El proceso revolucionario que se abrió el 18 y 19 de Octubre del año 2019, es la expresión de la rabia contenida y acumulada, que finalmente estalló producto de la enorme explotación y saqueo al que ha sido sometido el pueblo chileno por un puñado de familias que se han enriquecido a costa nuestra: Los Luksic, Angelini, Piñera, Matte, Paulmann, etc.

Nuestras demandas siempre han sido claras y varias de ellas llevan años en las calles sin ser escuchadas. Hoy constituyen un Plan Económico de Emergencia para detener este saqueo:

Fin de las AFP, por un sistema de reparto, solidario y tripartido. Pensión mínima igual al sueldo mínimo

Mientras los tribunales niegan el derecho de los pensionados a ocupar el dinero de su jubilación, el sistema permite que los banqueros los utilicen como quieran.

¡Por un nuevo sistema de pensiones!

Condonación inmediata de las deudas del pueblo trabajador y la juventud

Ellos se enriquecen robándonos y nosotros no llegamos a fin de mes. Nos hemos endeudado con ellos hasta para comer. Luego, nos acosan y persiguen para cobrarnos.

¡Condonación de todas la deudas! Ya nos han robado suficiente.

Que la Salud, la Educación y el Transporte sean públicos, de calidad y gratuitos:

La salud pública viene en picada, mientras las Isapres y las cadenas de farmacia son un gran robo que llena sus bolsillos.

El lucro y la crisis de la educación son un escándalo. El Transporte privado nos cobra lo que quiere.

¡La salud, educación y transporte de vuelta al Estado!

¡Empleo estable, aumento de los sueldos y derecho de organización y a Huelga!

  • ¡Abajo el actual Código del trabajo!
  • Sueldo mínimo de $600.000
  • No más Precarización del Empleo: Fin al subcontrato y al trabajo informal.
  • Estabilidad laboral: Todos l@s trabajador@s a planta y con contratos indefinidos.
  • Reducción de la jornada laboral para garantizar empleo para todos/as
  • Abajo las burocracias sindicales. Dirigentes sindicales revocables, por democracia obrera y comités de lucha.

¡Abajo el Tag y los peajes!

El sistema de concesión de carreteras ha traído ganancias millonarias a costa de quienes debemos trasladarnos a nuestros hogares y trabajos.

¡No nos pueden cobrar hasta por trasladarnos! ¡Abajo los peajes! ¡Carreteras libres!

¡RECUPEREMOS LO QUE NOS ROBARON!

¿Cómo se financia el plan de emergencia?

Nuestras demandas parecen sencillas, pero si los ricos siguen gobernando, no es posible lograrlas porque les quitan sus principales fuentes de lucro. El Capitalismo no acabaría si el gobierno decide poner fin a las AFP pero ¿Podrían aceptar las empresas extranjeras estadounidenses que hoy las administran perder la inmensa cantidad de dinero de nuestras cotizaciones? ¿Aceptarían los inescrupulosos empresarios de la educación o salud que lucran con nuestras necesidades, renunciar a sus ganancias voluntariamente?

Han demostrado que no. Han mentido, violado, asesinado, mutilado y encarcelado solo para mantener sus privilegios.

Por ello, para hacer realidad nuestras demandas, hay que arrancarle a este puñado de familias, todo el patrimonio que han conseguido a costa de saquearnos. Solo así podremos asegurar el financiamiento del Plan de Emergencia:

Expropiación de los fondos de pensiones, los seguros y la banca

Nuestros fondos en las AFPs hasta febrero de 2019 sumaban más de 200 mil millones de dólares. Debemos recuperarlos de las garras de los saqueadores para nuestras pensiones.

De Enero a Agosto del 2019, las utilidades de los bancos acumularon 2.483 millones de dólares, uno de los bancos con más ganancias fue ¡Banco de Chile de Luksic!

Nacionalización del cobre y los recursos naturales

Nuestros minerales son casi la mitad de todas las exportaciones de Chile. Pero los yacimientos están en manos de empresas extranjeras que solo en los primeros 9 meses del 2018 tuvieron ganancias por 3 mil millones de dólares.

Con esas ganancias podríamos garantizar un sistema de pensiones dignos, transporte, salud y educación gratuitas.

Expropiación del patrimonio de las familias que controlan el país

La dictadura regaló los fondos de nuestras pensiones a los oligarcas chilenos para que se hicieran más ricos. Así, se asociaron a la banca imperialista y compraron sus empresas con nuestro dinero.

Estas mismas familias y los nuevos ricos que saquearon al Estado y al pueblo bajo la dictadura, continuaron su obra macabra bajo todos los gobiernos de estos 30 años. Mientras el poder del dinero nos gobierne no habrá democracia y no lograremos acabar con la desigualdad social. ¡Deben devolver lo que nos han robado!

