En Marzo la ONU (Organización de Naciones Unidas) publicó que Chile es el país más feliz a nivel sudamericano y el tercero de Latinoamérica. Antes un estudio publicó que Chile es el país con la mayor riqueza por habitante de Latinoamérica. Sin embargo, esa realidad que pinta la ONU puede ser para los empresarios y sus gobiernos, pues para las y los trabajadores es muy distinta. Veamos en profundidad esta diferencia.

La riqueza en el bolsillo de unos pocos

Según un estudio Chile es el país con más millonarios en América Latina. En concreto hay 67 mil personas con una riqueza de más de 1 millón de dólares (algo así como 660 millones de pesos chilenos), es decir, esta cifra representa sólo a un 0,5% de la población del país. Contradictoriamente, Chile está dentro de los 10 países más desiguales del mundo, esto según el Banco Mundial.

Para hacerse una idea de esto… la fortuna de Piñera es de unos 2.800 millones de dólares, mientras que la de los Luksic es de 16.300 millones de dólares, algo así como unos 11 millones de millones de pesos. Y así podríamos seguir con varios casos, pero en fin como vemos unos pocos concentran una cantidad desquiciada de dinero. Bueno, mientras los empresarios tienen su futuro económico más que asegurado ¿cómo estamos las y los trabajadores de este país? mientras que el 50% de los trabajadores tiene un sueldo de hasta 380.000 mil pesos, la tasa de desempleo es cada vez más alta, de hecho solo durante este año 1.550 personas quedaron sin trabajo, peor aún la industria metalúrgica anuncia importantes cierres de empresas para este año ¿una gran diferencia no?

La pesadilla de la vivienda

Hace un tiempo un estudio del Ministerio de Vivienda y TECHO-Chile evidenció que el número de campamentos creció un 48% en tan solo 6 años, lo cual es un retroceso de unos 30 años en cuanto a cantidad de campamentos en el país debido a que son cifras similares a 1985. ¿A que se debe esta situación? A varios motivos, principalmente por: 1) a la dificultad de encontrar empleo, 2) los sueldos precarios que no alcanzan para los gastos básicos, 3) la subida del costo de los arriendos, 4) la enorme dificultad de conseguir un subsidio habitacional y a los costos usureros de un crédito bancario.

Sin embargo, el problema de la vivienda es una pesadilla solo para la clase trabajadora, mientras que para los empresarios es su sueño dorado, es la oportunidad para engordar aún más sus bolsillos. Así lo indica un académico de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile: “Ahora se están vendiendo viviendas más caras y más chicas. No son precios normales para un país como Chile, que todavía tiene altas tazas de pobreza (…). La vivienda se ha convertido en uno de los juguetes favoritos del libre mercado y de las grandes empresas. Ni siquiera es libre el mercado inmobiliario. Ni siquiera es libre. Los consumidores, los que necesitan viviendas, están atados, no tienen libertad para elegir«

Contradictoriamente, y opuesta a la realidad de la clase trabajadora, la propiedad de Piñera es de 11mil metros cuadrados, y esta avaluada en un monto fiscal de 3mil millones de pesos, algo así como ganarse el Loto acumulado.

Cárcel para los pobres, clases de ética para los ricos

Carlos Délano y Carlos Lavín fueron -recientemente- condenados a 4 años de libertad vigilada, al pago de 850 millones y a la asistencia de clases de ética, esto por el fraude de 1.700 millones al Fisco y al financiamiento ilegal en la política, hecho conocido como caso Penta. El ex candidato presidencial, Pablo Longueira fue sobreseído (cierre de posibilidad en perseverar penalmente) por el caso SQM, también por el financiamiento ilegal de campañas electorales. Mientras que el caso Caval, hecho que involucra directamente a Sebastián Dávalos (hijo de Michelle Bachelet), sigue en abierto y probablemente no termine en una pena mayor. Y así podemos continuar con una enorme lista donde empresarios, y miembros de los partidos políticos tradicionales cometen delitos pero no pasan ni un solo día tras las rejas, lo cuál deja en evidencia que las leyes y la “justicia” están el servicio de ellos mismos.

¿La justicia actúa de la misma forma para un trabajador que para un empresario? La respuesta es no, y así lo afirma un reciente estudio el cual indica que las personas de menor ingreso tienen entre 3,3% y 9,5% más probabilidades de quedar en prisión preventiva respecto a personas con mayores ingresos, incluso esta cifra puede aumentar hasta el 25% para los mapuches.

El problema de la distribución de la riqueza muestra el problema de fondo… Quién se apropia de la riqueza y el por qué.

