En Chile se registraron temperaturas históricas durante el mes de febrero, temperaturas que bordearon los 40°C y que han provocado una cantidad alarmante de incendios. Por un lado, los gobiernos y las ONG’s culpan directamente a los consumidores y a los individuos de no cuidar el medioambiente, mientras que en la realidad solo 100 empresas son responsables de la emisión de mas del 70% de los Gases de Efecto Invernadero, responsable principal del calentamiento global y el alza de las temperaturas.

Por Christian Berríos

La dirección meteorológica de Chile anunció para el mes de febrero temperaturas mas altas de lo normal desde Arica hasta Punta Arenas, cuestión que viene siendo ya común a lo largo de esta última década y sobre todo luego del mega incendio forestal del año 2017 que quemó más de 590.000 hectáreas en el país, posicionándose como el cuarto incendio más devastador del mundo en los últimos 20 años [1].

Este 2019 las altas temperaturas han ocasionado también uno de los mayores incendios forestales en la región de Aysén, consumiendo más de 10.700 hectáreas -que equivale a 133 veces todo el terreno del parque O’Higgins. Esto ha sido principalmente ocasionado por el incremento de temperatura media de la región, en la cual según estudios de la universidad de Chile y de la Universidad de Aysén han confirmado que ha aumentado 5°C la temperatura mínima en la región[2], cuestión que es causa principal de los incendios forestales y las olas de calor.

Por otra parte, tanto el gobierno como las campañas publicitarias de las distintas empresas asocian el incremento de las temperaturas a la “irresponsabilidad” de los consumidores, afirman que el calentamiento global se puede combatir desde la acción de la “ciudadanía”, en la cultura del reciclaje, en el uso regulado de plásticos y en la utilización de las energías verdes. Pero, aunque el conjunto de la población cambie sus hábitos de consumo, la realidad muestra que el 71% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero, principal responsable del calentamiento global, son emitidas por solo 100 empresas de todo el mundo (entre ellas Exxon Mobil, Shell, British Petroleum y Chevron) que si mantienen la dinámica que siguen desde 1988 pueden aumentar en 4°C la temperatura media del planeta tierra[3].

El calentamiento global y la empresa capitalista

El IPCC (Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático), organismo dependiente de la ONU, establece que existe una influencia humana importante en lo que es el cambio climático debido a la emisión de GEI (Gases de Efecto Invernadero). Los GEI siempre han existido y son necesarios para mantener el calor dentro de la atmosfera, como si este fuera un invernadero. Sin embargo, desde que comenzó la quema masiva de combustibles fósiles, como el carbón o el petróleo, la concentración de gases ha aumentado exponencialmente, llegando a ser hasta el 40% más de lo que era en plena revolución industrial.

La gravedad del cambio climático dependerá de hasta qué punto sigamos emitiendo GEI. En el mejor caso que el IPCC plantea, la temperatura global se elevaría 1°C para el final del siglo, pero para el peor, se elevaría 4°C con consecuencias catastróficas para nuestro planeta.

Con un aumento de 4°C la probabilidad de que la selva amazónica desaparezca en su totalidad es casi de 100%, el deshielo de importantes capas de hielo será un hecho, lo que llevaría a una catástrofe mundial. Ya a partir de 2°C se abre la posibilidad de que ocurran efectos imprevistos por causa de los deshielos del suelo, donde se pueden liberar cantidades no contempladas de GEI, o que por la deforestación también se eleve la cantidad de GEI.

Por una economía al servicio de la humanidad

Ya las generaciones que nacieron antes de la década de los 90’ pueden evidenciar las modificaciones que el clima a sufrido a lo largo del tiempo, pero también han evidenciado las 21 conferencias que se realizan desde 1995 para aplacar el calentamiento global que no han tenido ningún resultado después de casi 25 años, principalmente por la resistencia de las empresas capitalistas que necesitan mantener sus ganancias a costa de la vida del conjunto de la humanidad.

Los gobiernos son los responsables, le dejan en bandeja de plata a las empresas para que éstas saquen sus ganancias y toda acción que vaya en favor de la mantención del medio ambiente termina en discursos para los medios y en escuálidas políticas que responsabilizan a la clase trabajadora y el conjunto de ciudadanos. Pero a los empresarios se les permite la creación de invasivas termoeléctricas, proyectos de explotación de glaciares, de destrucción de flora y fauna, como también de reforestación con pinos y eucaliptos (principal factor de incendios por su sequedad), que además son subvencionados por el Estado en un 75% a través del decreto 701.

Las y los trabajadores, en conjunto con las comunidades, deben administrar las empresas y el desarrollo del país a través de una política que coloque las necesidades del conjunto de la humanidad y no de un pequeño grupo privilegiado. La economía capitalista se basa en la producción sin limites de bienes para el goce individual, de un 1% de la población. La apuesta por una economía de los trabajadores, en los cuales se planifique la producción y distribución de bienes en beneficio del conjunto de la humanidad y del planeta tierra es una urgencia antes de una catástrofe planetaria. Que las fábricas y el Estado sean del conjunto de la clase trabajadora y no de políticos empresarios es la vía en la que debemos apuntar.


[1] https://www.latercera.com/noticia/incendios-chile-los-cuartos-mas-devastadores-los-ultimos-15-anos-mundo/

[2] https://www.latercera.com/nacional/noticia/incendios-aysen-superficie/529675/

[3] https://www.theguardian.com/sustainable-business/2017/jul/10/100-fossil-fuel-companies-investors-responsible-71-global-emissions-cdp-study-climate-change

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