Miren, allá está toda la gente manifestándose, con cánticos, orquestas, gritos y discursos. Allá, por otro lado, en la primera línea, se encuentran quienes permiten que el pueblo de Chile pueda manifestarse”. Así dice un padre con su hijo al hombro en un video viral de Instagram, donde muestra a cientos de encapuchad@s defendiendo puntos centrales para el desarrollo de la manifestación en la Plaza de Dignidad: En Vicuña Mackenna y en Alameda con Ramón Corvalán. En una entrevista, un primera línea dice: “La primera fila es algo muy bonito porque yo no conozco a ninguno de mis compañeros, esto es pura hermandad y lo individual queda en segundo plano.”

La primera línea es una de las conquistas más importantes de esta revolución, con herramientas precarias y caseras tienen el coraje de enfrentarse a una de las policías con mayor tecnología y mayormente organizadas de Latinoamérica.En Chile, según datos recogidos a través de la ley de transparencia, el Estado ha gastado más de 4 mil 900 millones de pesos en la compra de gas lacrimógeno de mano, de escopeta, para el zorrillo, para el guanaco, y en cartuchos de perdigones calibre 12 que han sido los responsables de las más de 400 lesiones oculares en Chile, sin mencionar la inversión en vehículos y equipamiento para reprimir al pueblo mapuche en la Araucanía.

El gobierno y la policía tienen a gran parte de nuestras compañeras y compañeros de lucha encarcelados, debilitando nuestra fuerza. Existen más de 25 mil procesados en los enfrentamientos; entre ellos más de 2.400 en prisión preventiva, sin pruebas y con penas agravadas. Es nuestro deber luchar por su libertad inmediata.

La primera línea, las barricadas y cortes de ruta, son parte de tácticas de defensa que todas las huelgas y revoluciones han heredado y han desarrollado para hacer frente al poderío militar de la policía y de los gobiernos. En algunos casos estas brigadas de autodefensa nacen para poder asegurar la huelga en una fábrica, en otras para resguardar a los barrios de la policía y en Chile se ha visto principalmente en las manifestaciones realizadas en las plazas principales de las distintas ciudades.

Piedras contra balas

Nuestros métodos de defensa tienen un límite y nos lo imponen las fuerzas policiales y el ejército, con su entrenamiento profesional para la represión y la guerra, con tanques y uno de los equipamientos militares más avanzados de Latinoamérica. Eso sin considerar el apoyo en asesoría represiva que haría Alemania y España, o un eventual apoyo directo o indirecto de EEUU al empresariado chileno.

Los ejércitos y la policía son instituciones que históricamente han estado al servicio de las clases dominantes y las élites, son el último recurso que tienen para defender sus privilegios y no dudarán en usarlos cuando se sientan acorralados, y nosotr@s debemos estar preparad@s para eso. Por eso, uno de los desafíos de esta revolución es debilitar esa represión contra el pueblo chileno, lograr sumar a nuestras filas a sectores de la tropa de las FFAA y base de las FFEE, muchos de ellos vienen de familias pobres que están luchando día a día por mejores pensiones y contra la represión.

¡Que las bases de las fuerzas represivas rompan con sus altos mandos y el gobierno, para defender al pueblo!

En revoluciones -pasadas que estaban en un grado mayor de desarrollo en comparación con la chilena-, una de las políticas centrales de las milicias populares y de los órganos de autodefensa, además de presionar por lucha popular en las calles, era la agitación en las filas enemigas, haciendo un permanente llamado hacia los soldados y carabineros que pertenecen a los sectores explotados y pobres, pero que el Estado los ha despojado de toda consciencia de sí a través de la tortura psicológica en los regimientos.

Es una necesidad para el triunfo de esta revolución chilena el quebrar a la policía y al ejército, que su sub oficialidad se una a la lucha del pueblo en diversas formas de organización, ya sea asambleas territoriales u otras instancias.Pero además de eso es necesario sumar a esta revolución al movimiento obrero (mineros, obreros de la construcción, forestales, etc) organizado con sus métodos de combate y defensa.

Desde el Movimiento Internacional de Trabajadores, creemos en la capacidad de decisión de las y los trabajadores, pobladores y jóvenes, en cómo emplear la defensa frente a los ataques de los patrones, frente a los responsables de los crímenes contra los DD.HH y para asegurar las conquistas del pueblo trabajador.

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