por David Espinosa
En un discurso de más de 3 horas y media, Gabriel Boric presentó un balance de su año y medio de gobierno y las futuras prioridades de su gestión. Su discurso estuvo marcado por amplios llamados a la unidad de las distintas fuerzas políticas y sectores sociales para “recuperar la esperanza” en el futuro del país. En esta breve nota queremos comentar algunos de los aspectos más relevantes de su discurso y también las ausencias, que muchas veces hablan más que el propio discurso.
El gobierno de la “unidad”
En varios momentos, Boric destacó la importancia de la “unidad” entre distintos sectores sociales y políticos. Luego al inicio, partió criticando la Convención Constitucional que, según él, elaboró una propuesta de Constitución “partisana”, que no logró unir a los chilenos y chilenas y por ello fue rechazada. Como un ejemplo opuesto, de “unión” y “acuerdo amplio”, citó el proyecto de nueva constitución elaborado por los actuales “expertos”, que logró ser aprobado por la unanimidad de estos, desde el Partido Comunista hasta el Partido Republicano. También como ejemplos positivos de la unidad, reivindicó varias leyes que fueron votadas por la amplia mayoría de los parlamentarios, como la ley de 40 horas, el royalty minero y el aumento del salario mínimo. Esa “unidad” de la derecha y la “izquierda” en el Congreso también se expresaría en la unidad entre gremios empresariales y organizaciones de trabajadores, como la CUT. La conclusión es simple: cuando los distintos sectores políticos y sociales se ponen de acuerdo, es posible avanzar. Cuando hay muchas diferencias, el país queda estancado. En las palabras de Boric:
“Mucho de esto se ha materializado por los acuerdos alcanzados aquí en este Congreso. Por lo mismo, agradezco a los parlamentarios su disposición a poner las urgencias de la población por delante de las disputas políticas. ¡Cuando somos capaces de ponernos de acuerdo poniendo en el centro a las personas, mejora la vida en nuestro Chile!”
A ese tipo de gobiernos los marxistas caracterizamos como gobiernos de colaboración o conciliación de clases. ¿Qué significa esto? Que son gobiernos que intentan conciliar distintos intereses sociales, como si lo que fuera bueno para los grandes empresarios también pudiera serlo para la clase trabajadora y el pueblo pobre. Y no solo los marxistas utilizamos estos términos. La presidenta de Icare, una de las más importantes asociaciones empresariales de Chile, invitó a Boric a convertirse en el líder de la “revolución colaborativa”.[1] En otro video de la institución, una pieza casi cinematográfica que promueve el ENADE, encuentro empresarial más importante del país, se habla de la “revolución de la colaboración”, una unión entre el “sector público y privado” que es capaz de “apagar los más brutales incendios”.[2]
Pero ¿de qué están hablando exactamente? Justamente de lo que está pasando en Chile. Desde 2019, los principales partidos políticos del régimen -de la UDI al Partido Comunista- se pusieron de acuerdo, junto al gran empresariado, para “apagar” el incendio que se inició el 18 de octubre de 2019. Esto sería bueno si fuera para mejorar la vida de la población, sin embargo, no es esto lo que está pasando ni lo que va a pasar. No es posible agradar al mismo tiempo a los que saquean el país cotidianamente y a los que son explotados por los saqueadores. Es necesario elegir un bando y Boric ya hizo su elección. Ahora lo que está tratando de hacer es convencer a los de arriba para que suelten unas migajas para los de abajo, mientras fortalece al Estado burgués y su aparato represor para evitar futuros “incendios”. Su largo discurso en la Cuenta Pública no puede ser entendido si no se ubica este elemento central: la permanente intención de conciliar intereses opuestos, pero al servicio de los grandes empresarios y de la mantención del capitalismo neoliberal chileno.
Esa “revolución” de la colaboración ya tiene sus primeros resultados: el país está bajo control, ya no hay protestas violentas ni marchas masivas todos los días y los empresarios pueden respirar aliviados (por ahora). En las palabras de Boric: “Ahora, si lo evaluamos desprovistos de pasiones contingentes, todos quienes estamos en esta sala estaremos de acuerdo con que el panorama de Chile es más ordenado que cuando tomamos el gobierno.”
Las principales reformas del gobierno
Si bien el gobierno ha logrado estabilizar el país, Boric sabe que su situación es complicada. Su coalición tiene conciencia que para “apagar el incendio” iniciado el 18 de octubre de 2019 es necesario más que promesas de una Nueva Constitución y algunas pequeñas concesiones, como un sueldo mínimo que no alcanza ni para sacar a una familia de la pobreza. Por ello, desde la campaña presidencial, prometieron realizar importantes reformas, como una reforma de pensiones que terminaría con las AFPs, una reforma tributaria que distribuiría la riqueza, el fin del CAE, etc. Esas propuestas en sí ya eran insuficientes para solucionar los problemas sociales, pero ahora el escenario es bastante distinto. La coalición de gobierno no solo no tiene ningún poder en el Consejo Constitucional que escribirá la Nueva Constitución, como tampoco tiene mayoría en el Parlamento. Esto significa que todo su programa de gobierno depende de los acuerdos con la derecha tradicional e incluso con Republicanos, que ganó enorme peso político después de las últimas elecciones.