La fortuna de las 8 familias más ricas, suma más de 35 mil millones de dólares. Todo este dinero debe ser devuelto al pueblo trabajador para garantizar una vida digna. Con ese dineral, se pueden construir 1 millón de departamentos de subsidio (eliminando el déficit de viviendas en Chile) o financiar 7 años de educación gratuita en todos sus niveles.

Fortuna en Dólares de las principales familias (últimos datos según Forbes)

  1. Grupo Luksic.: 15.400 millones
  2. Grupo Angelini (Roberto y Patricia): 3.900 millones
  3. Grupo Ponce Lerou: 3.800 millones
  4. Grupo Paulmann: 3.000 millones
  5. Grupo Saieh: 3.000 millones
  6. Familia Piñera: 2.800 millones
  7. Grupo Matte: 2.000 millones
  8. Grupo Yarur: 1.500 millones

¡CON TODO SINO PA QUÉ!

¡Por la segunda independencia!

Estas 8 familias y toda la clase empresarial se han enriquecido desde el nacimiento de este país, explotándonos y lucrando con nuestras necesidades. Pero lo que caracteriza a esta nueva generación de empresarios es que se ha puesto al servicio de las empresas multinacionales de los países imperialistas entregándoles el agua, el oro, el cobre, el litio, los puertos, las carreteras e incluso, como ya vimos, el dinero de nuestras pensiones a cambio de su enriquecimiento ilícito. Estos empresarios dependientes de los capitales extranjeros hoy están dispuestos a legalizar la servidumbre, haciendo retroceder nuestros derechos laborales, para que los extranjeros nos puedan explotar más y mejor. Esto, es el fondo del Tratado de Cooperación Transpacífico o TPP 11 que aprobó la Cámara de Diputados y que solo este proceso revolucionario pudo detener.

Expropiar a las familias más ricas, recuperar nuestros fondos de pensiones y el dinero que las AFP han ganado con ellos, nacionalizar nuestras riquezas naturales, y cancelar todos los tratados de libre comercio a través de los cuales han vendido el país, es conseguir nuestra Segunda y definitiva Independencia.

¡No más colonización! ¡Que las multinacionales devuelvan todo lo que han saqueado, expropiación sin indemnización!

¡Una Revolución que no se detiene!

Una característica de todos los procesos revolucionarios como el que estamos viviendo es el profundo sentir liberador de este tiempo. Esto hace que no sólo se levanten las demandas económicas del pueblo sino que también cada sector explotado u oprimido levante su bandera y se una a la lucha común cuestionando toda la construcción que han realizado los explotadores para dominarnos, avanzando a la destrucción de este sistema. Así, hoy se cuestiona a la educación, a la familia, a la iglesia y a los credos, a las identificaciones de género, a las discriminaciones raciales, al extractivismo. Por ello, la lucha por destruir esta sociedad es también la lucha por acabar con el machismo, por la autodeteminación del pueblo mapuche, por aborto libre, por respeto e igualdad a los LGBTIs, por el fin de todas las opresiones.

A medida que este proceso avance nuevos cuestionamientos a esta sociedad decadente y opresora, nuevas demandas liberadoras se irán sumando desde distintos sectores. Un proceso que no se detendrá hasta alcanzar un mundo nuevo.

¡Total emancipación de lxs grupos oprimidxs y de toda la clase trabajadora!

MÁS DE LO MISMO O REVOLUCIÓN

Por un gobierno obrero y popular

La noche del 12 de noviembre del 2019, tras la huelga general el gobierno tambaleaba, como un boxeador a punto de caer a la lona, vacilaba sin saber qué hacer. Pero el gobierno no estaba solo cuidando los intereses de los más ricos. Los partidos tradicionales se quitaron la máscara y corrieron a afirmar al gobierno de Piñera. No existieron más, partidos de derecha, ni de izquierda ni alternativos, todos estaban por el Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución, desde el Frente Amplio hasta la UDI. Todos acordaron mantener el sistema de privilegios de quienes financian sus campañas.

Todos, excepto unas pocas excepciones, apoyaron las leyes represivas de Piñera.

Esto fue lo más confuso para la mayoría, porque, primero la Concertación, luego la Nueva Mayoría, incluido el PC y finalmente el Frente Amplio han prometido majaderamente que las cosas se pueden cambiar a través de las elecciones y que si votamos por una mayoría de ellos no tardarán en llegar los cambios en el sistema ¿Cómo podían entonces, ponerse ahora del lado de la derecha?

Siempre nos han mentido, las cosas no van a cambiar gradualmente ni conquistando todos los sillones del parlamento ni el sillón presidencial.

¿Quieres Cambios? Uno de los aprendizajes que nos ha dejado este proceso revolucionario, es que la única forma de garantizar el fin del saqueo de los grupos económicos y de las transnacionales, es si l@s trabajador@s y el pueblo tomamos el poder, destruyendo toda la institucionalidad corrupta empresarial y remplazándola por una con democracia obrera, es decir ejercida por l@s trabajador@s, que acabe con la propiedad privada y socialice los medios de producción. Para que los de abajo gobiernen, necesitamos un gobierno obrero y popular.

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