por Tamara Norambuena

A pesar de ser escupido, insultado y repudiado por un gran sector en Plaza Dignidad, tras haber firmado al Acuerdo por la Paz, a espaldas de miles que protestaban, se movilizaban, eran encarcelados, asesinados y mutilados, Boric es una de las cartas más seguras a disputar las presidenciales los próximas días.

Los trabajadores y trabajadoras debemos considerar que no basta con que cambien las personas, no es relevante si son jóvenes en la política sino más bien, a dónde apuntan sus ideas fuerza, ejes o programas, en beneficio de quién y hasta qué tipo de sociedad proponen, para no caer en las trampas discursivas.

Las elecciones son generalmente, un caldo de cultivo para disfrazar las intenciones reales que van más allá de los discursos, porque se anuncian políticas que reflejan los intereses de una clase social. Por lo tanto, no trataremos aquí sobre la personalidad del candidato, sino que nos centraremos sobre su programa.

Gabriel Boric encabeza la candidatura del Frente Amplio y el bloque Apruebo Dignidad (Partido Comunista, Comunes, Revolución Democrática, Convergencia Social, Federación Regionalista Verde Social, Acción Humanista, Izquierda Cristiana, Movimiento Unir, Fuerza común) después de las primarias celebradas el 18 de julio del 2021.

Boric saltó a la palestra política en el movimiento estudiantil del 2011, liderazgo que compartió junto a Giorgio Jackson y Camila Vallejos, para instalarse en ese entonces, como bancada juvenil-estudiantil que supuestamente impondría desde el parlamento la lucha por la Educación gratuita universal. Sin embargo, bajo el gobierno de Bachelet, esa bancada sólo consiguió una reforma de gratuidad para el 60% de las familias de menores recursos. La educación pública y gratuita quedó en un discurso.

El árbol de Boric, un programa que apunta a las ramas y no a la raíz

Boric y Apruebo Dignidad proponen un programa de 53 cambios o medidas de carácter inmediato para gobernar el país. Los Ejes centrales que mencionan recogen una serie de demandas, las más sentidas por la población, que se hicieron patentes de conjunto a partir del 18 de octubre, cuando estalla un proceso revolucionario, donde millones en las calles gritaban no son treinta pesos, son treinta años, cuestionando un modelo y sistema económico cuyo origen está basado en el saqueo de los grandes grupos económicos, la explotación y la desigualdad.

Muchos de los enunciados de su programa plantean supuestas soluciones a los problemas sentidos por el pueblo, como por ejemplo: el término de las AFP y la garantía de derechos sociales, algunos derechos para la mujer o la crisis medioambiental -de hecho se autoproclama “El primer gobierno ecologista de la historia”-, pero decimos supuestas porque aunque coincidimos en la importancia de dar respuesta a aquellas demandas, creemos que el programa encabezado por Boric, se va por las ramas y no por cambios de raíz, que den una salida definitiva a nuestras necesidades; muy por el contrario, generan una expectativa en varios sectores de que Chile, puede ser por refundado por la voluntad de empresarios e inversionistas (discurso de Boric en ICARE) mas, nos preguntamos si es posible “Un nuevo Chile” manteniendo los patrones de acumulación capitalista fundados sobre la explotación de los trabajadores y el saqueo a gran velocidad y en grandes cantidades, de nuestros bienes naturales.

Hacia dónde va el programa encabezado por Boric…

Si bien, hay propuestas que son un avance en derechos democráticos como la legalización del aborto, políticas contra la violencia de género, currículum no sexista, modificación la ley de identidad de género para el cambio de nombre y sexo registral desde los 14 años, etc., es importante desmenuzar el programa de conjunto, porque aquellas reformas que propone como estructurales, no hacen más que perpetuar el mismo patrón de acumulación de riqueza (saqueo) y sólo implementar una política de redistribución de la renta. Luego, nos preguntamos si acaso es posible un modelo capitalista que lleve a fondo una transición ecológica, las garantía plenas y definitivas de derechos sociales o el cambio de una matriz productiva, en convivencia con el apetito voraz de los “inversionistas” nacionales de los grandes grupos como Luksic, Matte, Angelini etc. o las grandes multinacionales presentes en nuestro país como BHP Billiton, Anglo American, Xstrata etc.

