora; la futura “Convención Constitucional” no tendrá el poder de sacar el gobierno; el quórum de ⅔ hace muy difícil la transformación de la Constitución, etc. Eso, sin contar que desde el triunfo del “Apruebo” los grandes empresarios han dejado un claro mensaje de que este Proceso Constituyente no debe tocar la “propiedad privada” (es decir sus empresas) y que se debe condenar audazmente la “violencia” de los grupos de primera línea. Todos esos mecanismos son trabas para impedir el cambio real de nuestra sociedad.
Además de todas las trabas, el poder estatal sigue siendo controlado por las grandes familias de la burguesía chilena (Luksic, Matte, Angelini, Piñera, Edwards, Paulmann, etc.) asociadas al capital internacional (Bancos, mineras, salmoneras, AFPs). La burguesía nacional e internacional tienen en sus manos las Fuerzas Armadas, el sistema judicial, el Parlamento, los grandes medios de comunicación. Mientras el poder siga en sus manos, siempre tendrán la opción de utilizar la fuerza para cerrar cualquier intento de cambio, como ya lo están haciendo y como hicieron de forma brutal en 1973.
Pese a todo eso, las grandes masas de trabajadores/as y jóvenes tienen expectativas en el Proceso Constituyente y votaron Apruebo y Convención Constitucional, ya que rechazan la participación de parlamentarios en la futura Convención Constitucional.
Necesitamos un camino para conquistar todas las demandas del pueblo
Si bien el Proceso Constituyente nos abre la posibilidad de discutir el país que queremos, ese país no lo vamos a conquistar por la Convención Constitucional. Tenemos que avanzar en nuestra organización para imponer los cambios que necesitamos a través de la revolución y la toma del poder por los trabajadores/as. Para ello necesitamos avanzar en que las asambleas territoriales y organizaciones obreras se articulen a nivel regional para ir caminando a un Encuentro nacional de las asambleas territoriales, de delegados obreros, trabajadores, de sindicatos, de organizaciones de mujeres y sectores oprimidos. Un encuentro para definir un plan de lucha que avance a una Huelga General que paralice toda la producción para poner en jaque a los de arriba, una huelga que combinada con las protestas en las poblaciones supere la jornada del 12 de noviembre del 2019. Esto, para imponer en las calles un proyecto político que vaya adquiriendo el siguiente programa:
¡Fuera Piñera! ¡Libertad a los presos políticos! ¡Justicia para nuestros mártires!
- Piñera y todo su gobierno debe ser obligado a renunciar por la fuerza de la movilización de las masas. Tenemos que construir una movilización más fuerte que la del 12 de noviembre de 2019, dónde el gobierno y el régimen temblaron. Eso pasa por la necesidad de una gran Huelga General y una protesta en todo el territorio chileno y Wallmapu.
- Exigimos libertad inmediata a todos los presos políticos y desprocesamiento de ellos y todos los luchadores criminalizados. Es necesario defender, fortalecer y ampliar la primera línea vinculándola a sectores organizados del movimiento obrero y en los territorios, para así también garantizar nuestra autodefensa de forma colectiva.
- Exigimos Juicio, castigo y reparación para todas las víctimas de violaciones a los DDHH, torturados, familiares de asesinados, personas con ojos mutilados, etc. Piñera, Mario Rozas y Chadwick merecen ir a la cárcel por tal situación.
¡Salario y derechos para la clase obrera y el pueblo mapuche!
- Debemos desarrollar un plan de emergencia para acabar con la miseria y la pobreza en el país. Ese plan pasa por el aumento del sueldo mínimo a 600 mil pesos mensuales, reajustable al IPC; un agresivo plan de construcción de viviendas sociales, no podemos permitir que 18 mil personas estén viviendo en la calle, debemos avanzar a expropiar a grandes edificios e inmobiliarias que solo hacen negocios con el derecho a la vivienda; por un plan de combate a la hambruna y a la violencia contra los sectores oprimidos: las mujeres, la discriminación hacia los inmigrantes y la población LGBTI.
- Luchar por recuperar todos nuestros fondos de las AFP, para eso debemos terminar YA con ellas, por un sistema solidario y de reparto donde los fondos sean controlados por las y los trabajadores.
- Fin al actual Código Laboral, al Subcontrato y garantizar todos derechos a la clase trabajadora. Por el derecho a huelga y negociación por rama. Por un nuevo código del trabajo que sea para trabajadores públicos y privados, sin discriminación. Queremos acabar con la explotación.
- Debemos luchar chilenos, inmigrantes y mapuches para que el Wallmapu sea liberado, por la defensa del pueblo mapuche, las tierras mapuches devueltas y que el pueblo mapuche tenga el derecho de decidir si quiere o no seguir perteneciendo al Estado chileno. Para eso hay que dar una fuerte lucha contra las forestales y contra los grandes empresarios Matte y Angellini.
