Este 18 y 19 de octubre fuimos cientos de miles protestando en las calles de todo Chile, pese a las falsas cifras de 25 mil personas que publicó carabineros. Si bien un punto neurálgico ha sido Plaza Dignidad en Santiago, se vio una amplia respuesta en regiones. Antofagasta, Arica, Iquique, La Serena, Coquimbo, Viña del Mar, Valparaíso, Rancagua, Concepción, Valdivia, entre otras capitales en regiones, fueron centro de importantes manifestaciones con barricadas, cortes de rutas como fue en Coquimbo y enfrentamiento con las fuerzas represivas de Piñera. En Santiago, varias comunas tuvieron protestas hasta avanzada la noche, en Puente Alto el enfrentamiento en la comisaría de carabineros, las protestas en Maipú, Pudahuel, San Bernardo, Lo Hermida, La Florida, entre otras comunas, dan cuenta también que el proceso de lucha y organización territorial sigue vivo.

En Plaza Dignidad la gente comenzó a llegar a las 10 de la mañana, y la protesta siguió hasta alrededor de las 20h. Siguió estando presente la primera línea, y por otra parte hubo enfrentamientos que dejaron a dos iglesias incendiadas, una de la cual era de carabineros. Esta realidad demuestra que Chile y nuestros hermanos/as trabajadores inmigrantes seguimos totalmente despiertos, hace poco más de un año Chile despertó y difícilmente nos volverán a adormecer. Esto, pese a toda la campaña del gobierno, la ex concertación, del Frente Amplio con la figura de Boric y otros sectores, que estuvieron sistemáticamente llamando a no movilizarse, ya sea porque “hay que cuidarse para ir a votar este 25 de octubre” o porque la situación de la pandemia es un riesgo.

Es que la clase trabajadora y los sectores más empobrecidos sabemos que el principal riesgo es este sistema capitalista, los gobiernos de turno y en particular el gobierno criminal de Piñera, quien ha sido responsable de los casi 15 mil muertos tras la pandemia, responsable de los más de 40 asesinados tras el estallido social (lista a la cual trágicamente se suma el compañero Aníbal Villarroel), responsable de la cesantía, de las pensiones de hambre, de que tengamos compañeros presos políticos, y de la crisis en la salud. Por eso este 18 y 19 de octubre a un año del inicio de la revolución, no pudimos simplemente recordar esa experiencia desde nuestras casas, pues todos los males por los que estallamos hace un año siguen y con la pandemia y la crisis económica mundial han empeorado para nuestra clase.

Evidentemente, la prensa y el gobierno de Piñera dieron eje en criminalizar la lucha y en especial a la primera línea, incluso acusando a “violentistas” de querer boicotear el plebiscito y ahora, pide urgencia a un proyecto de ley que busca que los partidos políticos tengan la obligación de condenar el uso, “propugnación o incitación a la violencia en cualquiera de sus formas como método de acción política”, en particular hacen este llamado a los partidos reformistas del Frente Amplio(FA) y Partido Comunista(PC), un llamado que no han tardado en responder a través de figuras de Jadue (PC) y Beatriz Sánchez (FA) quienes indican que condenan la violencia “venga de donde venga”. Contrario lo que hace el reformismo, debemos hacer un amplio llamado a defender a la primera línea, son personas que han puesto a disposición su vida para defender la protesta pacífica de la represión, son nuestros hermano/as, hijos/as, familiares y amigos/as o compañeros/as en general, son nuestro bastión inicial para la autodefensa. En algunas ocasiones si hay métodos equivocados podemos y debemos polemizar con esos métodos, pero en ningún caso entregarlos a la represión de los de arriba como avanza a hacer el PC y FA que en un momento votó la ley antisaqueo, es una premisa básica de solidaridad y defensa entre nuestra clase, la trabajadora. Si estos partidos se dicen en defensa del pueblo, como mínimo debiesen abandonar ese discurso de repudiar la violencia “venga de donde venga” de lo contrario seguirán demostrando su rol en defensa de este sistema de hambre y miseria, porque una cosa es la autodefensa y otra la represión del Estado burgués con balas, lacrimógenas y sus zorrillos, la autodefensa es una respuesta a la violencia sistemática y asesina de los de arriba.

