Salió Mañalich y entra Enrique Paris. Mientras siga Piñera en el gobierno ningún cambio de ministerio cambiará la lógica genocida con la que Piñera ha administrado esta pandemia. Los de arriba han dejado claro que priorizan los negocios de empresarios ante que nuestras vidas. Mañalich merece ir a la cárcel por este crimen y por mentir descaradamente en la cifra de muertos. Piñera merece salir y también ir a la cárcel por los asesinados tras la revolución del 18 de Octubre y tras su política criminal en esta pandemia. ¡Fuera Piñera! ¡Ninguna confianza en Paris!¡ Que se vayan todos ellos!

Este sábado, el mismo día que se sacó a Mañalich y se cambió por Enrique Paris, fue publicado un estudio que destapó más claramente la mentira: El Departamento de Estadísticas (DEIS) del Minsal, le reportaba a la OMS unas cifras de muertos por covid-19 que casi duplicaba a las anunciadas en cadena nacional por el gobierno. El DEIS contabilizó más de 5 mil fallecimientos, cifra muy superior a las 2.870 muertes informadas ayer viernes 12 de junio. Claro, porque se sabía que no bastaba con reportar los fallecimientos covid-19 a las personas que solo dieron positivo al PCR, cuando el test ha sido limitado y los fallecidos presentaban claros síntomas.

Mañalich sale del ministerio de salud con un profundo odio del pueblo trabajador, nadie cree sus mentiras. Sin embargo, todo el gobierno sigue presentando discursos valorando su gestión. Pero es sabido que la política del Gobierno y dentro de ello de Mañalich, fue criminal, incluso sus mismos asesores dicen que la política de la cuarentena dinámica fue un fracaso en la Región metropolitana: “El plan inicial de las cuarentenas parciales falló, porque no bajó la movilidad en las comunas: el 70% de los viajes se mantuvo y debían caer a 20% o 30% para tener resultados positivos”. Y cuando llaman a cuarentena total en Santiago, es una farsa porque miles de trabajadores, pese a no ser de sectores esenciales de la economía, están obligados a salir para conseguir sustento. Así, en su salida, Mañalich llama a la unidad, al diálogo y confianza, y reconoce que si para eso debe dar un paso al costado, está a disposición. Saben que se vienen los peores meses de pandemia, que han tenido una política genocida y hacen un recambio de cara para descomprimir el odio que viene surgiendo desde abajo.

Pero ni aunque asuma Paris cambiará la política central de Piñera de priorizar los negocios empresariales antes de la vida de la humanidad. Paris, ex Presidente del Colegio Médico, con un amplio currículum y miembro de la Mesa Social Covid-19, se ha mostrado aparentemente más abierto al diálogo, ha sido asesor de Bachelet y Piñera y partidario del aborto en 3 causales. Una imagen que podría despertar ilusiones en ciertos sectores, sin embargo Paris ya había defendido la gestión de Piñera y se había pronunciado a favor de la reapertura de los centros comerciales con el intento 1 fallido del gobierno de querer retornar a la “normalidad”. No puede ser que en ese marco, Izkia Siches y algunos sectores del reformismo le den algún grado de confianza a este nuevo ministro.

Es que mientras siga Piñera y cualquier gobierno empresarial en el poder, si se ve afectada la vida de la clase trabajadora para ellos será un daño colateral. El gobierno con la “oposición” pese a sus riñas, siguen en el plan de un Acuerdo Nacional, cuyo principal objetivo es “restablecer” la economía de los ricos en el marco de ir entregando algunas migajas frente al problema del hambre, entonces ¿de qué sirve un cambio de ministro bajo esas condiciones?. ¿De qué sirve un cambio de ministerio si siguen hospitalizando a los enfermos y contagiados en carpas militares que se llueven con el invierno? ¿De qué sirve un cambio de ministerio si no se garantiza una cuarentena general en todo el país para detener la pandemia, manteniendo un sueldo de 600 mil pesos para todos los trabajadores?

Este gobierno empresarial está administrando un genocidio, y la única forma de cambiar eso es si volcamos toda la economía para detener la pandemia y el problema del hambre. Recuperar lo que por décadas nos han robado las multinacionales y el puñado de 10 familias más ricas de Chile, incluyendo a Piñera, confiscar hoteles para garantizar cuarentenas sin hacinamiento y sin gente que siga viviendo en las calles. Por una cuarentena general con sueldo de 600 mil pesos garantizados, ¡los bonos ni rentas básicas no alcanzan!. Toda la riqueza que la clase trabajadora produce y ellos se apropian, debemos recuperarla exigiendo un impuesto gradual a las grandes fortunas o bien expropiando todo su patrimonio para detener este genocidio. Ningún gobierno ni ministerio empresarial hará eso, por eso necesitamos cuidarnos en esta pandemia y seguir con la revolución abierta el 18 de Octubre para conquistar un gobierno de las y los trabajadores.

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