- Por el fin al monopolio del mar, fin a la ley de pesca que concentra las riquezas del mar en 7 familias del gran empresariado: Angelini, Lecaros, Stengel, Fernández, Sarkis, Yaconi y Santa Cruz. Por el derecho a la pesca artesanal.
- Fin al TAG. Carreteras libres
- La educación y la salud deben ser totalmente públicas, gratuitas y estatales. Queremos acabar con el negocio de las clínicas privadas y centros de atención, y con el negocio de las universidades y colegios privados.
- En definitiva queremos recuperar TODO lo que nos han saqueado por más de 30 años, expropiar sin indemnización el patrimonio de las 10 familias más ricas y ladronas de este país: Luksic, Piñera, Ponce Lerou, Angelini, Matte, Paulmann, etc. Vamos por la nacionalización de todas las grandes empresas estratégicas del país bajo control obrero: cobre, frutas, litio, salmón, energía, transportes, agua, etc. Que esas riquezas producidas sean para financiar las necesidades de la humanidad y no el bolsillo de un puñado de parásitos. Hay que acabar con la propiedad privada, que la producción y propiedad sea socializada y controlada por el conjunto de la clase trabajadora.
¡La clase trabajadora al poder!
- Para conquistar lo anterior debemos fortalecer la organización y coordinación de los territorios a través de las asambleas territoriales. Debemos luchar también por reconstruir los sindicatos y organizaciones en las empresas, sacar la casta burocrática que hoy dirige la mayoría de los sindicatos y hacer que los sindicatos, Federaciones, Confederaciones y Centrales Sindicales se transformen en herramientas de lucha y organización de la clase trabajadora en sus lugares de trabajo.
- Debemos luchar por una Asamblea Constituyente libre y soberana, mucho más democrática, sin las restricciones impuestas en el actual Proceso Constituyente.
- Pero debemos tener la claridad que no ha servido intentar reformar o mejorar este sistema capitalista, y cuando se logran conquistas o reformas luego son nuevamente amenazadas por los gobiernos y la clase empresarial, como ocurre hoy con la amenaza de eliminar el derecho a aborto en Polonia. Por eso, incluso para conquistar todas las reformas y mantenerlas en el tiempo, como el fin de las AFPs, garantizar la educación como un derecho, etc, debemos tener claro que lo central es acabar con este sistema capitalista que sostiene ante todo la fortuna de un puñado de superricos a nivel mundial. Ninguna Asamblea Constituyente bajo el poder de los empresarios, es decir sin que el pueblo trabajador tenga el poder, podrá garantizar los derechos que estamos exigiendo.
- Por eso, toda la lucha debe tener como perspectiva que la clase trabajadora sea la que tome el poder en sus manos y que gobierne a través de sus organismos creados en ese proceso. El camino es la revolución socialista y no las elecciones presidenciales o parlamentarias o de alcaldes, ni siquiera de constituyentes bajo las normas de los ricos. En los años 70 tuvimos embriones de poder obrero como los cordones industriales. Hoy nuestra autoorganización es mucho más inicial y pasa por el surgimiento de asambleas y cordones territoriales, debemos profundizar esa organización y avanzar en las organizaciones obreras, sindicatos y demás organizaciones por lugar de trabajo.
Derecho a la autodefensa
- Defendemos el derecho de los trabajadores y juventud a defenderse de las Fuerzas represivas. Las actuales Fuerzas Armadas y Carabineros son aparatos de represión al servicio de los grandes empresarios y de las transnacionales. El pueblo debe tener el derecho a armarse para defenderse. Emplazamos a la tropa de las FFAA y Carabineros a que rompan con sus instituciones y pongan sus armas al servicio del pueblo trabajador.
Defendemos el verdadero Socialismo
- Defendemos una sociedad distinta al capitalismo, una sociedad socialista, donde toda la producción y repartición de la riqueza producida sea controlada y administrada por los trabajadores y trabajadoras de Chile y el mundo. Hoy no hay ningún país en el mundo que sea verdaderamente socialista. Cuba y China ya fueron Estados obreros, fruto de revoluciones, pero hoy ya son países completamente capitalistas, gobernados por dictaduras de los propios Partidos Comunistas, que se degeneraron completamente en los últimos 60 años y se convirtieron en empresarios parásitos millonarios. Venezuela ni con Chávez a la cabeza pasó cerca de ser socialista ni un Estado obrero. Hoy con Maduro vemos la total degeneración de la casta militar que tomó el poder en el país y lo principal que hace es disputar con la burguesía tradicional y Estados Unidos el control de las principales empresas y riquezas. El pueblo venezolano vive en la miseria y pasa hambre, un enorme sector de la juventud ha sido obligada a abandonar el país, mientras el empresariado chavista sigue con cuentas multimillonarias, cuyo ejemplo más visible es la figura de Diosdado Cabello.
