Estos días se vivieron una serie de protestas en todo Chile, si bien no fueron masivas, fueron en varios puntos y son muestra de que la revolución sigue abierta en nuestro país.

Masivas protestas contra la dictadura militar de Pinochet. La crueldad del caso quemados.

El 2 y 3 de julio es una fecha no menor en cuanto a situaciones de vulneración a los derechos humanos, de 1986, como hitos en protestas masivas contra la dictadura de Augusto Pinochet, donde según interferencia, las marchas, los cacerolazos, las barricadas, el enfrentamiento con la policía y los militares se realizaron a lo largo de Chile, con protestas masivas, en los sectores populares, recibiendo una de la violencia de Estado más cruda de América Latina.

Movilizaciones que paralizaban el comercio, con fuerte participación de trabajadores de la educación y salud, del transporte, teniendo gran presencia Arica, Antofagasta, Valparaíso, Santiago, Temuco y Punta Arenas.

En relación al caso Quemados según interferencia, “Esa mañana del 2 de julio en el barrio de Los Nogales, en la comuna de Estación Central de Santiago, un pequeño grupo de personas estaba preparando una barricada con cinco neumáticos y un bidón de gasolina. El joven fotógrafo Rodrigo Rojas de Negri, quien trabajaba para una agencia internacional de noticias y cubría la paralización nacional, acompañó al grupo. Según los testigos los dos jóvenes fueron rociados con gasolina por los militares, tras lo cual les prendieron fuego. Estando en llamas, fueron envueltos en mantas por los miembros de la patrulla y cargados en el vehículo militar, para llevarlos a un camino aislado en las afueras de Santiago, donde fueron arrojados en una zanja de regadío. Un trabajador agrícola los encontró y tras varias horas de espera fueron llevados a la Posta Central para su atención”.

La jornada de protesta del 2 y 3 de julio 2020. Una breve fotografía.

Según cuenta de Instagram @no_.pasaran, el primer día de protestas de temprano, el ciudades de Talca, Chillan, Valdivia, la tónica fue cacerolazos y barricadas, en los casi 30 puntos que al menos se tuvo cobertura, con lienzos en calles y carreteras.

“Algunos de los territorios son Arica, Iquique, Alto Hospicio, Antofagasta, Copiapó, La Serena, Coquimbo, Valparaíso, Viña del Mar, San Felipe, Maipú, Renca, San Miguel, San Bernardo, La Pintana, El Bosque, La Florida, San Joaquín, Santiago Centro, Ñuñoa, Pedro Aguirre Cerda, Quinta Normal, Lo Prado, Cerro Navia, Independencia, Peñalolén, Huechuraba, Quilicura, Puente Alto, Melipilla, Conchalí, Estación Central, Recoleta, Rancagua, Coronel, Chillán, Talca, Chiguayante, Hualpén, Concepción, Valdivia”

Desde el sector de trabajadores que estuvo más dinámico fue los funcionarios de salud de algunos centros hospitalarios, que se manifestó a las afuera del Hospital Padre Hurtado, en el Hospital Barros Luco, en San José, “el pueblo no se vende en la calle, el pueblo la defiende”.

Según la cuenta de Instagram @funametro los territorios que se movilizaron exigiendo dignidad #Arica,  #Iquique,  #AltoHospicio,  #Antofagasta#Coquimbo#Valparaíso#Maipú#SanJoaquín#Renca#SanBernardo#LaPintana#Santiago#EstaciónCentral#Ñuñoa#PedroAguirreCerda#CerroNavia#QuintaNormal#Renca#Peñalolén#PuenteAlto#PadreHurtado#Melipilla#Chillán#Talca,

