Los trabajadores nos vemos atacados por todos lados, por una parte nos enfrentamos a una pandemia mortal con un sistema de salud en crisis debido a la privatización y negocio que hacen con él; caen nuestros fondos de pensiones por las inversiones inescrupulosas de los empresarios; y por otra se visualizan largas filas de trabajadores despedidos a las afueras de las sucursales de AFC Cesantía por todo el país.

Los despidos han destacado estos últimos días, según medios, los sectores más afectados con los despidos estarían el rubro de la construcción con la detención de aproximadamente 300 obras (solo en la región metropolitana), y el comercio, por el cese temporal o permanente de actividades de ventas en el retail. Hay otros sectores que también han efectuados despidos relacionados a áreas como hotelería, gastronomía y turismo con más de 25 mil despidos. Según última encuesta del INE, entre el periodo de diciembre 2019 y febrero del 2020 el desempleo en el país creció un 7,8%. Según algunos economistas existe una hipótesis sobre que el desempleo podría sobrepasar los 10% en junio.  El sector de trabajadores que se verá más afectado serán los informales, vinculado al área del comercio, que no tendrá acceso al seguro de cesantía. A nivel internacional la OIT habla de unos 25 millones de despidos. Y aún así, sabemos que esas cifras seguramente están debajo de la realidad.

Se aprueba un paquete de medidas pro despidos y pro reducción de salarios

Piñera acaba de aprobar ley de “protección del empleo”, con votos de la oposición, de la derecha, de la ex Nueva Mayoría y sectores del Frente Amplio en particular Revolución Democrática, confirmando el funesto dictamen de la dirección del trabajo, que empleadores y empresarios, puedan suspender la relación contractual, sin efectuar cancelación de remuneraciones a trabajadores, reducir la jornada de trabajo, y sus salarios.

Esta promulgación de ley evidencia que resguardarán a sectores empresariales a no pagar ningún peso en esta crisis, y sí tendrán que hacerlo obligatoriamente trabajadores a través de los ahorros reunidos en el seguro de cesantía, fondo individual de trabajadores reclutados en su vida laboral.

Se utilizaría el financiamiento en esta suspensión a través de la acumulación reunida en el seguro de cesantía, (sólo trabajadores que lleven más de 3 meses trabajando con mismo empleador), pero incluso el salario iría reduciendo en los primeros 3 meses al: 70%, luego a 55%, después a 45%, además en el periodo de suspensión los empleadores entregarán sólo el 50% de las cotizaciones previsionales y de salud de trabajadores.

Lo que traduce esta ley, es una protección hacia la clase empresarial, y se posterga todo resguardo a la clase trabajadora, ya que bajo ningún momento existe la prohibición de despidos, ni da protección al salario de trabajadores

Por otra parte, desde que se efectuó el dictamen de la dirección del trabajo, para que empresarios pudieran no pagar salarios, en diversas fuentes laborales se ha realizado la aplicación obligando a permisos sin goce de sueldo, a términos de contrato sin indemnización de años de servicios, a rebajas del salario, donde según medios, algunas de estas empresas ya habrían aplicado a sus trabajadores. Son más de 100 empresas que han atacado de esta forma a los trabajadores, entre ellas BHP de Minera Escondida, Homecenter, Constructora Salfacorp, Microplay, Acer, Angloamerican,, Hush Puppies, Telepizza, etc.

Una crisis económica capitalista ya anunciada

Ya el Fondo Monetario Internacional habló de una recesión mundial, por lo menos 85 países le han pedido préstamos por esta crisis social y sanitaria, y el ejemplo de Ecuador ya muestra cómo los gobiernos intentan pagar esos préstamos: con más ataques a los trabajadores y privatizaciones.

Superficialmente, podría parecer que los efectos negativos de la economía tienen relación únicamente con la crisis sanitaria. Sin embargo, antes de la pandemia ya se estaba avecinando una crisis económica mundial que viene del proceso de crisis capitalista no resuelto del 2008 y, que ahora tendría como epicentro los países europeos. Así, la pandemia, solo vino a acelerar este proceso, impactando fuertemente en los primeros lugares a China por la paralización de la producción, y esa caída tendrá efectos en varios países del mundo, particularmente en Chile.

