Ya han sido dos paquetes económicos del Gobierno previos al “Plan protección para la clase media”: uno por unos 11.750 millones de dólares con el fin de financiar principalmente a las empresas y hacer un mísero aporte al seguro de cesantía; otro de unos 3 mil millones de dólares que supuestamente era para “ayudar” a la pequeña burguesía (PYMES), sin embargo ha beneficiado principalmente a la banca y a grandes empresas.
Ahora se suma el tercer paquete, de alrededor 1.500 millones de dólares, para endeudar a “la clase media”, el plan se basa en 4 puntos: Créditos blandos Covid que podrían cubrir hasta el 70% de la caída de los ingresos de las familias, siendo el monto a acceder de hasta 2.600.000 pesos divididos en 4 meses; Postergación de pago de dividendos de créditos hipotecarios, mediante el aporte de una garantía estatal; La ampliación del subsidio arriendo clase media cubriendo hasta 150 mil pesos mensuales por 3 meses en arriendos; finalmente la ampliación del CAE.
Esto Piñera lo levanta como la gran “ayuda” a la clase trabajadora, se lava la cara diciendo que el crédito es con interés cero y que después de 4 años se podrían condonar, pero lo que dicen con voz más baja es que sería con cargo al Estado, lo que implicaría: ¡más ajustes fiscales en un futuro!, o sea por donde se mire pierde la clase trabajadora. El gobierno sigue impulsando más endeudamiento a nuestra clase cuando ya la deuda de las familias aumentó este año a un 75,4% de los ingresos que poseemos.
Pero por otra parte, la “oposición” se enfrenta a Piñera proponiendo en lugar de la deuda, el retiro del 10% de los fondos de las AFPs para paliar los efectos de la crisis. Si bien esta propuesta podría acumular más plata para las familias que el crédito del Gobierno (un mínimo de 1 millón de pesos y como máximo alrededor de 4 millones de pesos), según los proyectos en el parlamento, se sigue la lógica de que después esa plata sea devuelta por el Estado (nuestros impuestos) a los dueños de las AFPs¹, es decir de igual forma busca no tocar mucho a los empresarios. Sin embargo, la última propuesta escandaliza al Gobierno y a los dueños de las AFPs porque abre el debate de quién es el dueño de esos fondos: Las AFPs o nosotros. Desde el MIT estamos seguros que esos fondos pertenecen a la clase trabajadora y las AFPs los están robando.
Propuestas que siguen sin tocar las grandes fortunas
Acá lo que se está discutiendo es de dónde se saca la plata para cubrir las necesidades de una crisis económica que los capitalistas están poniendo sobre nuestros hombros, una crisis que ellos mismos produjeron con su economía. Entonces plantean diversas alternativas: endeudar al Estado; endeudar a las familias trabajadoras; o usar nuestras mismas platas de las AFPs. Cualquiera de las propuestas anteriores que se discuten en el parlamento, en ningún caso toca fuertemente las fortunas de los 10 grupos económicos más ricos de Chile ni de las multinacionales, por ejemplo mineras.
En esa lógica irracional capitalista, la clase trabajadora seguirá más endeudada o con futuros recortes sociales, mientras el puñado de ricos mantiene sus negocios intocables e incluso puede seguir amasando fortunas y concentrando riquezas, tal como lo hace la banca con el CAE, ya que el Estado siempre paga un sobreprecio de estos créditos a la banca.
Es necesario acabar con los más de 30 años de AFPs
La “oposición” se intenta lavar la cara con estos proyectos del retiro del 10%. Pero sus gobiernos mantuvieron intacto el negocio de las AFPs, muchos de sus ministros han estado en directorios de éstas, por eso dejan en el olvido que la demanda central de los trabajadores ha sido el fin de las AFPs, que en sí mismas son un robo a nuestras cotizaciones, y peor aún, que en un marco de una crisis económica sabemos que si nuestras cotizaciones siguen administradas por las AFPs corren riesgo, como lo vimos con la caída de nuestros fondos perdiendo cerca de 25.000 millones de dólares en marzo.
Pero cuando las AFPs ganan, ganan solo sus dueños: El año pasado los dueños de las AFPs tuvieron utilidades por US$ 649 millones; a inicios de este año la AFP Capital y Hábitat planeaban un retiro de sus utilidades de más de $46 mil millones mientras los trabajadores en la miseria por la caída de nuestros fondos y los ataques del gobierno con despidos y suspensiones laborales.
La forma de funcionamiento del sistema de AFPs es irracional, es un robo, por eso necesitamos hacer que no solo el 10% de nuestros fondos sean controlados por nuestra clase, sino que todo el dinero. Debemos retomar la exigencia de NO+AFP, debemos aprender de las luchas anteriores en donde vimos que las negociaciones en el parlamento de nada sirvieron para conquistar esta demanda. Solo si retomamos la revolución abierta el año pasado, podremos avanzar en conquistar el fin de las AFP, por un sistema solidario y de reparto, en donde los fondos sean directa y democráticamente controlado por los trabajadores.
No podemos permitir la incertidumbre de la bonanza: A recuperar todo lo que nos han robado
Sea los créditos o bonos, o incluso el retiro por única vez del 10% de nuestros fondos en las AFPs, no resuelven el problema de fondo porque son inyecciones de dinero en un momento y luego el problema volverá a surgir.
Lo que necesitamos es acabar con la lógica de endeudamiento, exigir la condonación de las deudas de todos los servicios básicos, la condonación del CAE que ya bastante ha enriquecido a la banca y seguir luchando por una educación pública y gratuita. Debemos recuperar todo lo que nos han robado los grandes grupos económicos, partiendo por exigir un impuesto progresivo a las grandes fortunas para resolver el problema del hambre y la crisis sanitaria. Al calor de la lucha avanzar en expropiar todo su patrimonio y ponerlo bajo control de los trabajadores, para planificar una economía a nivel nacional que garantice las necesidades esenciales de la humanidad: comida, salud, vivienda, educación, pensiones, etc. Incluso si queremos recuperar nuestras platas de las AFPs, muchas de ellas están invertidas en las empresas de los grandes empresarios: Luksic; los dueños de la italiana ENEL o de la española Santander, por eso debemos recuperar todo el patrimonio que tienen a costa de robarnos.
Eso lo podremos hacer solo si sacamos a Piñera del gobierno y a los que por durante más de 30 años han gobernado para los de arriba. Lo podremos hacer si logramos un gobierno obrero y popular a través de la revolución iniciada el año pasado.