Esta lucha revolucionaria no se da sin contradicciones

Una de esas contradicciones fue lo que ocurrió en Plaza Dignidad con la pelea brutal de las barras bravas de fútbol, un hecho que va en el sentido contrario a esa ejemplar unidad que se venía dando contra los de arriba. La verdad, este tipo de hechos sólo favorece al gobierno y a la burguesía, pues nos divide como sectores que estamos luchando y pone el foco no en nuestro enemigo criminal común que es Piñera y sus fuerzas represivas, sino en nuestros aliados de lucha, es por eso que varios trabajadores y gente en la protesta repudió esta pelea de las barras, incluso intentando intervenir físicamente para separar sin muchos resultados, es por eso también que hay especulaciones de que posiblemente pudo haber existido incitadores de tal acción que hayan tenido vínculo con el gobierno y/o sus fuerzas represivas. Creemos que habiendo o no incitadores, se deben sacar lecciones de este hecho, los luchadores y sectores antifascistas de las barras deben dejar claro y hacer un llamado a que no se puede volver a repetir.

Otra contradicción de Plaza Dignidad es que se dio mucho espacio para la música y celebración y poco espacio para que sea un lugar de encuentro y discusión de salidas políticas de cómo podemos seguir nuestra lucha para que no seamos engañados por los de arriba y no nos desgaste la falta de proyecto. Esto es algo que también debe ser superado, por ejemplo dando espacio para que en la radio que reproduce la música pueda haber lugar para que intervengan trabajadores, pobladores, activistas de asambleas territoriales, de la primera línea, defensores de derechos humanos, etc.

Todo lo anterior, con sus contradicciones, da cuenta que aún sigue vivo este inicio de revolución, y que los de arriba quieren hacer de todo para imponer su contrarrevolución (sea con promesas de cambio o con represión). Decimos que esta es revolución porque desde el 18 de octubre del año pasado hay una ruptura de la clase trabajadora en la escena política, ya no se quiere nada de lo viejo, ya no confiamos en nada de lo viejo. Sin embargo, falta el camino que debemos dibujar para alcanzar triunfos.

La pandemia ni el Proceso Constituyente han logrado frenar la lucha

Luego de la jornada de movilización del 12 de noviembre del año pasado, los partidos tradicionales del empresariado hasta el reformismo del Frente Amplio, se asustaron con el poder de lucha de la clase trabajadora, en particular porque sectores importantes de obreros de la minería y portuarios, es por eso que para intentar contener firmaron un Acuerdo por la Paz que propuso un Proceso Constituyente tramposo desde el inicio, el objetivo de este Proceso para ellos ha sido instalar una trampa para que tengamos ilusiones y salgamos de las calles. Lo que refleja este Proceso Constituyente para muchos luchadores es que fue algo que se logró a punta de movilizaciones en las calles, que Piñera se negaba a entregar, y solo fue obligado por esta revolución. El Proceso Constituyente es las dos cosas: una trampa y a la vez una ganada que sin revolución no se hubiese arrebatado a los de arriba. Pero lo importante de todo, es que ese desvío para sacarnos de las calles que querían imponer los de arriba aún no han logrado llevarlo a cabo, porque esta lucha explotó por las pésimas condiciones de vida que seguimos teniendo y fue por fuera de los partidos del régimen y, así se sigue dando hasta ahora. Es muy importante ir a votar apruebo este 25 de Octubre, pero más importante es no dejarnos llevar por las ilusiones y cánticos de sirena, y como hemos hecho, no podemos soltar las calles para no darles un segundo de maniobra a los de arriba.

La pandemia fue otro factor catastrófico que nos obligó a dejar las calles para evitar enfermar y morir…vimos que la cuarentena falsa de Piñera-Mañalich-Paris solo ha sido represión con toque de queda y muerte, entonces no basta con seguir encerrados en las casas, contrario a lo que dijo Gabriel Boric, debemos luchar incluso para garantizar nuestra vida, así como lo partieron haciendo los y las TENS para ser incluidos en el Código Sanitario, solo con lucha podremos conquistar un sistema de salud y una economía que esté al servicio de la vida y de la humanidad, y no al servicio del lucro de empresarios.

