Por Christian Berríos

El pasado lunes 27 de abril en La Florida dos carabineros dispararon a cerca de 30 personas que se manifestaban previo al toque de queda en la intersección de Américo Vespucio con Trinidad. Una acción terrorista y criminal que no ha sido ni tocada por los medios de comunicación; a diferencia de la apertura del mall Apumanque, con Lavín a la cabeza. Inclusive, ambos funcionarios -al 30 de abril- aún estarían en libertad mientras la PDI realiza las pericias investigativas.

Un acto terrorista fue el que realizaron dos carabineros en la comuna de La Florida, quienes abrieron fuego con sus armas a un grupo de aproximadamente 30 manifestantes, de los cuales 10 fueron heridos y una termino con un pulmón perforado. Lo que llama la atención es la tibieza con la que los medios de comunicación y el gobierno se refirieron al tema, cuestión que, de haber sido en Vitacura, Las Condes o contra de los carabineros, no habría duda que se hubiera invocado Ley de Seguridad del Estado y existiría una orquesta entre los medios de comunicación y el gobierno condenando a los manifestantes y a la “violencia” que ellos generan.

Pero no fue así, y de la misma forma con la que se gestionó la compra del fusil de guerra AK-47 por parte de una familia burguesa y de derecha, se procedió con un secretismo y una discreción que no deja dudas que la justicia y los medios sirven solo para criminalizar la protesta, y para resguardar a los carabineros asesinos, a los cuicos que saltan la cuarentena y que compran armas.

De robos millonarios, torturas y muertes.

Esto se suma ya a un largo historial de “casos aislados” que la institución viene siendo protagonista, las últimas son la muerte de Camilo Catrillanca, donde inventaron que habría sido un ladrón y que después montaron una “conversación” donde se hablaba de acciones armadas en la llamada “operación huracán” que terminaron siendo TODAS invenciones de la institución. Tenemos también el millonario robo que perpetraron al Estado, sumando un total de 17 mil millones de pesos en el fraude más grande que se haya realizado en Chile (solo superado por el “milicogate”). Y por último, tenemos todos los casos de violaciones a los DD.HH que ha perpetrado la policía chilena, sumando a mas de 30 muertos, 400 personas con lesiones oculares y con miles de torturas y violaciones.

Pero, el intento de masacre vivido en La Florida reviste una especial gravedad, podemos hacer un simil incluso con las masacres norteamericanas en escuelas y en la vía pública, pero con la diferencia que ahora los protagonistas son quienes detentan el monopolio de la violencia por parte del Estado.

Las matanzas de carabineros a lo largo de la historia

Si bien es indignante la acción criminal por parte de los funcionarios, no es algo nuevo ni que deba sorprendernos de sobre manera, debido a que son muchas las masacres que el ejército y la policia ha realizado contra el pueblo que dicen defender.

En la “República parlamentaria” de los años 20’ tenemos, entre muchas más, la matanza a la Federación Obrera de Magallanes (FOM), donde tropas de carabineros y del ejercito rodearon la sede de la FOM y abrieron fuego contra ella; aquellos que intentaron escapar fueron muertos en las puertas, para luego incendiar el edificio, donde el resto de los trabajadores de la FOM murió carbonizado.

En la “República presidencial” de los años 60’, podemos encontrarnos con la masacre de la población José María Caro donde la policía asesinó a 8 personas disparándoles a quemarropa luego de una protesta convocada por la CUT en ese tiempo; también esta la masacre del Salvador, donde sindicatos del cobre y trabajadores se manifestaron por un alza de salarios y la respuesta de Frei fue la masacre, donde murieron 8 trabajadores y 2 “amas de casa”, esposas de los sindicalistas, ante un ataque a la sede sindical de los trabajadores de la minería.

¿Es acaso justo que una institución como carabineros, que en la práctica esta por sobre toda la sociedad y normas, siga ejerciendo su rol de “seguridad”?

¡Basta de represión al pueblo, que la sub oficialidad se ponga del lado de las familias trabajadoras!

La policía y las fuerzas armadas no están para la seguridad de los habitantes del país, como suele decir la propaganda oficial y los medios de comunicación, sino que son instituciones al servicio de la clase que domina políticamente el Estado. Las masacres realizadas por parte de los cuerpos de seguridad siempre son hacia las y los trabajadores organizados en procesos donde se combate contra la profunda desigualdad que los empresarios han fomentado durante toda la historia del país.

Es más, se puede afirmar que existe una vinculación directa y estructural entre las fuerzas de seguridad del Estado, el empresariado y las instituciones del régimen; la protección a terrenos privados en el sur, los vínculos de corrupción que existen entre el aparato del Estado y los altos mandos, como también la cantidad de beneficios que reciben los altos mandos a diferencia del resto de los trabajadores, son demasiado evidentes para el ojo común.

Sin embargo, estos niveles de corrupción no se dan por un problema ético o moral de los agentes policiales, sino que es la estructura económico-política que debe colocar a la policía al servicio, no del conjunto de la sociedad, sino que al servicio de la propiedad privada de las empresas y de las ganancias de estas para su protección. Las fuerzas de seguridad y que detentan el monopolio de la violencia se colocan por sobre la sociedad para gobernar con las leyes e instituciones que la burguesía misma tiene para dominar políticamente al conjunto de la clase trabajadora.

Es indispensable que la suboficialidad de la policía exija derechos democráticos dentro de su institución, que se eliminen las escuelas de oficiales y suboficiales y pase a ser una escuela única; que exista el derecho de sindicalización de estos y que se juzgue y castigue a los responsables de las violaciones contra los DD.HH y a quienes se enriquecieron a costa de los impuestos de todas las familias trabajadores en el millonario fraude llamado “pacogate”.

Si bien llamamos a la destrucción de las fuerzas armadas, sabemos que esto no ocurrirá de la noche a la mañana, ni solo por el llamado en abstracto a que ocurra. Para ello, todas las organizaciones que buscan la revolución socialista y que se colocan de frente contra el régimen capitalista, debemos levantar un pliego de exigencias para que la suboficialidad entre en contradicción con sus altos mandos y rompan con esta institución corrupta y manchada de sangre.

En estos tiempos de aislamiento social y cuarentena, es importante que se mantenga la organización barrial, sea en la distribución de alimentos como en la sanitización, pero por sobre todo también debemos impulsar un programa de resguardo desde las mismas poblaciones y territorios, que seamos las familias trabajadoras quienes participemos de la seguridad de nuestros barrios y no dejarles esta tarea a quienes han asesinado a su pueblo.

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