Como vemos hay un sector muy, pero muy pequeño que concentra una cantidad universal de dinero, esto se debe a que obtienen su riqueza a partir de la apropiación de los medios de producción, o dicho de otro modo, al ser dueños-propietarios de las fábricas y las empresas, de la energía, máquinas, herramientas y recursos naturales. De esta forma, son dueños del cobre (la industria minera), el mar (la industria pesquera), y los bosques (la industria forestal). Es decir, ellos se enriquecen con los recursos que son de todos los habitantes del país, ésta riqueza va a parar a sus bolsillos, mientras que debería ser para financiar a la educación, la salud o las pensiones.

¿Pero acaso es el empresario quién produce esa riqueza? Pues no, la producen los trabajadores. Llevemos esto a un caso concreto, en la CCU (del grupo Luksic) los obreros producen un sinfín de productos, en general bebestibles, por este trabajo en la fábrica se suele pagar al obrero un sueldo de 400.000 pesos aproximadamente por la extensa jornada laboral que puede llegar a las 12 horas diarias, mientras tanto, CCU confirmó que tuvo ganancias de 396.891 millones de pesos para el año 2018. Todo ese dinero es generado a partir de la venta de las mercancías (en este caso bebidas, vinos, piscos, etc) producidas por los obreros ¿Y quién se lo queda? Va hacia el bolsillo de los empresarios. En el fondo, el empresario se apropia de la ganancia producida por los trabajadores.

Esto es el capitalismo

Haciendo un resumen, la desigualdad o la desigual distribución de la riqueza se debe a que hay un grupo o más bien una clase social que se apropia de la riqueza generada por los trabajadores. A grandes rasgos hay dos clases sociales una es la que produce la riqueza (los trabajadores) y la otra es la que se apropia de la riqueza (la burguesía o empresarios). Es decir, el capitalismo es un orden o un sistema productivo, económico y social, en el que el empresario obtiene ganancias inimaginables, mientras que el trabajador quién realiza absolutamente todo se queda con su sueldo, contradictoriamente, el monto del sueldo lo fija el empresario y no responde para nada a las necesidades de hoy en día. Este orden se ha mantenido así tanto en los gobiernos de Bachelet como de Piñera, y ambos no han hecho nada por cambiarlo, al contrario, con sus reformas lo han profundizado.

Poder económico = Poder político

Resulta que los empresarios no sólo se apropian de la riqueza, sino que también controlan al Gobierno y al Estado. Por ejemplo, el grupo Luksic es dueño de fábricas, de mineras, de medios de comunicación (como el canal 13), de ENEX (empresa energética), y del Banco de Chile. Es decir, tiene control en prácticamente todas las áreas de la economía, y también, financia campañas políticas electorales ya sea la de Piñera o Bachelet. Es más, en base a un estudio que hizo hace un tiempo el periodista de CNN Daniel Matamala todos los grandes grupos económicos del país (18 en total), y sin excepción alguna, han financiado campañas o entregado dinero a entidades políticas.

De esta forma, los empresarios financian las campañas de los políticos de los partidos tradicionales, para que luego éstos voten leyes y hagan reformas a su favor.

¿Dejaremos que esto se mantenga así?

Con las malas condiciones laborales, con el nulo acceso a una salud, educación, vivienda y pensiones de calidad se vuelve una necesidad cambiar esta situación. Hay que organizarnos y luchar por mejoras laborales, por un sueldo mínimo (de 500 mil pesos) que responda a nuestras necesidades, por el derecho a pensiones y salud pública para todos. Para lograrlo debemos llevar un combate a fondo contra los empresarios, en ese sentido debemos preparar un paro general, organizado desde la base de nuestros puestos de trabajo y sindicatos, de esta forma paramos la producción y afectamos directamente el bolsillo de la patronal. Sin embargo, esta lucha tiene que ir combinada por una tarea mayor: cambiar este sistema que tiene a los capitalistas y a sus políticos en el poder, por un gobierno obrero y del pueblo trabajador, ésta es la única forma para que la riqueza de los recursos naturales y la riqueza producida por nuestro trabajo vaya hacia nuestras necesidades.

¡No más despidos: disminución de la jornada laboral

manteniendo el sueldo para garantizar más empleos!

¡Sueldo básico de 500 mil pesos!

¡Por el derecho a una salud pública para todos!

¡Basta de gobiernos y parlamentarios al servicio de los empresarios! ¡Basta de Piñera!

¡Construyamos un partido para luchar por un

gobierno de las y los trabajadores!

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