Durante las últimas semanas, los trabajadores nos hemos enterado de las constantes pérdidas de fondos de nuestras pensiones. Además de la crisis sanitaria desatada con la Pandemia del Coronavirus, hay una crisis  de la cual Piñera no quiere hablar. La realidad que enfrentamos los trabajadores en Chile, es espantosa. La crisis económica pondrá sobre la mesa la catástrofe del actual sistema de pensiones, pues como declaraba el ministro de Hacienda Ignacio Briones ante el DF en su edición el 15-03-2020 “Enfrentamos un shock, una crisis de salud que traspasa a la economía”

Antecedentes que ponen en jaque el sistema financiero de ahorro individual

Ya en de agosto 2019, algunas de  las principales economías, comenzaban a mostrar síntomas de desaceleración. Ejemplo de ello era Alemania, cuando el segundo trimestre del año; abría la puerta a la recesión.  Otros países de la zona euro como Francia y España, crecían en niveles mínimos y por debajo de lo esperado, mientras en Chile, las cifras tampoco eran alentadoras. Hay que tener esto en cuenta,  porque la mayor parte de la prensa burguesa y ministros de gobierno, culpabilizan a los hechos de la Revolución del 18 de octubre, de una caída de los índices económicos; pero como vemos ya en agosto del 2019 la economía nacional, también se sumaba al concierto mundial del bajo crecimiento  con un cifras de apenas 1,75% el primer semestre. Pero una desaceleración, no es igual a una recesión,  la primera es una disminución o caída en el crecimiento de un país y la segunda es una pérdida o crecimiento negativo de la actividad económica de un país.

Chile tiene una economía, altamente liberalizada y no se mantiene ajena a las ondas internacionales del capitalismo, luego de la Guerra comercial entre EEUU y China,  los mercados internacionales se tornaron altamente inestables, pero la llegada de la pandemia del Coronavirus hizo pánico de las bolsas mundiales –también la chilena-, que cayeron en niveles históricos.

El 28 de febrero, los mercados bursátiles de todo el mundo informaron sus mayores caídas en una semana desde la crisis financiera de 2008. Elliot Smith, periodista especializado en finanzas declaraba en CNBC  “Las acciones mundiales se dirigen a la peor semana desde la crisis financiera en medio de los temores de una posible pandemia”.

El 10 de marzo 2020, todas las AFP recibieron un oficio de la Superintendencia de Pensiones,  para abordar la situación de los mercados internacionales y de cómo podían afectar las inversiones de los fondos de pensiones y qué  estrategias seguirían.

El   15 de marzo 2020 el ministro de Hacienda Ignacio Briones sostenía que  el contagio no sólo se daría en un nivel sanitario sino también financiero y que se preveían meses complicados para nuestra economía.

El lunes 16 de marzo las bolsas caían estrepitosamente, Diarios como el Financiero, titulaban la caída de Wall Street, como la peor sesión en más de treinta años.

Es  este 27 de marzo que el FMI a través  de su directora, Kristalina Georgieva,  reconocía que ya estamos en una recesión mundial y que será peor que otras crisis financieras.   Trotsky decía que la vida del capitalismo monopolista en nuestra época era una cadena de crisis y que cada una de esas crisis era una catástrofe, nuestro sistema de pensiones hoy, es parte de aquello.

¿Por qué nos afecta la caída de las bolsas y la crisis capitalista a nuestro sistema de pensiones?

La AFP funcionan como un sistema financiero de ahorro individual –sin derecho a que los cotizantes, es decir los trabajadores; podamos disponer de ellos- . Este sistema de pensiones  es un instrumento de capitalización creado por José Piñera – Hermano de Sebastián Piñera- en dictadura y cuya finalidad no es otorgar pensiones sino generar lucro para los grandes grupos económicos. A esto debemos sumar que el  85% de los chilenos no tiene la capacidad de ahorro real por nuestros bajos salarios y por lo tanto estamos condenados a recibir futuras pensiones miserables.

