por David Espinosa

Mientras el alza del costo de vida golpea duramente la vida de cada trabajadora y trabajador, algunas familias multimillonarias se hacen cada vez más ricas. Es el caso de la familia Luksic, la más rica del país. Esta familia tiene negocios en distintas ramas de la economía, siendo algunos de los principales el sector financiero (Banco de Chile), alimentos (CCU), minería del cobre (Antofagasta Minerals) y exportación-importación (Vapores-Hapag Lloyd).

En este pequeño texto queremos tomar solamente esta última empresa, que se ha transformado en una de las más lucrativas inversiones del grupo.

La Compañía Sudamericana de Vapores es una Sociedad Anónima que pertenece al grupo Luksic. Vapores tiene como único negocio participar del control de otra empresa, la alemana Hapag-Lloyd.[1] Hapag Lloyd es la quinta mayor naviera del mundo y la mayor transportadora alemana de contenedores. La empresa posee 151 navíos de carga y tiene una dotación de 14.200 trabajadores, divididos en 135 países alrededor del mundo.

En 2022, Hapag Lloyd tuvo ganancias por US$ 20,5 mil millones.[2] Ese monto se refiere al Ebitda, el conjunto de las ganancias antes del descuento de impuestos, tasas y pagos de deudas.

Si calculamos, a partir del Ebitda, la ganancia producida por cada trabajador durante el año de 2022, llegaremos al impresionante monto de $1,4 millón de dólares. O sea, cada trabajador de Hapag Lloyd generó casi un millón y medio de dólares de ganancias para los dueños de la empresa. En pesos chilenos, estamos hablando de más de mil millones de pesos.

A su vez, la Compañía Sudamericana de Vapores posee un 30% de Hapag Lloyd. Sus ganancias fueron de alrededor de U$5,5 mil millones. De esos 5,5 mil millones, Vapores repartió 2,5 mil millones en dividendos a sus accionistas.[3] El grupo Luksic controla un 66,4% de las acciones de Vapores, lo que le dio más o menos 1,66 mil millones de dólares en dividendos.[4] Para que se tenga una idea, eso equivale a 156 años de sueldo de un trabajador chileno que gana 700.000 al mes o 268 años de un trabajador que gane el sueldo mínimo (410.000).

Además de ese monto, Andrónico Luksic ganó, por su cargo de director en CSAV, más de 1,7 millones de dólares. Monto similar ganaron otros ejecutivos de la empresa, como el odioso Hernán Büchi Buc, exministro de Hacienda de Pinochet y excandidato presidencial por la UDI en las primeras elecciones democráticas, en 1989.

¿Existe algo en el mundo que justifique que una familia y sus empleados ganen esa cantidad de dinero en un año? ¿Son mucho más inteligentes que los 14.200 trabajadores de Hapag Lloyd? ¿Se esforzaron más? Es evidente que no.

Esa enorme fortuna no viene de su trabajo. El único “trabajo” de Luksic y sus ejecutivos es administrar esa riqueza, o sea, administrar una máquina de explotación de miles de trabajadores. Y aquí nos estamos refiriendo solamente a una de las empresas del grupo Luksic.

Los multimillonarios como Luksic son verdaderos parásitos de la clase trabajadora. Con esas enormes fortunas, además de vivir como reyes, controlan los partidos políticos, los medios de comunicación, corrompen a los funcionarios del Estado, las policías, militares, etc. O sea, a través de su control sobre la propiedad de las grandes empresas, controlan el Estado, que está totalmente a su servicio. Por eso, entran gobiernos, salen gobiernos, los cambios son mínimos, porque los reales detentores del poder son un puñado de familias y sus lacayos.

Por ello, la única medida posible para cambiar la sociedad y solucionar los problemas de los trabajadores y el pueblo pobre es acabar con esos grandes monopolios, estatizando los grandes grupos económicos y poniéndolos bajo control de la clase trabajadora. A su vez, es necesario destruir completamente el Estado actual, que está al servicio de esos grupos y construir un Estado de la clase trabajadora, con una real democracia, donde cada trabajador pueda decidir no solo por quién votar, sino qué producir y cómo repartir los frutos de su trabajo.


[1] CSAV es una antigua naviera chilena, fundada en 1872. En 2014 la empresa se fusionó a la alemana Hapag Lloyd. Durante la dictadura y bajo el comando de Ricardo Claro, dueño del poderoso grupo económico chileno Claro, la empresa colaboró con la dictadura, poniendo 2 buques a disposición de la Armada. El buque Maipo fue utilizado para trasladar presos políticos al campo de concentración de Pisagua, mientras el buque Lebu se transformó en una cárcel flotante y centro de tortura. Ver https://www.memoriaviva.com/empresas/Compania_Sudamericana_Vapores.htm ; https://radio.uchile.cl/2021/11/15/buque-lebu-la-siniestra-historia-de-la-carcel-flotante-es-revivida-con-un-libro-y-una-exposicion/

[2] https://www.hapag-lloyd.com/en/company/press/releases/2023/03/annual-report-2022.html#:~:text=Hapag%2DLloyd%20today%20published%20its,billion%20(EUR%2017%20billion).

[3] https://csav.com/wp-content/uploads/2023/03/Estados_financieros_PDF90160000_202212.pdf. Ver p. 8

[4] https://csav.com/wp-content/uploads/2023/04/17-04-2023-Memoria-Integrada-Anual-CSAV-2022.pdf

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