Según cuenta de Instagram @no_.pasaran, el viernes 3 de julio se desarrolló una jornada de protestas, cortes de rutas, lienzos, cacerolazos, barricadas y enfrentamientos con efectivos policiales. Existieron, según cuenta de redes sociales, referencias que se desarrollaron “protestas partieron temprano en Puente Alto y se extendieron por la tarde en El Bosque, Concepción y Cañete, para continuar en los sectores donde ya se había salido manifestarse este jueves, se sumaron Arica, Atacama, Antofagasta, Copiapó, Ovalle, La Serena, Valparaíso, San Felipe, Puente Alto, Estación Central, Cerro Navia, Peñalolén, La Granja, La Pintana, Maipú, Quinta Normal, Coronel, Chiguayante, Talcahuano, Concepción, Cañete, Temuco, Punta Arenas, entre otros”

La represión fue liderada por los efectivos policiales y militares, quienes en varios territorios fueron reprimiendo con disparos de perdigones y grandes cantidades de armas químicas, con drones de temprano, con una sospechosa muerte de joven de 21 años haitiano en Melipilla.

La masividad en las calles en diferentes sectores a nivel de todo Chile, que no es más que el proceso revolucionario abierto el 18 de octubre con, pese a todas vigilancias, controles policial y militar, sigue vivo. Se generaron enfrentamiento con efectivos policiales, teniendo una respuesta de brutalidad policial y represión.

La llama continúa encendida de lo iniciado el 18 de octubre

#EstallidoSocial2 no solo fue tendencia en twitter, sino estos dos días de manifestación del pueblo, evidencia que la llama continúa encendida, la jornada de protesta expresada este 2 y 3 de julio de este año, por un lado, manifiesta una continuidad con la memoria en repudio de uno de los casos más brutales de la dictadura militar, y la coordinación de los de abajo para actuar en simultáneo, de diversas expresiones, “viviremos, volveremos, venceremos”, “salud, pan, trabajo, techo, pensiones dignas, libertad a lxs presxs politicxs y mapuches, posnatal de emergencia ahora, entre otras consignas se multiplicaron en todo Chile.

Estas jornadas expresaron no solo sus históricas demandas, sino también que existe mucha rabia por las políticas negligentes y genocida de Piñera frente a la pandemia, poniendo en riesgo a los pobres y a la clase trabajadora, con los sectores populares. Las condiciones han empeorado este último tiempo con la crisis sanitaria del covid-19, la pandemia ha evidenciado el abandono a la salud pública, y las consecuencias brutales de los planes neoliberales, la cesantía, falta de ingresos, limitaciones y obstaculización en la búsqueda de trabajo, las jubilaciones de pobreza, la situación de pésimas condiciones carcelarias y de los presos políticos y mapuches, el hacinamiento que empuja el contagio en las comunas de las periferia de Santiago de Chile.

Hoy más que nunca sigue vigente la necesidad de recuperar los recursos estratégicos como el cobre, el litio, los puertos, las forestales, el petróleo, que hasta el día de hoy lo han saqueado convirtiéndose en tremendos empresarios, y por otro lado afectando en el sufrimiento de millones de habitantes.

Es necesario considerar que debemos superar el sufrimiento humano que nos ha llevado este capitalismo salvaje en Chile en su máxima expresión neoliberal, al privatizarlo todo, y dar paso a dar soluciones de las necesidades de las grandes mayorías, como jubilaciones dignas bajo un sistema público y tripartito, transporte, salud y educación gratuita y pública, bajo control de funcionarios y usuarios.

Estamos conscientes que, para responder realmente a resolver las demandas de la mayoría de la población, debemos afectar el capital de los ricos, en de los multimillonarios, en particular de quienes se apoderaron de las empresas del estado estratégicas. El financiamiento económico, deberá no solo afectar a las grandes fortunas, como también considerar el paso al Estado de los servicios domiciliarios, como el agua, la luz eléctrica, las compañías de telefonía, el gas, las inmobiliarias habitacionales, bajo gestión de trabajadores y el pueblo, que permita bajar los costos de los servicios domiciliarios y públicos, para poder tener un piso que, por un lado permita avanzar realmente en mejorar la calidad de vida de la gran mayoría de habitantes del país.

