Los resultados electorales del domingo fueron sorprendentes. En primer lugar, por la alta votación en relación a todas las primarias anteriores. Más de 3 millones de personas fueron a votar el último domingo. En segundo lugar, por la victoria de dos figuras que no aparecían ni cerca de las primeras posiciones en las grandes encuestas para la presidencia.

En la derecha surge un nuevo rostro, supuestamente por fuera de los ya desgastados partidos tradicionales – UDI, RN y Evopóli. Sichel apostó en una campaña basada en su trayectoria personal y esfuerzo individual, reafirmando la historia de pobreza de su familia. A pesar de aparecer como una figura independiente, Sichel no tiene nada de independiente. En las últimas décadas se ha movido de la ex Concertación a la derecha, terminando en el último gobierno de Piñera. Así, los trabajadores y trabajadoras no tenemos nada que esperar de Sichel. Es solamente una nueva cara para defender los intereses de los multimillonarios de este país.

En las primarias de la “izquierda” la sorpresa también fue grande. Jadue (PC), que aparecía como favorito en todas las encuestas, tuvo 39% de los votos y fue desbancado por Boric, del Frente Amplio, que llegó a 60%. En esta nota queremos hablar más de la primaria de la izquierda, ya que esta generó mucho más expectativas entre la clase trabajadora y la juventud popular, que rechaza correctamente los candidatos de la derecha.

Algunos elementos para entender los resultados

En las próximas semanas seguramente saldrán nuevos datos que nos ayudarán a interpretar la sorprendente victoria de Boric sobre Jadue. Sin embargo, ya podemos arriesgar algunas interpretaciones de lo ocurrido.

1 – Para ser electo, Boric contó con el apoyo de una enorme campaña de los empresarios y los grandes medios de comunicación en contra de Jadue. En las últimas semanas, las redes sociales fueron inundadas de videos en contra de Jadue. En algunos videos, Jadue era vinculado a los gobiernos dictatoriales de Venezuela o Cuba, por ejemplo. En otros, aparecía equivocándose sobre elementos de su propio programa. Esa campaña no se limitó a las redes sociales. En los grandes medios televisivos los periodistas transformaron a Jadue en su blanco principal. Esa campaña fortaleció el rechazo ya existente contra el Partido Comunista entre los sectores medios de la población y también entre la clase trabajadora. El miedo a las expropiaciones, a la violencia y a la dictadura nuevamente jugaron un importante rol en estas primarias. Algunos de los ataques a Jadue son verdaderos, aunque totalmente hipócritas cuando provienen de sectores de la derecha, por ejemplo a causa de su defensa de las dictaduras de Maduro y del PC Cubano. Otros, como la amenaza de “expropiaciones” son completamente infundados, ya que el propio Jadue salió a aclarar que no iba a expropiar ni un peso de los grandes empresarios.

2 – De la misma forma que hubo una amplia campaña empresarial en contra de Jadue, hubo una campaña por Boric. El candidato del Frente Amplio fue presentado como el gran conciliador, el candidato que dio una salida al impasse vivido después del 18 de octubre al firmar el Acuerdo por la Paz. Al aparecer como conciliador, responsable, negociador, probablemente conquistó el voto de muchos adherentes de la ex Concertación. Al no tener un competidor o competidora por ese bloque, Boric terminó acarreando votos de la base de la Democracia Cristiana, Partido Socialista, Partido Radical, etc.

3 – Boric ganó con mayores votaciones en comunas de clase media. Esto no es una novedad, ya que el Frente Amplio es un partido que representa principalmente a los sectores medios de la clase trabajadora y a la pequeña burguesía. El FA es conformado por estudiantes universitarios, jóvenes intelectuales, abogados, periodistas, etc. Todavía es necesario hacer un análisis más profundo de los resultados en las comunas más populares, sin embargo, podemos arriesgar una opinión de que una parte importante de los posibles votantes de Jadue no salieron a votar en las primarias – o por tratarse de sectores que confían menos en las elecciones o propiamente porque pensaron que la victoria de Jadue estaba asegurada.

Boric y Jadue – mismo programa y estrategia

A pesar de la clara preferencia del gran empresariado por Boric, ambos candidatos presentaron programas y estrategias muy similares de gobierno, por eso fueron a primarias juntos. En líneas generales, Boric y Jadue defendieron un programa de gobierno basado en el aumento de impuestos a los ricos para aumentar los derechos sociales para los trabajadores y la juventud. Tanto Jadue como Boric plantearon financiar los nuevos derechos sociales a partir de medidas como el impuesto a los súper ricos, un royalty al cobre y una reforma tributaria. En otros temas relevantes, ambos candidatos propusieron importantes reformas: fin gradual de las AFPs y creación de un sistema público y tripartito de pensiones, más derechos laborales (negociación por rama, reducción de la jornada laboral), apoyo al indulto a algunos de los presos políticos, reformas a Carabineros y un largo etc.

