La tarde de ayer miércoles se realizó en diferentes ciudades del país una masiva manifestación por el derecho de las mujeres a decidir sobre sus propios cuerpos y a tener acceso al aborto libre, seguro y gratuito por parte del Estado de Chile. Durante la manifestación en Santiago, tres mujeres fueron apuñaladas, cobardemente, por desconocidos que falsamente dicen defender la vida del que está por nacer. Es la reacción totalitaria y opresora que aflora en ciertos hombres y también ciertas mujeres cuando ven en peligro sus privilegios y sus creencias. Más tarde, por las redes sociales, un grupo que se hace llamar Movimiento Social Patriota reconoció estar dispuesto a impedir las marchas proaborto, llamando a castigar a los “progresistas” y “mujeres aborteras” en una abierta amenaza. Estas expresiones autoritarias esconden miedo, pero a la vez demuestran que hay sectores, amparados en el falso discurso pro – vida del gobierno Piñera, que incitan al totalitarismo por sobre la diferencia. Y con el autoritarismo no es posible el diálogo, se le enfrenta con lucha.

Como mujeres trabajadoras, dueñas de casa, estudiantes y pobladoras, oprimidas por las leyes y el Estado capitalista que usan el machismo para mantener la precariedad de la vida material y cultural de miles de familias, decimos que tales actos de barbarie sólo nos motivan a continuar con más fuerza nuestra lucha. Nosotras entendemos que las demandas iniciadas por el sector de las estudiantes que ya se han movilizado durante más de dos meses contra todas las formas de acoso y abuso sexual, debe continuar pero sumando al sector de mujeres que falta: las trabajadoras y pobladoras. Nosotras decimos que debemos dar un nuevo impulso a esas demandas, discutiendo que el abuso y el acoso también se cometen día a día contra mujeres en puestos de trabajo precario y de sobreexplotación. La ilegalidad del aborto condena a miles de mujeres pobres a enfrentar la muerte. Todo esto demuestra la explotación que viven no sólo las mujeres, sino toda la clase trabajadora. Debemos unirnos, hombres y mujeres de nuestra clase, para que nuestros barrios y poblaciones sean lugares seguros; para que nuestras familias se liberen de las relaciones basadas en el machismo y podamos luchar contra la explotación capitalista que lo usa para dividirnos. El capital se beneficia de la industria de la ropa y de la moda con sus modelos famélicas, de la publicidad con mujeres en actitud erótica y de la gran industria de la prostitución y el comercio sexual infantil. Por eso en Chile no es ilegal la prostitución pero sí el aborto. Por eso la derecha pinochestista y del Opus Dei, castigan el aborto, pero dejaron impunes a los responsables por las muertes, tortura y desaparición de mujeres opositoras embarazadas. Por eso las mujeres pro-vida, defienden la vida del que no ha nacido, pero no están ni ahí con la vida de los niños menores de 5 años que viven en la cárcel junto a sus madres presas. Ésa es la doble cara de su discurso.

En muchos países desarrollados el aborto es una política pública, con financiamiento del Estado y disponible para cualquier mujer: Alemania, Francia, Noruega, Suecia, Canadá y otras decenas más. La Organización Mundial de la Salud lo promueve como una política pública y de derechos humanos. No se impone el aborto como práctica habitual porque las mujeres no lo piden por diversión.

Sin embargo en Chile, un sector minoritario ligado a las iglesias y a la derecha pinochetista imponen su visión y en la práctica niegan este recurso a miles de mujeres pobres. Las mujeres burguesas tienen este acceso garantizado por su dinero y la discreción de clínicas privadas que disfrazan sus abortos bajo la etiqueta de apendicitis.

Debemos reforzar nuestras organizaciones y marchas, para que no se repitan más agresiones a mujeres que luchan por sus derechos.

POR UN MOVIMIENTO QUE LUCHE POR LOS DERECHOS DE LA MUJER, QUE SEA DE CLASE Y ANTICAPITALISTA

A DISCUTIR MEDIDAS CONTRA EL ACOSO Y LOS ABUSOS DE LA PATRONAL EN NUESTROS SINDICATOS, CON LAS Y LOS TRABAJADORES

POR UN ENCUENTRO DE ESTUDIANTES CON LAS TRABAJADORAS Y POBLADORAS EN COMITÉS DE PROTECCIÓN A LA MUJER

POR LA UNIDAD DE TODA LA CLASE EN COMITÉS DE PROTECCIÓN EN NUESTROS BARRIOS, CONTRA LOS ACOSADORES, MALTRATADORES Y FEMICIDAS

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