Desafíos para el futuro

En primer lugar debemos rechazar masivamente la represión de Piñera y todas las medidas antidemocráticas que viene tomando. El hambre y la crisis sanitaria no se puede encarcelar ni asesinar. Debe haber una respuesta unificada contra la represión.

Por otra parte, como vimos es cierto que las manifestaciones siguen existiendo, la revolución no está derrotada, pero aún nos falta mucho más para poder hacer que este proceso obtenga triunfos importantes. Si bien las manifestaciones fueron en múltiples lugares, aún no son masivas, debido a la misma pandemia y al riesgo de contagio y la muerte si se trata de nuestra clase.

En ese escenario debemos seguir desarrollando la organización obrera y popular, el trabajo de base, fortaleciendo redes de autoorganización: asambleas territoriales, comités de cesantes, ollas comunes, centros de acopio, comités de lucha en fábricas, etc. Debemos recuperar los sindicatos de las dirigencias burocráticas, para defender realmente los derechos de la base de la clase trabajadora y plegarse de forma organizada a este proceso revolucionario. Debemos avanzar en vincular todas estas instancias de organización y hacer que avancen en unificarse a nivel central nacional para ser herramientas que democráticamente organicen las futuras luchas. No podemos conformarnos con hacer acciones de pocos, debemos extender las redes para sumar a más personas, y cuando sea la hora decisiva volver muchos más y más organizados.

Esta lucha debe recoger todas las demandas contra los más de “30 años” de gobiernos empresariales, y además un plan de emergencia para enfrentar la pandemia:

  • Cuarentena total con sueldo de emergencia garantizado sobre $600.000 mensuales para enfrentar esta pandemia y contrarrestar el hambre, esto debe ser financiado con impuestos progresivos y graduales a las fortunas de los grandes empresarios de Chile, para satisfacer las necesidades primarias y secundarias de las familias, en base a la movilización de trabajadores y el pueblo.
  • Se debe parar la lógica de despidos a destajo y garantizar empleos con sueldos pero que solo se lleven a cabo en terreno en caso de ser esenciales.
  • Libertad inmediata a todos los presos políticos, incluyendo a los mapuche. Medidas sanitarias en todas las cárceles.
  • Volcar la economía para detener la pandemia, garantizando más test de detección temprana, camas UCI, hoteles para dejar en cuarentena a personas en situación de calle, u otros. Necesitamos garantizar salud para toda la población no solo a través de que el gobierno centralice la red de salud privada, sino estatizándola y poniéndola bajo control de los trabajadores para hacer de la salud un servicio garantizado para toda la población y no un negocio empresarial. Probablemente para esto será necesario no solo un impuesto, sino recuperar todo ese patrimonio de los super ricos (Luksic, Piñera) expropiándolo bajo control obrero y popular para ponerlo a disposición de detener la pandemia y el hambre.
  • Debemos hacer que esta crisis la paguen los ricos. Todo esto no se logrará con Piñera ni Paris ni todos ellos en el gobierno, por eso es más vigente que nunca la tarea de sacar a Piñera y a todos ellos. Por una nueva constitución a través de una Asamblea Constituyente que será convocada solo si fortalecemos la organización obrera y pobladora, y avanzamos en la lucha por un gobierno obrero y popular.
  • Si queremos que estas luchas que son parte de la revolución abierta el año pasado avancen en ser triunfante y no queden solo en un hecho histórico, necesitamos organizarnos en un proyecto que aprenda de las lecciones de las revoluciones anteriores y que de las experiencias actuales, para plantear un camino a seguir. Si estás de acuerdo con una alternativa política de los trabajadores que defienda lo anterior, construyamos en conjunto el MIT en Chile y la LIT-CI a escala internacional. Construyamos, difundamos y ampliemos un proyecto para que la revolución vaya teniendo triunfos.

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