En relación al camino propuesto para llegar a esas reformas, ni Boric ni Jadue propusieron cualquier ruptura con la institucionalidad actual. Así, no es justo que los grandes empresarios acusen a Jadue de no respetar las reglas. Si hay una cosa que el Partido Comunista ha hecho en las últimas décadas es respetar las reglas institucionales.

De manera general, sin entrar en más detalles, vemos dos grandes problemas en ambos programas y estrategias presentadas por Boric y Jadue. En primer lugar, ninguno de los dos programas lleva a fondo el cuestionamiento al modelo económico que existe en Chile. Vivimos en un país que tiene como centro de su economía la exportación de minerales (cobre, litio) y productos primarios (celulosa, frutas, madera, pescados). Ese modelo “primario-exportador” sirve para enriquecer a algunas familias chilenas que son dueñas de esos negocios y también a grandes transnacionales y bancos extranjeros. Esa estructura económica es responsable por la destrucción medioambiental, el saqueo de los recursos naturales y las tierras mapuche, los empleos de baja calificación, con bajos sueldos y sin derechos, etc. Además, nos condena a ser un país del tercer mundo, ya que no tenemos posibilidad de desarrollar ni ciencia ni tecnología, porque importamos casi todos los productos de alto valor agregado (máquinas, computadores, autos, aviones, vacunas, tecnologías, etc.). Este modelo económico es protegido por los Tratados de Libre Comercio, que perpetúan la dependencia de nuestra economía de las grandes potencias capitalistas y entregan toda nuestra riqueza a los grandes empresarios nacionales y extranjeros. Ni Boric ni Jadue proponen acabar con este modelo.

Las reformas que proponen Jadue y Boric, si bien no terminan con el modelo económico ni con el poder que tienen las grandes familias chilenas y extranjeras sobre la economía del país, pueden llevar a importantes conflictos con el gran empresariado. Y aquí viene el otro problema: cómo el Partido Comunista y el Frente Amplio planean enfrentar a los grandes empresarios?

Pues bien, no hay un plan para enfrentarlos. El plan del Frente Amplio y el Partido Comunista para realizar sus reformas es el mismo de Bachelet. Escribir bellas reformas, empezar a negociar con los grandes partidos empresariales (derecha y ex Concertación), llevarlas al Congreso y… esperar que el Congreso las apruebe. Así murieron todas las (tímidas) reformas de la ex Concertación. Pero ellos (FA y PC) dicen que ahora sí podrán realizar cambios, ya que la Nueva Constitución acabará con el Tribunal Constitucional y garantizará nuevos derechos. Pero hay otro pequeño problema.

El futuro Congreso será electo este año, antes de que haya una nueva Constitución. Y no solo eso, será electo con las reglas de la Constitución actual, que no permiten listas de independientes como en las elecciones constituyentes. Por lo que todo indica, los partidos de la derecha y la ex Concertación tendrán una importante representación en el futuro Congreso. Esto significa que un probable gobierno del FA/PC tendrá que negociar, nuevamente, con los partidos de los 30 años si quiere respetar la institucionalidad actual para aprobar sus reformas.

Aunque la Nueva Constitución sea aprobada con los cambios que proponen el Frente Amplio y el PC (y eso está por verse, ya que si se respeta la regla los ⅔ la derecha y ex Concertación tendrán poder de veto también en la Convención Constitucional), ellos tendrán que enfrentarse a un Congreso con importante representación de los mismos partidos que han gobernado los últimos 30 años.

La única posibilidad que tiene un futuro gobierno de Boric (con apoyo del Partido Comunista) para hacer las reformas que plantea es si se apoya en la movilización obrera y popular. Los empresarios van a utilizar todas sus armas económicas y políticas para que las reformas no sean aprobadas, como hicieron con Allende y después con las “reformas” de la ex Concertación. Para cada chantaje empresarial, un futuro gobierno de Boric/PC debería apoyarse en la movilización popular, pero nada apunta hacia eso.