En Chile a los asalariados se nos  extrae plusvalía -es decir el valor que genera nuestra fuerza de trabajo y que se apropian los patrones- pero además  se nos extraen de nuestros salarios, ahorros de cotización obligatoria -un monto equivalente al 10% de la remuneración o renta imponible del trabajador, más otro porcentaje que corresponde a la comisión que cobra la AFP por gestionar esa cuenta y un porcentaje adicional para acceder al Seguro de Invalidez y Sobrevivencia-. Estos ahorros son  capturados por grandes administradoras de fondos de pensión y se transan como paquetes accionarios en los mercados nacionales e internacionales. Las siete Afp que existen, tienen el 80% nuestros ahorros en acciones y una porción en activos alternativos cuya mayor parte está concentrada en el extranjero, 70% de los cuales está en mercados desarrollados, como Estados Unidos, Reino Unido y Europa continental. Al desplomarse las bolsas, caen nuestros fondos de pensiones. En síntesis, vivimos una suerte de corralito con nuestros fondos de pensión. Con esta crisis capitalista sumado a  la crisis sanitaria lo que viviremos de ahora en adelante es espantoso, porque mientras las AFP obtuvieron jugosas ganancias con nuestro dinero –según Ciper al año 2017 los controladores de la seis AFP se repartieron $ 256 mil millones- , en contraposición de lo que va de enero a marzo, hay resultados negativos para todos los multifondos de nuestras pensiones.

Las AFP –Cuprum, Hábitat, PlanVital, Provida, Modelo, Capital- han obtenido durante años  utilidades extraordinarias con nuestros ahorros, la mayor parte de ellos se los llevan a paraísos fiscales algunos  como es el caso de Planvital – que maneja los ahorros para la vejez de más de 1,5 millón de afiliados– depende de otra sociedad con domicilio fiscal en Islas Vírgenes Británicas.

Pero mientras ellos se hincharon con jugosas ganancias llevándolas a aquellos paraísos fiscales, a nosotros nos traspasan las pérdidas. Con la crisis subprime del 2008 aún no terminábamos de recuperar nuestros fondos, cuando se abre esta nueva crisis. Ya en el 2013 al invertir en el mercado especulativo, las AFP  habían perdido 40 mil millones de dólares. En lo que va de esta crisis, el fondo “A” acumula una pérdida del 22%, el fondo “B” casi un 16 % , el fondo “C” casi un 10%, “D” 4,4 %, pero el fondo “E” tampoco está exento, pues entre octubre y noviembre había registrado pérdidas de un 11%.

Lo que estamos viviendo hoy los trabajadores chilenos es una tragedia, pues  en la práctica quienes están en edad de jubilar y quienes nos jubilaremos en el futuro; vemos que nuestros fondos en realidad  se esfuman en el mercado de capitales. 

Las AFP –como detalla la Fundación Sol- han invertido los ahorros previsionales en los grandes grupos económicos que son controlados por las grandes fortunas del país, es decir, las familias: Luksic, Yarur, Saieh, Matte, Angelini, Paulmann y Ponce Lerou. El mayor volumen de inversión se encuentra en instituciones financieras y por lo tanto en el panorama de esta nueva crisis capitalista estamos en zona de alto riesgo. Entonces, viene la pregunta a colación:


¿Quiénes deben pagar el costo de esta crisis?

Claro está que el gobierno de Piñera no quiere hablar de lo que vivimos con nuestros fondos de pensión. Las organizaciones de trabajadores como la CUT, poco han dicho sobre la gravedad de los hechos y algunos como la AFP Uno proponen que todos los afiliados del sistema previsional (cotizantes, no cotizantes y pensionados) puedan retirar hasta el 5% de sus fondos de pensiones de forma extraordinaria. Pero ninguna de estas medidas es una solución para los trabajadores, el sistema de las AFP es una condena  de hambre para nosotros.

No es tiempo de confiar que nuestros problemas sean resueltos en el parlamento, jamás los políticos van a morder la mano que les da de comer, pues son estos grandes grupos económicos quienes financian sus campañas electorales.

La única solución posible para los trabajadores es la movilización radical, después de esta etapa de cuarentena; debemos volver con mayor fuerza a las calles para profundizar esta revolución que se abrió el 18 de octubre, para que ningún peso más de los trabajadores vaya a parar a los bolsillos de estas grandes empresas. Debemos exigir la repatriación de nuestros fondos de pensiones, recuperarlos y ponerlos bajo control de la clase trabajadora. Las AFP deben terminar ya, las oligarquías nacionales y extranjeras han concentrado la mayor parte de la riqueza, de la propiedad de la tierra, de los recursos naturales, del capital y de los activos financieros, debemos luchar por un sistema solidario y de reparto. Hoy más que nunca está planteada la tarea de expropiarles todo lo que nos han saqueado, tanto a las 10 familias más ricas de Chile como a las multinacionales, pues son ellas mismas quienes nos roban nuestros fondos a través de las AFPs, de lo contrario, si no recuperamos ese patrimonio, nos mata el Coronavirus o nos matará el hambre.

* Para seguir desarrollando el tema sobre los fondos de pensiones y cómo recuperarlos, continuaremos con una parte 2 de este material.

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