Ya por varios compañeros nos ha llegado denuncias acerca del alto nivel de contagios por COVID en la minería, trabajadores de distintas empresas nos escriben y reclaman que no se están tomando todas las medidas preventivas y que se están ocultando los contagios, incluidos malos tratos.

Desde El Teniente, nos informan de un alza sostenida en los contagios y que esto se debe a que las medidas que inicialmente se dictaron no se están cumpliendo, como los protocolos COVID, como el aforo limitado en los buses, la toma de temperatura, los controles rutinarios, etc. además del ocultamiento de los informes de contagio en la división. También denuncian la falta de comunicación por parte de CODELCO con los dirigentes sindicales sobre los protocolos y lineamientos para cuidados frente al COVID, lo que afecta la fiscalización y que se apliquen correctamente las medidas. Los Contagios siguen elevándose y los trabajadores dejados a su suerte.

En Calama, las residencias sanitarias están colapsadas, y debido a los retrasos en entrega de PCR dejan en las mismas habitaciones a contagiados y no contagiados. Muchos mineros, en sus días de descanso se deben quedar fuera de sus hogares haciendo cuarentena, ya que no se les controla justo antes de bajar y llegan con el virus a sus localidades, ahí se hacen el control por iniciativa de ellos mismos y luego vuelven a trabajar sin ver a sus familias. Los compañeros denuncian que las empresas los tienen en abandono, que los “inspectores Covid” no les contestan las llamadas, y además culpan a los propios trabajadores del contagio. Y que los contactos estrechos no están siendo considerados para hacer cuarentena, lo cual genera que siga aumentando el contagio.

La situación es tan grave, que en Calama se vio a mineros contagiados (que pueden tener síntomas y estar en situación delicada) en una residencia sanitaria almorzando en el suelo en los patios, con todo el sol sobre sus cabezas, pues el hacinamiento no daba para más, denuncian que se les trata como perros. Para peor, a los trabajadores que salieron con descanso el día jueves, no les quisieron hacer el antígeno a la hora de bajar de la faena, y los mismos compañeros antes de llegar a sus casas tuvieron que ir a hacerse antígenos que dieron resultado positivo, es decir si no lo hubiesen hecho por su propia cuenta, si fuese por Codelco, los mineros irían a contagiar a sus propias familias y seres queridos, lo que hace que además se siga propagando el virus.

Además, durante el día de hoy un grupo de trabajadores al manifestar síntomas estando en faena, la empresa les hizo test de antígenos y PCR (ambos negativos) los bajan de faena y manda para la casa diciéndoles que no pueden subir a trabajar pero a la vez que ellos no se van a hacer cargo ni pagar sus licencias que tienen que buscar arreglárselas por ellos mismos, dejándolos a la deriva.

Todo esto demuestra que a Codelco y las transnacionales no les importa la vida ni la salud de la familia obrera. En definitiva, el virus ya está en las minas, y es por todo eso es que los mineros ya están pidiendo que se pare la faena, se mantengan los pagos de sueldos íntegramente y se puedan ir a sus casas por un mes o hasta que baje la ola de contagios, de lo contrario será más contagio, más enfermedades y más muertes.

Esta situación se suma al hecho que en La Escondida ya hubo un brote de 312 casos positivos de covid-19. Y que a nivel país ya varios Cesfam, en especial de las comunas más pobres, están colapsados y algunos sin stock de antígenos o PCR, es que van más de 38 mil casos y decenas de muertes día a día y no podemos naturalizar ningún contagio y ninguna muerte más, cada vida de la clase trabajadora importa. 

Es que la política internacional de los empresarios y sus gobiernos es dejar que nos contagiemos y muramos, la “inmunidad de rebaño”, es por eso que incluso algunos países decretan el fin de la pandemia.

Todo esto ocurre porque este sistema de explotación, hambre y miseria, el capitalismo, está al servicio de mantener la riqueza de los empresarios mientras los de abajo enfermamos y/o morimos. Las mineras pueden sostenerse, han ganado millones mientras quienes exponen su salud y vida somos las y los trabajadores.

Con toda esta situación, desde el SIM (Sindicato Interempresa de la Minería) y el Boletín La Voz del Minero, llamamos a los viejos a lo siguiente:

  • Organizarse en asambleas, sean incluso virtuales para evitar más contagios, o si están juntos mantener mascarillas y las medidas de cuidados necesarias, y ahí discutir la situación, levantar y resolver democráticamente medidas que adopten los trabajadores.

  • Plantear la necesidad de parar las faenas, exigir esto a Codelco, las contratistas y transnacionales. En resumidas cuentas, demandar una cuarentena sin cese de sueldos. Para esto hay platas, solo durante el primer semestre del 2021, las utilidades de las 15 mineras privadas más grandes de Chile sobrepasaron los 6 mil millones de dólares, con lo que se puede garantizar el pago de los sueldos. El problema es que esa plata se la han robado, no podemos seguir permitiendo que se la roben a costa de nuestra salud y posible muerte. Las riquezas del cobre debieran ser para los trabajadores, no para el bolsillo de los grandes empresarios.
  • Exigir a los sindicatos y centrales sindicales, que se pongan a la cabeza de esta demanda y apoyen a los trabajadores.
  • Si Codelco, las contratistas y las transnacionales no responden a este llamado de cuarentena sin cese de sueldo, que los trabajadores organizados generemos nosotros mismos el paro. Nosotros producimos las riquezas de los de arriba, no dejemos que esa riqueza siga siendo a costa de la salud y vida no solo nuestra, sino hoy también de nuestras familias, de nuestras esposas, hijos, madres, pues sabemos que el virus lo llevamos al hogar de vuelta. Trabajamos por nuestras familias, porque nos importan, pero hoy gracias a los de arriba estamos poniendo en riesgo a nuestros seres queridos.

Fuerza trabajadores de la minería, a organizarnos y a dar una respuesta de clase a esta terrible situación a la que somos expuestos por la avaricia de unos pocos.

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