Hoy miércoles 26 de enero del 2022, en compañía de las convencionales Elsa Labraña, Ivanna Olivares y nuestra compañera María Rivera, nos manifestamos junto a otras organizaciones en las afueras de la Convención Constituyente.

Se trata de una acción que se alinea con otras que hemos venido desarrollando en el marco de nuestra campaña por la Iniciativa Popular de Norma 5602. Esta busca renacionalizar la gran minería del cobre, litio y oro, terminando así con el saqueo realizado por la burguesía nacional y el imperialismo sobre el suelo chileno.

Teóricamente, nuestra campaña . Al respecto, y a propósito de la nacionalización de recursos naturales en México durante el gobierno de Lázaro Cárdenas, el propio León Trotsky señalaba:

“(…) Sin sucumbir a las ilusiones y sin temer a las calumnias, los obreros avanzados apoyarán completamente al pueblo mexicano en su lucha contra los imperialistas. La expropiación del petróleo no es ni socialista ni comunista. Es una medida de defensa nacional altamente progresista. Por supuesto, Marx no consideró que Abraham Lincoln fuese un comunista; esto, sin embargo, no le impidió a Marx tener la más profunda simpatía por la lucha que Lincoln dirigió”. León Trotsky, México y el imperialismo británico. 5 de junio de 1938.

Destacar que la Iniciativa será agendada y discutida durante las siguientes semanas por la Comisión de Medioambiente. Al respecto, enfatizamos en las declaraciones de nuestro compañero y dirigente del Sindicato Interempresa de la Minería (SIM), Eduardo Gallardo. En entrevista para Crisis y Comunicación, señaló que se ha abierto un debate fundado sobre una falsa contradicción entre ambientalismo y renacionalización de la gran minería. Al respecto indica:

“Se ha instalado un intento por dividir a la clase trabajadora de los sectores ambientalistas, incluso a quienes estamos al interior de las faenas mineras, como si fuésemos partícipes de la destrucción del medioambiente y del secado de ríos. Deben saber que los trabajadores somos los primeros que nos enfermamos producto de la explotación de los minerales [como el caso de los hombres verdes]. Nuestra propuesta dialoga mucho con todas las Iniciativas que impulsan la protección de las aguas, glaciares, territorios y comunidades, de hecho contiene propuestas concretas de protección del medioambiente y de reparación para comunidades habitantes de zonas convertidas en zonas de sacrificio”.

Nuestra Iniciativa se realiza siguiendo la táctica del Frente Único esbozada por Trotsky durante 1922. Es así como instamos a los propios sectores del Gobierno electo a respaldar la iniciativa de renacionalización de los recursos naturales. Vale decir, que sus referencias a lo que es el legado de Salvador Allende sean algo más que saludos a la bandera. Necesitamos que estas se conviertan en política oficial. Allí entendemos que la nacionalización de la gran minería constituye una fuente de financiamiento para conquistar el conjunto de derechos demandados en las calles durante las jornadas de octubre y noviembre del 2019.

Sobre tal interpelación debemos igualmente enfatizar que la política del royalty y su horizonte de combinación con una reforma tributaria son insuficientes para conquistar el camino trazado por el movimiento del 2019. En primer lugar, el royalty ya existe y desde su inauguración no se ha avanzado sustantivamente en la mejora de las condiciones de vida de la población chilena.

En segundo lugar, hoy las expectativas de reforma tributaria se encuentran cercenadas bajo la conducción de Mario Marcel en Hacienda. Se trata de una figura que revive el señalamiento de Marx sobre aquellos que desean ser más que sofistas y compatibilizar la economía política del capital con las aspiraciones del proletariado. Marcel, si seguimos a Marx, es expresión del vacuo sincretismo representado en el siglo XIX por John Stuart Mill, materialización de la capitulación del economicismo burgués.

Nuestra orientación no es la de replicar modelos de gestión capitalista sobre las dinámicas de producción y reproducción material de la sociedad. Por el contrario, nuestro trabajo se funda sobre la lucha por la construcción del socialismo, pero no entendido bajo las dinámicas de ‘coexistencia pacífica‘ o de ‘socialismo en un solo país‘. Se trata de un camino de trabajo político y de masas, de elaboración y discusión teórica, fundado sobre el método de la revolución permanente, que recoge las enseñanzas de maestros como Trotsky y Marx.

Tal es la ruta que siguen nuestras acciones tácticas, que se encuentran lejos de todo sectarismo y ultraizquierdismo. Es, por su forma y contenido, la realización de la lucha de clases. Su negación no constituye en sí un abandono del principismo o dogmatismo, necesario para la política real, como argumentan los reformistas que se ríen de quien promueve posiciones revolucionarias. Su negación constituye más bien el trabajo en función de la reproducción del capital y de la protección de los intereses de la burguesía. Por ende, de la destrucción de la naturaleza y de la propia existencia de la vida en el planeta.

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