Mauricio Cheuque: preso por un montaje desde el aniversario de la muerte de Catrillanca

Vía Asamblea Barrio Brasil

Víctima de la más brutal represión de carabineros, hoy pasa sus días en Santiago 1, esperando recuperar la libertad que lo reúna con su familia.

No era cualquier día de protesta en la revuelta popular que vivía Chile desde el 18 de octubre. Se conmemoraba al weichafe Camilo Catrillanca a un año de ser asesinado por carabineros, misma institución que el 14 de noviembre, esta vez de 2019, le cayó encima a Mauricio Cheuque con un montaje que desde entonces lo mantiene tras las rejas.

Vecinos que vieron su detención contaron cómo lo atropellaron y lo golpearon. Sin testigos el martirio continuó. «Así que eres mapuche, te gusta andar quemando casas, acá te dejamos un regalito», le dijo un carabinero, justo cuando cargó una bomba molotov en su bolso, la prueba con la que hoy lo imputan por «porte de artefacto incendiario» y por lo cual dictaminaron prisión preventiva, mientras se alargan sin fin los plazos de la investigación.

Desde Santiago 1, Mauricio Cheuque repite incesante los hechos que lo llevaron a estar en la esquina donde la represión de Estado se ensañó con él, separándolo de su esposa Jocelyn Barrera y de sus cuatro hijas, a quienes dedicaba su vida y trabajo en aluminio en la construcción, hasta el último día que estuvo en libertad.

La Victoria, el escenario

Fue un jueves en el que pudo salir más temprano de la obra, así que en lugar de dirigirse a su hogar en Lo Prado, emprendió camino a la casa de su mamá, en La Victoria. De paso por sus viejos barrios, también se reencontró con sus amigos junto a quienes se quedó disfrutando una cerveza en la esquina de Unidad Popular con 1° de Mayo, de la comuna de Pedro Aguirre Cerda (PAC).

En paralelo en el territorio se desarrollaba primero una marcha y luego un mitin en Departamental con Avenida la Feria. Con equipos de salud, seguridad y derechos humanos, varias organizaciones se plegaron ese día la convocatoria de la Asamblea de Pobladores de La Victoria.

«Nosotros sabíamos que iba a ser una noche dura, porque en los días anteriores hubo mucho hostigamiento hacia los integrantes de diferentes organizaciones que se estaban levantando acá en la zona sur», comenta Chari Pizarro, una de sus integrantes, precisando que familiares recibieron visitas de carabineros, quienes les dieron una lista de nombres de personas que según ellos eran los que organizaban los desmanes en la población.

Lo que anticipaban se hizo realidad. Mientras la gente seguía en el mitin, la tenencia de La Victoria, ubicada a una cuadra y media de donde estaba Cheuque con sus amigos, fue atacada por personas que llegaron en un auto sin patente, según relataron posteriormente vecinos del lugar. “Eso provocaría un despliegue represivo sin criterio en toda la población”, afirma Chari.

Todos atinaron a correr, pero él no tuvo la oportunidad. En la embestida, carabineros atropelló a Cheuque y, herido, le llovieron los golpes. “Una familia vio todo. Las niñas gritaban adentro de su casa por cómo le pegaban al Mauri y la vecina lloró cuando me contó y me dijo ‘yo vi todo lo que le hicieron ahí a tu marido’”, señala Jocelyn.

Una espera eterna

Cuando la bataola pasó, entre vecinos comenzaron a chequear quien faltaba. “El que estuvo aquí toda la tarde”, señaló alguien refiriéndose a Cheuque. Se activó entonces el grupo de derechos humanos de la Asamblea. Chari junto a un abogado fueron a la tenencia, donde carabineros negó que estuvieron ahí a quien buscaban y amenazó con detener a quienes consultaban.

En auto atravesaron las barricadas de Avenida Maipú, para llegar pasada las 12 de la noche a la 51° Comisaría de PAC, donde el recibimiento fue igualmente hostil. Fuerzas Especiales impedían el paso, así que no quedó otra opción que esperar en el vehículo, hasta que cerca de las 5 de la mañana llega un furgón donde logran divisar a Cheuque.

Se le permitió entonces el ingreso al abogado y Chari, que lo veía en diagonal e intentaba hablar con él, sin éxito. “Verlo me trajo muy malos recuerdos de la época de la dictadura. Su actitud era típica de las personas a las que han torturado, golpeado y las tiran en una silla. No tenía control de su postura, no tenía contacto visual. Él estaba ahí pero no reaccionaba para nada”.

En esos momentos Chari pide a carabineros las pertenencias de Cheuque, pero le dijeron que Mauricio no andaba con nada. Además, informaron que lo iban a pasar por desórdenes y que la formalización iba a tener lugar al día siguiente en la mañana.

