por Comité Ejecutivo MIT

Hace pocos días el Consejo Constitucional aprobó el proyecto de Nueva Constitución, con los votos a favor de los partidos de derecha. Esta propuesta será sometida a Plebiscito el próximo 17 de diciembre, donde la población tendrá que votar “A favor”, “En contra” o Abstención/nulo.

Desde el MIT decimos claramente a las y los trabajadores y a la juventud popular: debemos ir a votar En Contra. La propuesta de Nueva Constitución no solo mantendrá todos los problemas de Chile actual como pretende empeorar aún más la vida de la población trabajadora, en beneficio de las ganancias de los empresarios y transnacionales.

Si bien la Constitución es solamente una ley y no tiene efecto inmediato en la vida de las personas, se trata de la ley de máxima jerarquía en la democracia de los patrones  y esta herramienta legal  marcará una “hoja de ruta” por parte  de los políticos tradicionales para atacar aún más nuestras condiciones de vida beneficiando a los dueños del país. Aquí listamos algunos motivos por los cuáles debemos votar En contra.

Se mantiene la privatización de los derechos sociales

La NC mantiene la privatización de todos los llamados servicios públicos o derechos sociales. Se mantiene la privatización en salud, educación y pensiones. Las odiadas AFPs no solo seguirán existiendo como estarán aún más protegidas. En salud y educación, el sector privado seguirá existiendo y peor, con subsidios públicos, como funciona hoy. En vivienda, ninguna novedad: las inmobiliarias y los propietarios de la tierra seguirán ganando ríos de dinero con el alto precio de los arriendos y de los terrenos.

Otros derechos como el derecho al aborto, que hoy es limitado a 3 causales, pueden incluso retroceder, debido a la nueva redacción que protege la vida de “quien está por nacer”.

En relación a derechos tan básicos como los sueldos o la jornada laboral, la Nueva Constitución no dice una palabra. Es evidente, los que la escribieron son todos representantes de los dueños del país, que no tienen idea de qué es ganar un sueldo mínimo trabajando 45 horas o más por semana.

Ataques a los derechos democráticos

En relación con los derechos democráticos, que hoy ya son muy restrictos para los trabajadores y la juventud, éstos quedarán aún peor.

El derecho de huelga, por ejemplo, se propone limitarlo solo a las negociaciones colectivas (Artículo 27). Si bien sabemos que las huelgas “ de hecho” seguirán existiendo, la NC propone que la huelga solo sea ejercida cada 2 o 3 años, únicamente  en la negociación colectiva, es un retroceso incluso si es comparado con la Constitución y leyes actuales, que ya son totalmente proempresariales. Hoy los tribunales son obligados a reconocer las huelgas de hecho, pero incluso esto corre el riesgo de retroceder.

Otro ataque tiene que ver con la composición del Congreso Nacional. Además de mantener los privilegios y sueldos millonarios de los parlamentarios, la NC dificultará aún más el acceso a dirigentes sociales, populares y revolucionarios al Parlamento. Esto porque los partidos que no obtengan un 5% de votos nacionalmente no podrán elegir ningún diputado o senador, aunque este haya sido el más votado en su distrito o circunscripción (Artículo 56). Así, quieren restringir aún más el acceso al Parlamento a una élite, permitiendo que solamente los partidos financiados por los grandes empresarios tengan representación. Y peor, en esta medida estuvieron de acuerdo incluso los partidos supuestamente de izquierda, como el PC y el Frente Amplio.[1]

Otro importante ataque tiene que ver con la persecución al supuesto “terrorismo”. Las organizaciones que sean caracterizadas como “cómplices” o “encubridoras” de acciones terroristas podrán ser puestas en la ilegalidad (Artículo 15). Sabemos que los poderosos caracterizan como “terrorismo” cualquier acción de autodefensa contra sus intereses, como la recuperación de tierras por los mapuche o la primea línea en las manifestaciones. Lo que pretende esta nueva legislación es abrir la puerta para profundizar la criminalización de las organizaciones que apoyan el derecho a la autodefensa obrera, popular y mapuche.

Otro aspecto que busca fortalecer la represión es el Artículo 100, letra r, que faculta al presidente a utilizar las FFAA para el resguardo de “infraestructura crítica”. O sea, el presidente podrá ordenar a las FFAA que acaben con huelgas de trabajadores del sector energético, de las empresas sanitarias o incluso de los portuarios (Artículo 113). También podrá criminalizar de forma mucho más dura cualquier acción de corte de ruta o barricada, métodos utilizados por los trabajadores y la juventud en sus manifestaciones.

O sea, la NC no solo no apunta soluciones a los problemas más sentidos por la población como también pretende fortalecer el Estado burgués represor. Es una profundización, ahora a nivel Constitucional, de las leyes aprobadas en el Parlamento entre el gobierno del Frente Amplio/PC y la oposición por la llamada “agenda de seguridad”.

El país seguirá en manos de 10 familias y algunas transnacionales

Por último y no menos importante, la NC mantiene el dominio de 10 familias multimillonarias y algunas transnacionales sobre el conjunto del país. Mantiene la privatización del cobre, del litio y la propiedad privada de los grandes grupos económicos que genera la enorme desigualdad social y la pobreza de la mayoría de la población.

Solo votar no basta, es necesario movilizar

Es fundamental que expliquemos a los trabajadores, a nuestros familiares y amigos que la propuesta de Nueva Constitución es un enorme ataque contra la mayoría de la población, es una Constitución al servicio del gran empresariado. Por eso, el 17 de diciembre debemos ir a votar “En Contra”.

Sin embargo, solo votar “En Contra” no solucionará nuestros problemas. Es fundamental que las organizaciones de la clase trabajadora y la juventud, como la CUT, las federaciones y confederaciones sindicales, la CONFECH y los movimiento sociales construyan un pliego de demandas y un plan de acción para luchar por mejorar nuestras condiciones de vida. Fue el camino de la movilización y organización del “18 de octubre” que abrió la grieta entre los poderosos y las posibilidades de cambios. Esta grieta es la que ahora se busca enterrar.

Algunas de nuestras demandas históricas e inmediatas deben servir para movilizar a los trabajadores, como el aumento del sueldo mínimo a 700 mil pesos ya, el fin de las AFPs, el cierre del comercio a las 19h, el fin del CAE y la condonación de las deudas, la nacionalización del cobre con control de los trabajadores, el derecho al aborto, etc. La CUT y sindicatos aliados del gobierno deben dejar las mesas de negociación con los ministros y priorizar la movilización de las masas de manera independiente. Solo de esta forma podremos recuperar el camino para conquistar lo que hemos gritado en las calles desde el 18 de octubre de 2019.


[1] https://www.emol.com/noticias/Nacional/2023/03/31/1091005/umbral-5-partidos-proceso-constituyente.html

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