En estas crisis y catástrofes, siempre hay un puñado de burgueses que -mientras algunos caen- se siguen enriqueciendo, quizás tienen menos lucro, pero aún tienen. Están por un lado los empresarios con más miedo de hacer sus negocios y por otro lado los que aprovechan esta crisis para enriquecerse aún más, como es el caso del conocido inversor multimillonario estadounidense Carl Icahn, quien debido a la baja en el precio del petróleo está aprovechando los precios para comprar acciones. En ese mismo afán de aprovechar la crisis para sus negocios, ya se ven sectores de la industria automovilística que están volcando su producción a la fabricación y venta ventiladores mecánicos, especialmente en Italia y algunos en Alemania. La empresa Bacardí, de bebidas alcohólicas, volcó su producción al alcohol gel. Ellos hablan de “aprovechar oportunidades”.

Mientras la clase trabajadora muere o queda sin empleos, los burgueses siguen amasando fortunas a costa de la barbarie humana.

Una salida obrera y socialista ante la crisis

La crisis económica que se viene es provocada por los capitalistas y su forma desordenada o anárquica de producción, una economía que tiene como objetivo el lucro y no garantizar las necesidades básicas de la humanidad. Esta crisis ahora se combina con una pandemia que nos muestra lo nefasto que es convertir la salud en una mercancía. Como siempre, están depositando esta crisis en los hombros de la clase trabajadora, y no lo podemos permitir. Debemos organizarnos y luchar por un plan obrero y popular que permita que esta crisis la asuma quien la provocó: la burguesía.

  • ¡Cuarentena Total ya! ¡Ningún despido más! ¡Que la crisis la paguen los capitalistas!
  • ¡Por comités de trabajadores de fiscalización para garantizar transparencias de las reales cifras de las empresas! ¡Poner el lucro de esas empresas a disposición de la clase trabajadora!
  • ¡Empresa que despida o se declare en quiebra debe ser estatizada y puesta bajo control de los trabajadores!
  • Repatriación inmediata de los fondos de las AFPs al conjunto de la clase trabajadora.
  • Huelga General para garantizar la cuarentena, dejando en funcionamiento solo las faenas o trabajos esenciales.
  • Fortalecer la salud pública acabando con la salud privada. Acabemos con el negocio de las clínicas privadas, sacando a sus dueños y estatizándolas bajo control de trabajadores para dejar sus instalaciones y todo el servicio para el conjunto de la población.
  • No pagar la deuda pública para garantizar presupuesto: La deuda chilena llega al 30% del PIB, creemos que se debe dejar de pagar ese dinero y destinarlo para la salud y vida de las personas.
  • Expropiación del patrimonio de las 8 familias más ricas para garantizar recursos para esta crisis sanitaria: El patrimonio de las 8 familias más ricas (Luksic, Angelini, Matte, Piñera y otros) rodea los 35 mil millones de dólares. Ese patrimonio de las familias (que se centran en minería, forestales, pesca y mercado financiero) es a grandes rasgos sin considerar el lucro de las isapres y las clínicas privadas. Debemos poner a disposición de la salud y la vida de la clase trabajadora lo que por más de 30 años nos han robado las familias más ricas de este país.
  • Nacionalización de la banca bajo control de trabajadores: Lo que suelen hacer los gobiernos frente a las crisis económicas es inyectar cuantiosas sumas de dineros para salvar a bancos inescrupulosos, todo a costa de reducir derechos al pueblo trabajador. Por eso es necesario expropiar la banca privada, por un Banco estatal Nacional que pueda planificar al conjunto de la economía para que sea al servicio de trabajadores y no empresarios inescrupulosos.
  • Por una segunda independencia: Chile es un país que tras la dictadura se profundizó la venta a las transnacionales, hoy la riqueza que se produce acá se la llevan las multinacionales, el imperialismo. Para facilitar ésto hay Tratados de Libre Comercio que quitan la soberanía chilena, el TPP vendría a profundizar ese proceso. Es por eso que necesario con una segunda independencia sacudirnos esa burguesía de las multinacionales, expropiar las empresas de las que se adueñaron y poner los recursos naturales y el patrimonio bajo control obrero y popular.

Para todo lo anterior necesitamos una revolución socialista a escala internacional. Es necesario plantear una economía opuesta a la actual y que se centre en las necesidades esenciales de la humanidad: salud, educación, vivienda. Socialismo gestión planificada de la economía bajo una organización de democracia obrera. Solo en una democracia obrera, la clase trabajadora, sacando a los Piñera, Mañalich y a todos los empresarios del poder, puede dominar y efectivamente gobernar.

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