En esa audiencia, a la que sólo asistió la familia, lo formalizaron por porte de artefacto incendiario, lanzamiento de artefacto incendiario y atentado contra la tenencia de La Victoria. El juez solicitó entonces el examen de hidrocarburos a sus manos, por lo cual la audiencia siguió hasta el sábado 16 de noviembre. El resultado negativo descartó las últimas dos acusaciones, no así la primera. La bomba molotov que carabineros cargó en su bolso fue suficiente para que se pidieran 60 días de investigación, con la medida cautelar de prisión preventiva.

Una semana más tarde Jocelyn lo pudo visitar en Santiago 1. “Mi marido es súper grande, macizo, jamás lloró, excepto para cuando nacieron nuestras hijas. Pero cuando me vio en ese momento se puso a llorar. Ahí me contó que los pacos lo torturaron, lo escupieron. Paco que pasaba le pegaba. Estaba mal y con la herida del atropello, un corte de más de 10 centímetros, muy delicada, porque se le infectó. No le habían puesto puntos y no le habían dado antibióticos”, relató.

Desde entonces lo han llamado cuatro veces a declarar, pero nunca ha podido asistir. Gendarmería no lo llevó, fiscalía no tenía claro que estaba preso, se postergó por manifestaciones en su apoyo y no le avisaron a su abogada. Esas han sido las razones, mientras se sigue extendiendo el plazo de investigación, ahora vigente hasta fines de junio.

Sin él, pero no solas

En la casa en Lo Prado, donde cuelga un cartel en el que reclaman por su libertad Cheuque, su esposa y sus hijas lo extrañan, más aún en estos tiempos de pandemia. “Ellas han sufrido mucho. Jamás habíamos pasado una pascua o un año nuevo sin el Mauri. Él estaba en todo sentido siempre con nosotras, es un excelente papá. Emociona decir esto, pero la verdad es que nos ha hecho mucha falta», señala Jocelyn.

La angustia es permanente y las dificultades económicas crecen para la familia, la cual ha recibido el apoyo permanente de la Asamblea de Pobladores de La Victoria. “Tuvimos una conversación interna, porque ellos no participaban de la Asamblea, pero asumimos la responsabilidad política, porque fuimos nosotros los que convocamos a esa marcha y sabemos que en ese contexto la represión se despliega contra todos”, indica Chari.

Desde entonces, una red solidaria se ha activado en torno los Cheuque-Barrera y gracias al contacto de la Asamblea, María Rivera, asumió su defensa. “Hemos revisado la medida cautelar dos veces y el tribunal no nos ha dado lugar a una medida menos grave”, detalla Rivera, abogada de varios presos políticos de la revuelta, que destaca que su defendido “denuncia agresiones de carabineros. Dice que le pegaron y que se ha sentido discriminado por ser Mapuche”.

Rivera, además precisa que “lo peor que puede pasar es que lo condenen solo con las declaraciones de los carabineros aprehensores a 3 años y un día como mínimo de cumplimiento efectivo y lo mejor es que en el Juicio Oral podamos absolverlo”. En ese marco subraya: “haremos lo que esté en nuestra manos para conseguir la libertad de Mauricio”.

Entre tanto, en La Victoria se organizaban manifestaciones y ahora reuniones en plataformas digitales para demandar la libertad de Cheuque. Asimismo, se han hecho rifas y loterías para colaborar económicamente con su familia, que lo tenía a él como el único sustento.

“Si yo no hubiera vivido todo esto, la injusticia, a lo mejor hasta hubiera dudado de una historia como esta. Pero le ha pasado a muchos cabros de la protesta. Ellos trancaron nuestra vida, el gobierno le cagó la vida a nuestra familia. El Estado que debería protegernos a nosotros nos hizo mierda”, dice con pesar Jocelyn.

De todas maneras, se siente agradecida de La Victoria , de sus pobladores en general y de la Asamblea de la que ahora participa activamente. “Se han portado muy bien con nosotras, no nos han dejado solas nunca. La señora Chari ha estado siempre presente. He conocido a mucha gente buena en este tiempo”, destaca Jocelyn, que también reconoce todo el apoyo que ha recibido del comedor Luisa Toledo de Villa Francia, quienes incluso visitaron a la familia para el cumpleaños de una de sus hijas.

En ese apañe solidario, la Asamblea Barrio Brasil (ABB) también tuvo la oportunidad de sumar fuerzas gracias al lazo con la Coordinadora 18 de Octubre, la que también hizo el vínculo con el colectivo mapuche Weñaiñ. Este último ha acompañado a la familia en todo el proceso legal y además hizo el enlace con los presos de Angol, quienes en varias oportunidades han enviado su apoyo.

A Mauricio Cheuque no le dejaremos solo, como a ninguno de los luchadores y luchadoras del pueblo que siguen tras las rejas. Su libertad es parte de las exigencias de la revuelta que sigue viva en Chile.

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