Boric fue electo con un discurso conciliador. Ya dijo claramente que su gobierno va a dialogar con los más amplios sectores, lo que incluye la ex Concertación y también tendrá que incluir a la derecha. La historia del propio Boric y el Frente Amplio no muestra que su estrategia sea distinta. Desde que surgió, el Frente Amplio no hace más que negociar. Boric fue uno de los responsables por la derrota de la lucha por la educación pública, ya que terminó negociando con el gobierno de Bachelet, becas en vez de gratuidad y abandonando la lucha por la educación pública. Además, fue uno de los que salvó el cuello a Piñera firmando el Acuerdo por la Paz de 15 de noviembre, cuando el gobierno estaba a punto de caer. Ese nefasto Acuerdo fue fundamental para que Piñera se mantuviera en el poder y sostiene la impunidad que existe hasta ahora a todos los que asesinaron y mutilaron el pueblo. El mismo día que se firmaba el Acuerdo, un joven, Abel Acuña, moría en Plaza Dignidad sin poder ser atendido debido al ataque de Carabineros hacia la protesta. Boric pactó con los defensores de la Constitución de 80 y los partidos responsables de la guerra contra el pueblo.

Por otro lado, el Partido Comunista también ha tenido una trayectoria de adaptación total al régimen en las últimas décadas. El PC participó del gobierno proempresarial y neoliberal de Bachelet a través de la Nueva Mayoría (lo que le permitió ingresar al Congreso con varios diputados) y también fue uno de los responsables por la derrota del movimiento estudiantil. Además de eso, transformó la CUT en un brazo del empresariado dentro de la clase trabajadora, una Central Sindical totalmente inofensiva, que negocia a puertas cerradas con el empresariado sin consultar ni organizar a los trabajadores. Es muy fácil que Jadue ahora proponga, durante su campaña, aumentar el sueldo mínimo cuando la CUT hace casi una década, bajo la conducción del PC, negocia miserables aumentos salariales a espaldas de los trabajadores. En la minería, el PC transformó la principal herramienta de lucha surgida en las últimas décadas, la Central de Trabajadores del Cobre, en un cascarón vacío, en un aparato burocrático que no sirve para la lucha de los trabajadores mineros.

En resumen, los programas de Boric/Jadue no sólo no plantean cambiar de fondo el modelo económico capitalista, cómo su estrategia lleva la lucha social a la derrota, al conducirla desde la calle a las instituciones burguesas (Congreso, Ejecutivo), donde esas luchas son totalmente trituradas por los políticos tradicionales y por los propios reformistas y transformadas en proyectos de ley que nunca son aprobados o salen completamente deformados en relación a las demandas sociales. Todas las luchas que fueron conducidas por el PC y Frente Amplio en las últimas décadas llegaron al mismo punto: el callejón sin salida del Parlamento y la institucionalidad burguesa. Esas organizaciones tienen un rol nefasto en el movimiento de los trabajadores, ya que estimulan las ilusiones de que las demandas sociales serán resueltas dentro de instituciones totalmente podridas, corrompidas y controladas por los grandes empresarios. La prueba más reciente de esa estrategia fue la Declaración sobre el indulto y los presos mapuche, encabezada por el PC/FA y aprobada por la Convención Constitucional. Una declaración altisonante, pero destinada a emplazar el Congreso y el Ejecutivo, las mismas instituciones responsables por mantener a los presos políticos en las cárceles! Además de eso, la Declaración no hace ningún llamado a la movilización en las calles para imponer la liberación de los presos políticos. De verdad creen que el Parlamento y Piñera aprobarán un indulto a los presos que ellos mismos encerraron en las cárceles?

Además de esa estrategia totalmente engañosa, los programas de Jadue y Boric tienen un problema central. No dicen que no existe posibilidad de realizar reformas profundas que garanticen derechos sociales como salud, educación, pensiones y empleos de calidad si no se rompe la camisa de fuerza que el gran empresariado tiene puesta sobre el país. No es posible solucionar los problemas medioambientales si no se revisan los Tratados de Libre Comercio y se rompe la relación de dominación con las potencias imperialistas. No es posible solucionar el conflicto mapuche si no se enfrenta a los grandes grupos económicos dueños de las forestales. No es posible tener empleos de calidad si el país no tiene un modelo de desarrollo distinto, que privilegie el ser humano, el desarrollo científico y tecnológico. El programa de Boric/Jadue es irrealizable, porque intenta conciliar intereses totalmente opuestos – los de una ínfima minoría multimillonaria, por un lado, y los de la inmensa mayoría del pueblo, por otro.

La derrota de Jadue fue un derrota de los trabajadores?