Si tomamos los ejes del programa de Boric, hay tres ítem que develan su política:

1- Transición ecológica, entiéndase por ello en al marco en el marco de la crisis global medioambiental con el calentamiento global. El programa de Boric, nos propone medidas que apuntan a la adaptación climática, fin del extractivismo y la sostenibildad de la vida. El proceso de descarbonización y el cambio de la matriz energética por Hidrógeno verde (que no se encuentra aislado y se extrae de otras sustancias que lo contienen como el agua, el carbón, el gas natural y en general de las mismas energías renovables mediante un proceso de electrolisis). Para ello, proclama, la creación de un Fondo soberano de adaptación al cambio climático con parte de recaudación del royalty, es decir con fondos públicos nos haremos cargo del desastre medioambiental que dejan los privados. El desarrollo sostenible y la utilización racional de los bienes naturales, el derecho humano al agua, avanzar en la soberanía alimentaria con la protección de las semillas y el patrimonio genético, pero sin tocar aquellas que ya han sido adquiridas por Bayer o Monsanto; la creación de la empresa nacional del Litio. Todo esto suena muy bien, pero en el desarrollo programático, el modelo se perpetúa estableciendo una alianza público-privada, regulación y fiscalización.

2- Consagración de un Estado de Social de derecho

Este punto engloba todas aquellas demandas de las cuales fueron despojados los trabajadores chilenos, pensiones, salud, educación, vivienda, derecho a huelga etc. Si bien las ofertas son tentadoras como por ejemplo, condonación a deudores del CAE, piloto de transporte público doble cero (gratuidad- contaminación) en tres o cuatro comunas, reducción gradual de la jornada laboral a 40 horas, la promoción de la democratización de los conocimientos y tecnologías en educación. Sin embargo, en el desglose, el estado no es garante de tales derechos, en educación “Se revisará y mejorará la política de gratuidad”, la Condonación del CAE se dirige a un “nuevo sistema de créditos transitorio hasta alcanzar la gratuidad”. En salud, el acceso tampoco está garantizado sino más bien lo que propone es una nueva administración eficiente de los servicios públicos con la formación de una nueva institucionalidad que reemplaza a Fonasa, pero que no elimina las Isapres como nicho de negocio. En vivienda, ofrece la creación de un Banco de suelo público y Financiamiento a Inmobiliarias Populares pero no toca el lucro de las grandes Inmobiliarias y no se centra en el problema real de la vivienda que es la cantidad de metros cuadrados que precisa una familia para vivir bien, incluyendo las áreas verdes y de recreación.

En el mundo del trabajo, si bien recoge el derecho a huelga, establece la negociación Multinivel, que nada tiene que ver con la negociación por rama de la producción que devuelve el poder real de negociación para los trabajadores; sólo revisa la regulación del subcontrato sin acabar con él, cuando sabemos que esta es una de las herramientas para atomizar, precarizar y vulnerar los derechos de los trabajadores, por otro lado, propone incorporar trabajadores a los directorios de las empresas haciéndolos parte de la gestión, pero nosotros sabemos que el poder de decisión de ellos estará en minoría respecto de la patronal y que corren el riesgo de sucumbir a los intereses de ellos dando paso a la corrupción. El término de las AFP, no es tal sino un sistema de convivencia entre el modelo de capitalización individual y la instalación de un sistema de seguridad social tripartito, pero que para hoy, el programa es enfático en declarar que No interferirá en la propiedad de los fondos ahorrados hasta la fecha en el sistema de capitalización individual, sin plantear la necesidad de recuperar los fondos que aún siguen capturados por las grandes aseguradoras.