Este escenario ya llevó al gobierno a sufrir una dura derrota en el Congreso con la Reforma Tributaria y seguramente lo mismo pasará con su Reforma de Pensiones. En el caso de la Reforma Tributaria, las exigencias de la derecha serán enormes y bloquearon cualquier mínimo intento de “repartición” de la riqueza a través de impuestos a los patrimonios o alza de impuesto a las empresas. En relación con la Reforma de Pensiones, es probable que esta quede aún peor que la actual propuesta del gobierno, que mantiene el negocio de las AFPs. La derecha está exigiendo que los 6% de cotizaciones extras vaya directo a las AFPs y no al nuevo ente estatal. O sea, en cualquiera de los casos, perdemos los trabajadores y ganan las AFPs.
Aún así, Boric emplazó a la derecha a ser responsable y aprobar las reformas, ya que algo es mejor que nada, en su razonamiento. Tienen exactamente la misma lógica de la antigua Concertación: negociar de forma permanente con el empresariado y la derecha entre cuatro paredes para terminar aprobando reformas que no cambian nada de fondo. La administración del neoliberalismo, ahora por jóvenes tatuados.
“Hoy Chile le exige al Gobierno y a este honorable Congreso Nacional celeridad, responsabilidad y compromiso en la tramitación de esta reforma, y por eso para mí y para mi gobierno esta es una prioridad. Hemos logrado acuerdos transversales en otras ocasiones, podemos lograrlo aquí también poniendo en el centro del debate a los chilenos y chilenas que merecen tener una vejez digna y tranquila. El gobierno está disponible a conversar las mejores herramientas para cumplir el objetivo, espero que este Congreso lo esté también. Nuestros compatriotas no tolerarán un nuevo fracaso en esta materia.” (Boric)
Las promesas y la realidad
Dos de las promesas de campaña de Boric quedaron en entredicho en su discurso. La condonación de la deuda CAE y el pago de la deuda histórica de los profesores, que se arrastra hace 40 años, quedaron condicionadas a la aprobación de la Reforma Tributaria. Posteriormente, el ministro Mario Marcel salió a aclarar que la condonación del CAE tampoco estará presente en la reforma tributaria, ya que será otro proyecto, a ser presentado después y con otros mecanismos de financiamiento.[3] O sea, lo más probable es que nada de eso salga del papel. En relación con al deuda histórica, Boric fue claro: El Estado no tiene dinero para costearla.
Tales respuestas ya generaron reacciones, principalmente del sector de profesores, donde el Colegio de Profesores hasta dijo evaluar un paro general para presionar el gobierno.[4]
¿No hay dinero?
Durante la primera vuelta presidencial, Boric dijo que su programa de gobierno necesitaba un aumento de recaudación estatal correspondiente a 8% del PIB. Ese monto disminuyó a 4% en la segunda vuelta, cuando ingresó la Concertación a la coalición. Ahora, Mario Marcel habla de una recaudación de 2,5% para cumplir las “prioridades”, que ya cambiaron completamente desde la campaña. Seguramente ese monto va a terminar en 1% después de las negociaciones con la derecha. O sea, una historia que ya vimos muchas veces. Se prometen cosas que después no se cumplen.
Sin embargo, no es verdad que no hay dinero para realizar las reformas. El problema es que esos recursos se concentran en algunas familias chilenas multimillonarias y transnacionales que saquean el país. Un ejemplo, solo en 2022, las empresas pertenecientes a 3 familias -Luksic, Matte y Angelini- obtuvieron ganancias por más 8 mil millones de dólares. Hoy se calcula que la deuda histórica de los profesores está alrededor de 12 mil millones de dólares. O sea, solo con las ganancias de un año de 3 familias se podría pagar 2/3 de la deuda! Esto sin hablar de las ganancias de las mineras transnacionales, salmoneras, de SQM, los dueños del retail, etc. Los recursos existen, el problema es que para obtenerlos es necesario enfrentarse al gran empresariado, lo que Boric, el PC y el PS no quieren hacer. Si efectivamente quisieran solucionar los problemas del país, deberían confiscar las ganancias del gran empresariado y nacionalizar la gran minería del cobre y el litio. Obviamente se enfrentarían con la derecha y el gran empresariado, pero para eso podrían apoyarse en el pueblo en las calles, en la CUT, en los sindicatos, Federaciones, en los pobladores y la juventud. Pero no hacen nada de eso, todo al revés. Su política es sentarse con el gran empresariado e implorar que den algunas migajas para el pueblo para que Chile no vuelva a explotar. Esto no va a funcionar, como no ha funcionado en los últimos 30 años. El país es una bomba reloj, es cuestión de tiempo para que explote nuevamente.