Muchos activistas de izquierda, obreros, pobladores/as y jóvenes quedaron frustrados con el resultado de las primarias. Eso porque creían que Jadue era el único que podría llevar a fondo la lucha por las demandas populares y que Boric es muy amarillo. Nosotros respetamos su frustración y la entendemos. Sin embargo, queremos alertarlos. Ni el Partido Comunista ni Jadue tienen un proyecto distinto al del Frente Amplio. El Frente Amplio surgió justamente a partir de la desilusión de los estudiantes con el Partido Comunista y con la participación del PC en el gobierno de Bachelet. Hoy, el PC vuelve a aparecer a la izquierda del Frente Amplio debido a la firma de Boric al Acuerdo por la Paz. El PC dice rechazar el Acuerdo por la Paz pero después de la firma de ese Acuerdo lo único que hizo el PC fue prepararse para la disputa electoral y abandonó completamente la lucha por sacar a Piñera del gobierno.

El Partido Comunista de hoy es muy distinto al PC de los años 70. El PC de la Unidad Popular, que llevó a Allende al poder, cometió errores enormes al confiar que se podría llegar al socialismo sin romper las relaciones con la burguesía y sin acabar con la institucionalidad burguesa (Congreso y Fuerzas Armadas). Su estrategia de llegar al socialismo por la vía pacífica y pactando con la burguesía llevó la revolución chilena a la tragedia del golpe militar.

Después de la derrota de 1973, el PC chileno fue abandonando la lucha por el socialismo y pasó a defender como centro la lucha por una democracia burguesa derrotando la dictadura de Pinochet. Aún así, un sector dentro del Partido tenía un plan radical para derrotar la dictadura a través de las armas, que dio origen el Frente Patriótico Manuel Rodríguez y después al Frente Autónomo.

Después del fin de la dictadura y con la caída de la Unión Soviética, el PC abandonó completamente el programa socialista. El Partido Comunista de hoy no plantea llegar al socialismo o al comunismo. El PC de hoy defiende un programa socialdemócrata, un estado de Bienestar Social, donde la explotación de los trabajadores siga existiendo, donde la burguesía siga enriqueciendo, pero donde se “reparta mejor la torta”. Aún así, aún con ese proyecto socialdemócrata, su plan es irrealizable, ya que no dicen que para garantizar una verdadera independencia nacional y derechos sociales para todos hay que romper con los parásitos que nos están encima – el imperialismo y la burguesía chilena.

El PC ya demostró en las últimas décadas cuál es su estrategia. Es la estrategia de lo posible, de pelear un poquito más por unas migajas. Por eso participó del gobierno de Bachelet, por eso mantiene a las organizaciones de la clase trabajadora como rehenes de los grandes empresarios.

Podemos decir, sin miedo a equivocarnos, que hoy ninguno de los grandes partidos políticos de izquierda tiene un programa para conquistar las demandas sociales expresadas en la última década y principalmente después del 18 de octubre.

Ya es hora de que el activismo, las y los jóvenes y la clase obrera se propongan a construir otra herramienta política. Un partido político revolucionario, que vuelva a plantear la necesidad de superar el capitalismo y construir una sociedad socialista, donde la clase trabajadora, la productora de toda la riqueza, sea la que administre esa riqueza. Donde la clase trabajadora tenga el poder político y económico en sus manos.

Desde el MIT estamos totalmente convencidos de que ese es el único camino para liberar a nuestro país de los grandes capitalistas y liberar al mundo del capitalismo. Una revolución socialista encabezada por un partido obrero y revolucionario. Desde nuestra tribuna constituyente, con nuestra compañera María Rivera, queremos plantear a cada trabajador, trabajadora, poblador y joven que es necesario construir un partido revolucionario, un partido de la clase trabajadora, que comience por sacar las lecciones de los errores y traiciones del Partido Comunista, de la Unidad Popular y también de las actuales organizaciones de izquierda como el Frente Amplio. Ese partido revolucionario debe construirse impulsando la lucha y organización de la clase trabajadora y la juventud en cada lugar de trabajo, estudio y vivienda. No depositemos nuestra confianza ni en Boric ni en el Partido Comunista, que seguramente será parte del próximo gobierno si gana el Frente Amplio. Luchemos para construir un camino independiente y revolucionario para nuestras movilizaciones.

Invitamos a cada uno de los que están leyendo este texto a sumarse a este proyecto y a conocer el Movimiento Internacional de Trabajadores y la Liga Internacional de Trabajadores, nuestra organización internacional.

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