- El socialismo que defendemos es un socialismo mundial donde los trabajadores organizados sean los que discutan y decidan sobre todo, donde exista planificación de la economía a nivel nacional para priorizar inversión en salud, vivienda, educación, trabajo, etc, donde la propiedad sea del conjunto de la clase obrera y controlada a través de sus organismos. Todo eso hoy no existe en algún país del mundo.
- Hoy no hay ningún partido que defienda este programa, que lleve hasta el final los anhelos del pueblo trabajador. Ni el PC ni el FA quieren cambiar a fondo la situación de nuestro país, lo que quieren es seguir administrando el sistema capitalista. Los partidos como el PH u otros legalizados por fuera y a la izquierda del FA para este proceso constituyente, que creen y difunden la idea de que centralmente la vía parlamentaria o electoral nos permitirá lograr los cambios también llevan a una trampa o a un callejón sin salida a la clase trabajadora. Por eso, creemos que es necesario construir un partido revolucionario a escala internacional que organice y dirija a los trabajadores hacia la toma del poder. Las masas trabajadoras hacen revoluciones y estallan en lucha, Chile, El Líbano, Hong Kong y otros países son muestra de ello, lo que principalmente falta es una organización política revolucionaria que encauce esas luchas. El MIT está al servicio de construir ese proyecto de organización y llamamos a todos los activistas y luchadores a construir este proyecto con nosotros.
Un programa para las Asambleas Territoriales, la Clase Trabajadora y la Primera Línea. María Rivera Constituyente
Con ese programa, queremos impulsar esta plataforma con activistas de la clase trabajadora, las asambleas territoriales, de la primera línea y demás organizaciones sociales. Queremos ver que de estos espacios en este nuevo momento político surjan candidaturas para el Proceso Constituyente, en particular de los sectores más empobrecidos y del movimiento obrero, pues lo más importante es llegar con este programa a los sectores más explotados de nuestra clase con este mensaje de lucha. Los profesionales y académicos pueden ser un buen aporte a esta plataforma, pero no son prioridad, pues lo principal es que sea una plataforma de los sectores más pauperizados de nuestra clase.
Exigimos al gobierno y a los parlamentarios que se garanticen todas las condiciones para facilitar las candidaturas de todas y todos quienes hemos luchado y estamos por fuera de los partidos tradicionales y legales. Defendemos el derecho a voto y a candidatura a los jóvenes desde 14 años, y el derecho a ser candidatos a los dirigentes sindicales. Si esto no se logra, llamamos que a activistas de asambleas territoriales, sectores obreros, brigadas y colectivos a que hagamos una fuerte exigencia a los partidos legales que se dicen defensores de la lucha (PC,PH,FA,PTR) a que abran sus cupos a los movimientos sociales sin exigencias político-programáticas ni financieras.
Desde el punto de vista del MIT creemos que la síntesis del programa que se expuso anteriormente representa los anhelos y necesidades de nuestro movimiento y, para difundir ese programa revolucionario y de lucha postulamos la candidatura revolucionaria de la compañera y dirigente del MIT, María Rivera, abogada de la Defensa Popular. María desde joven fue activista, en sus inicios como secundaria en el Frente de Estudiantes Revolucionarios (FER), ligado al MIR. Ya en 1980 fue presa por la CNI (Central nacional de Informaciones), el servicio de inteligencia del dictador Pinochet, por lo cual estuvo en el cuartel Borgoño, uno de los mayores centros de detención y tortura de la dictadura, del cual la compañera es sobreviviente. Con esa experiencia y luego de volver a Chile tras haber sido exiliada, la compañera se torna una activista por los derechos humanos, y hoy es coordinadora de la Defensa Popular, organización que tiene como objetivo la defensa de los que luchan y que ha liberado a muchos presos políticos desde antes y después del estallido social. Por toda esta situación y por haber estado representando al MIT viernes tras viernes en Plaza Dignidad tras haber comenzado la revolución, María fue amenazada de muerte y perseguida en varias ocasiones. Con esta propuesta de María no se presenta un proyecto individual, sino un proyecto colectivo que acaba de ser descrito en los ejes anteriores y que la compañera será una de las caras públicas para defenderlo. El principal objetivo de nuestra candidatura es: impulsar, desde la tribuna que nos abre el Proceso Constituyente, la lucha y organización de la clase trabajadora y la juventud; demostrar los límites y lo tramposo de este Proceso, los engaños de los partidos políticos del régimen; y así poder seguir avanzando en esta revolución y en la construcción de una organización política revolucionaria que encauce nuestra lucha a un verdadero triunfo, porque la humanidad merece un futuro mejor, no merece un sistema de decadencia, hambre y miseria.
Movimiento Internacional de Trabajadores, MIT
Noviembre de 2020