¿Combatir la delincuencia o fortalecer al Estado burgués?
Boric dedicó más de media hora de su discurso a un tema que, en sus palabras, se transformó en la “primera prioridad” de su gobierno, la seguridad pública. Es verdad que la delincuencia ha aumentado y es necesario que se tomen medidas respeto a ello.[5] Sin embargo, la instalación del discurso de la seguridad como principal problema social ha sido de la derecha y de la prensa burguesa, ya que ellos saben claramente que necesitan sacar el foco de las demandas sociales y generar un nuevo enemigo para canalizar el descontento social. Quieren hacernos creer que los inmigrantes son los que generan los mayores problemas del país, desviando así la atención del gran empresariado, los verdaderos saqueadores que impiden que mejore la vida del pueblo.
Boric y el PC han tomado con gusto el discurso de la derecha y están implementando casi todas las medidas exigidas por ellos. La primera y más vergonzosa de ellas fue la militarización de la Araucanía (¡que es refrendada todos los meses con votos incluso del Partido Comunista!), que Boric había prometido terminaría. Después, la aprobación de la Ley Naín-Retamal. Ahora, enormes inversiones en Carabineros, construcción de nuevas cárceles, etc. Boric cita a Salvador Allende pero se parece más a Bukele.
El pueblo trabajador, la juventud, las mujeres y pobladores, debemos tener claro que la mayor inversión en “seguridad” tiene un objetivo fundamental que va mucho más allá del “combate a la delincuencia”: fortalecer al aparato represor del Estado para reprimir el movimiento obrero y social y poder aplastar sus iniciativas, así como un próximo estallido revolucionario que se produzca en el futuro. Boric, la derecha y el gran empresariado saben perfectamente que el 18 de octubre sobrepasó completamente a los Carabineros e incluso cuestionó el rol jugado por las Fuerzas Armadas. Saben que Carabineros es una institución en crisis y desprestigiada y por eso necesitan hacer una enorme inversión y campañas de propaganda para recuperar su reputación.
Como el gran empresariado sabe que no hará grandes concesiones al pueblo y que eso generará movilizaciones, protestas y huelgas, se están preparando para ello. Lo mismo en relación con las demandas del pueblo mapuche. La no devolución de las tierras no tendrá otra consecuencia que aumentar la polarización en el Wallmapu, que tendrá que ser respondida con más militares y Carabineros. Boric en su discurso exaltó el combate a la delincuencia y puso al mismo nivel el combate al crimen común y la prisión de “los cabecillas de la CAM”, como Héctor Llaitul, que hoy se suma a la larga lista de presos políticos mapuche en las cárceles chilenas.
Las ausencias hablan más que el discurso
Por último y no menos importante. Simbólicamente, el discurso de Boric llamó la atención por sus ausencias. Al mismo tiempo que habló sobre los “mártires” de Carabineros, Boric no dijo una palabra sobre los asesinados por la policía y Fuerzas Armadas en los últimos 4 años. Ninguna palabra sobre el juicio y castigo a Piñera y los verdaderos delincuentes que ordenaron la violenta represión que quitó la vida a decenas de nuestros compañeros y dejó a centenas de personas mutiladas. Le decimos a Boric que los verdaderos mártires del pueblo son Cristian Valdebenito, Alex Núñez, Abel Acuña y muchos otros que dieron sus vidas por conquistar mejores condiciones para el pueblo chileno y extranjero que vive en Chile.
El discurso de Gabriel Boric demuestra una total capitulación a los grandes empresarios, a la derecha y a la podrida oficialidad de las Fuerzas Armadas y Carabineros. Su segunda cuenta pública es una rendición de cuentas al gran empresariado y a la derecha.
[1] https://www.df.cl/economia-y-politica/pais/maxima-ejecutiva-de-icare-a-boric-usted-tiene-en-sus-manos-la
[2] https://www.youtube.com/watch?v=yBQlre7o9pI
[3] https://digital.elmercurio.com/2023/06/03/B/KD49IKVH#zoom=page-width
[4] https://www.biobiochile.cl/noticias/nacional/chile/2023/06/01/las-promesas-se-cumplen-colegio-de-profesores-critica-a-boric-por-incumplir-pago-de-deuda-historica.shtml
[5] Sobre el tema de la violencia urbana y cómo enfrentarla, ver: https://www.vozdelostrabajadores.cl/declaracion-del-mit-sobre-la-violencia-en-chile-rechazo-total-a-la-ley-nain-rematal