Represión focalizada: poblaciones y regiones versus Plaza Dignidad

Antes del 18 de octubre informaron que habría un contingente de 40 mil carabineros en todo Chile, sin embargo, ese contingente no se notó en Plaza Dignidad, se habló que la política de Piñera frente a la represión fue “dejar hacer”, es decir permitir la manifestación en dignidad y evitar atacar a la primera línea. Es cierto que en Plaza Dignidad la represión llegó más tarde a diferencia de otras veces en donde partía sitiada. Sin embargo, la situación no fue igual en las poblaciones ni en las regiones. En Antofagasta se vieron militares disparar a manifestantes, en Santiago, comuna de Pedro Aguirre Cerda, los pacos asesinaron a Aníbal Villarroel, en Valdivia la represión también fue más cruda.

Lo anterior requiere que fortalezcamos la autodefensa organizada colectivamente en los territorios, buscar mecanismos para evitar que las fuerzas represivas ingresen a los lugares de protestas, y si ingresan tener un plan más desarrollado de defensa.

¿Cómo seguir esta lucha?

Las movilizaciones de este 18 y 19 de octubre son un golpe moral para darnos cuenta que seguimos vivos en esta lucha. Ahora debemos ver cómo continuar. Primero que todo es no soltar las calles, pero tampoco basta con eso, es necesario avanzar a un plan de lucha, que incorpore a sectores obreros de minería, portuarios y otros de forma organizada, paralizando la producción, el movimiento obrero con sus maquinarias también puede ayudar a mejorar la autodefensa. Debemos retomar el camino del 12 de noviembre del año pasado: huelga general y protestas en los territorios. La CUT dirigida por el PC, partido de Jadue, debe dejar su silencio y meras negociaciones con el gobierno y debe ponerse a la cabeza de preparar un plan de lucha. Otras organizaciones como las Asambleas Territoriales, la Coordinadora feminista 8M, etc., también deben trabajar un plan de lucha. Si de lucha se trata, debe haber unidad para actuar.

Esta lucha, se debe combinar con nuestra participación activa en el Proceso Constituyente, primero yendo a votar Apruebo, pero no depositar ninguna confianza en él ni en los engaños de los partidos de la ex concertación o reformistas como el PC y el FA que dicen que votando cambiará todo, porque como hemos dicho en otras ocasiones, el proceso está lleno de trampas.

Por eso desde el MIT llamamos a aprobar, pero aprobamos por sobre todo la lucha para sacar al gobierno criminal de Piñera y a todos ellos, garantía básica para un proceso constituyente mínimamente más democrático; aprobamos la libertad inmediata a los presos políticos porque ahora nos corresponde a todos defender a los compañeros de la primera línea; aprobamos avanzar en fortalecer la autodefensa y en insistir en el llamado a que las bases de las fuerzas represivas rompan con sus altos mandos y se pasen al lado de esta revolución; aprobamos recuperar lo que por décadas nos han robado los Luksic, Piñera, Angelini, Matte, etc, expropiando todo el patrimonio que tienen para ponerlo bajo control obrero y que esas riquezas que todos producen vaya para el servicio de la humanidad y no de su lucro; aprobamos seguir luchando por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, sin Piñera y los mismos de siempre; pero por sobre todo, aprobamos que la única garantía para una vida digna al servicio de la humanidad, es que a través de nuestra lucha y organización, avancemos a que la clase trabajadora sea quien se tome el poder, pues ningún gobierno empresarial se llame de izquierda o derecha, ha demostrado defender nuestra vida.

Si gana el apruebo, para el Proceso Constituyente se presentan candidatos, deben ser independientes y con ese proyecto claro de lucha, deben utilizar la tribuna de las candidaturas para difundir ampliamente todas las trampas del proceso y la necesidad de seguir movilizados por esas demandas. La democracia de los ricos impide que candidatos independientes de la clase trabajadora se postulen fácilmente, por eso hacemos un llamado a los partidos legales que se dicen apoyar esta movilización a que entreguen cupos para candidaturas sin ningún compromiso político-programático ni financiero, porque este Proceso Constituyente debe ser de quienes han entregado su energía en esta lucha que inició hace poco más de un año.

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