Este martes, siete comunas de la Región Metropolitana y dos de la Región de Valparaíso comenzaron su proceso de desconfinamiento, pasando de la cuarentena a la etapa de “transición”, donde la restricción de movimiento aplicará sólo a los fines de semana y en la noche. Ni siquiera se siguen a cabalidad los parámetros de la OMS.

Es en ese contexto que han venido una serie de críticas de distintos especialistas, más aún cuando no es primera vez que Piñera avanza en querer “volver a la normalidad” o un “Retorno seguro”. Investigadores de Espacio Público indican que “se está dando este paso antes de tiempo, porque el sistema de trazabilidad existente en la actualidad no será capaz de mantener los niveles de contagio bajos y detectar rápidamente brotes que puedan requerir medidas restrictivas”, pues recién a mediados de agosto se podrán observar datos que respondan a estas medidas de desconfinamiento parcial.

El Dr. Ramón Kong, urgenciólogo del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, manifestó sobre a la nueva estrategia sanitaria del gobierno, manifestando que será una “fracaso”, agregando que se agrava al no existir una coordinación de los Ministerios de Transporte y Trabajo en varias áreas, uno de ellas es la situación de los horarios punta. Según médico este desconfinamiento gradual puede producir un peligroso rebrote de la pandemia, como ha ocurrido en otros lugares del mundo, por ejemplo en algunas zonas de España.

Por la vida y la salud de trabajadores: Ingreso de 600 mil pesos para todos para garantizar la cuarentena, ¡Fuera Piñera!

Tal como hacen la mayoría de los Gobiernos capitalistas, las cifras de infectados y muertos han sido brutalmente alteradas en Chile, según la misma ONU hay un 61% de subnotificación de muertes en nuestro país. Más claro vemos que esta pandemia no nos afecta a todos por igual, cuando se publican los datos de Espacio Público donde indica que las comunas como Independencia, Huechuraba, La Pintana, Cerro Navia y Recoleta presentan mayores tasas de mortalidad de adultos mayores, triplicando a las comunas con mayores ingresos económicos como Vitacura, La Reina y Las Condes.

La pobreza sin duda sitúa en medio de esta pandemia, mayores factores de riesgo no solo de contagio, sino muerte, la clase trabajadora empobrecida es el verdadero grupo de riesgo, ya que la atención depende de los cupos de los complejos hospitalarios, generando mayores obstáculos para una atención médica garantizada.

El coronavirus evidencia la negligencia criminal de Piñera un gobierno que debe salir si queremos realmente enfrentar esta pandemia, pero eso tampoco nos debe llevara confundir con la supuesta “oposición”, ya que también las décadas de gobiernos de la ex concertación y ex nueva mayoría, responsables de los planes neoliberales que en nada han fortalecido a la red de salud pública, siendo cómplices e impulsores de la desmantelación y abandono de la salud pública, como de aumento de privatizaciones y de subsidios del Estado al sector privado.

El COVID-19 puso ante los ojos del país, que en pleno siglo XXI nos encontramos totalmente desprotegidos, con la escasez de hospitales, de pocas unidades para terapias intensivas, con un sistema público de salud colapsado, sin camas críticas suficientes, ni ventiladores mecánicos para atender a la totalidad de la población que lo requiera.

Estamos en un contexto que no existe vacuna al corto plazo, ni tratamiento seguro, no obstante, el Gobierno de Sebastián Piñera a través de su plan “paso a paso” se encuentra abandonando las cuarentenas por la presión de las grandes empresas, con una alta probabilidad de una nueva continuidad de olas de contagios.

Se torna urgente exigir aumento de personal médico pero con buenas condiciones laborales, para garantizar la atención hasta los barrios y lugares de trabajo si son esenciales, para frenar así con el colapso de hospitales.

Debemos exigir también un testeo masivo a la población para rastrear y monitorear la pandemia, y combatir con la subnotificación de casos.

Entregar todas las garantías para que la gente no se exponga ni contagie al ir a cobrar su 10% de las AFP, ya hemos visto en el primer día errores de sistema y colapso en la mayor parte de las páginas web, lo que ha llevado a filas enormes fuera de las AFP para poder nuestras platas.

No se puede garantizar una cuarentena si es con hambre y represión, sino con condiciones de vivienda y renta mínima de $600.000 pesos mensuales para todos (trabajadores y desempleados). Que solo sigan funcionando los trabajos esenciales y con todas las condiciones para evitar el contagio. Por alojamiento en casa, hoteles y departamentos que estén desocupados para personas en situación de calle, sino confiscar hoteles para garantizar la cuarentena. ¡Fin al toque de queda!

Para lo anterior debemos exigir aumento del presupuesto para la salud, pero no endeudando al Estado, sino sacando plata de las grandes fortunas. Debemos luchar por la expropiación de las clínicas y laboratorios, como la construcción de nuevos hospitales, para tener más unidades de terapia intensiva, en base a recursos extraídos no de endeudar más al Estado -que finalmente lo tendremos que pagar los mismos trabajadores-, sino a costa de los impuesto progresivos y graduales los grandes empresas y multimillonarios de Chile.

Mientras luchamos por estas exigencias, no podemos esperar en confiar todo a la respuesta del gobierno, necesitamos levantar ensayos de autoorganización en lugares de trabajo y barrios ya sea para solidarizar con personas contagiadas que no puedan salir, para ayudar a los más expuestos a ser factor de riesgo y para solucionar el problema del hambre. Rescatamos el ejemplo de las brigadas de primeros auxilios como la que está en Puente Alto de Santiago. Por comités de lucha en los lugares de trabajo para presionar por condiciones sanitarias si no logramos recuperar los sindicatos ni ponerlos a la cabeza de esta pelea. ¡Son ellos o nosotros!

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