3- Reformas estructurales

En general, este programa, aunque se disfraza de “nuevo modelo de desarrollo” sigue la línea de los gobiernos progresistas, que pretenden dar un rol un poco más protagónico al estado y modificaciones basadas en la recaudación de impuestos como un Royalty progresivo (1%), impuesto a los súper ricos (1,5%), Impuesto Verde (1%) y un combate a la elusión tributaria (2,5) pero no se pronuncia sobre la fuga de capitales de los grandes grupos hacia los paraísos fiscales. La formación de un Banco Nacional de Desarrollo, que continúa con el financiamiento público hacia el sector privado, ya que cuenta con un Fondo de Financiamiento especializado en el otorgamiento de capital a empresas innovadoras. Aumento en cultura y Ciencia, tecnología e Innovación, que lleguen a un 1% del PIB, mientras que la media mundial ronda los 2, 274 % (portal del Banco Mundial), siendo Israel y Corea del Sur con más del 4,8%. Todo esto acompañado de la Reducción gradual y sostenida del déficit fiscal, medida contradictoria porque esta prioriza el pago de la deuda pública, haciendo ajustes, que en general saca dineros del presupuesto destinado a salud, educación y vivienda.

Pero, ¿Es posible una transición ecológica o un Estado social de derechos, sin el cambio estructural del modelo?

La respuesta es no. En primer lugar porque este programa supone la buena voluntad de los grandes grupos económicos para racionalizar la extracción, y lo menciona como “Acuerdos estratégicos de producción sustentable con pequeños, medianos y grandes productores y comercializadores”; mas sabemos que la producción en el sistema capitalista, está en función de la ganancia y no de las necesidades, en consecuencia, la producción es anárquica y en gran volumen, impactando inevitablemente el medioambiente, dejándonos zonas de sacrificio y tirando las ganancias directamente a los bolsillos de los grandes conglomerados. En segundo lugar, porque no toca la propiedad de los actuales saqueadores de los bienes naturales, por ejemplo, sólo habla de “protagonismo” del estado en la minería y no apunta a la nacionalización, procura un plan de cambio de matriz energética al hidrógeno verde; mientras de hecho, el Grupo Matte, ya inició trabajos en Colbún para la producción de este recurso. Es decir, se mantiene el modelo de integración vertical donde los grupos económicos son los dueños del agua, los bosques, los peces, hasta los medios de comunicación y continuarán también, las multinacionales extrajeras, con el mismo ritmo de extracción y explotación de estos bienes. Aquí radica el gran problema, pues estos patrones de acumulación de riqueza son los que generan la desigualdad, grandes fortunas para unos pocos, los mismos que hasta hoy se llevaron estos bienes comunes; pobreza y zonas de sacrificio medioambiental para otros. En tercer lugar, porque el royalty progresivo que aparentemente “nos permita superar el extractivismo” o un impuesto a las grandes fortunas, son impuestos insuficientes y mentirosos, pues esta política tributaria, sólo favorece la concentración de capital y afecta a la clase trabajadora tarde o temprano ya sea a través del IVA (que básicamente es un impuesto al consumo) o simplemente porque tienen origen en la explotación, ya que son parte de la plusvalía generada por el trabajo no retribuido de los trabajadores, por lo tanto quienes siguen financiando los programas sociales, de mitigación medioambiental propuestos, son los propios trabajadores. Por último, porque nos propone una economía que respeta aquellos acuerdos internacionales para que continúen los mismos intereses multinacionales apropiándose de nuestros bienes “Mejorar la participación aprovechando la red de acuerdos comerciales, Chile no alterará ningún acuerdo unilateralmente” , es decir perpetuando nuestra dependencia económica e hipotecando nuestra soberanía al servicio de los países desarrollados.

En síntesis, es un programa que cambia muy poco la vida para la clase trabajadora y que no satisface las demandas planteadas el 18 de octubre, para que puedan detener el saqueo y dar garantía a los derechos sociales. Nosotros creemos, que necesitamos un programa con total independencia de clase para garantizar la vida en relación con el cuidado de la naturaleza. Esto, nos impone la urgencia de Recuperar los bienes naturales, nacionalizando las grandes empresas mineras, forestales, AFPs y la Banca, sin indemnización, pues ya ganaron lo suficiente, bajo el control de los trabajadores para efectivamente poner la producción bajo la lógica de cubrir nuestras necesidades ya no de la ganancia y así poder avanzar en función de la industrialización del país, resolviendo las tres preguntas que garanticen la vida plena con derechos permanentes, qué , cómo y cuánto producir; para que de esta forma mantengamos el equilibrio con los ciclos de la relación entre el hombre y la naturaleza y para que por fin la distribución sea justa para quienes producen la riqueza de este país, sus trabajadores.

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