Desde el 16 de Noviembre al 21 de Diciembre, nuestros hermanos de clase, portuarios “eventuales” se movilizaron tras la intransigencia de los empresarios y el gobierno. Esta situación tuvo su origen cuando los puertos públicos fueron entregados en concesión a los privados y se hicieron leyes a la medida de los patrones, creando un régimen laboral que dejó en completa precariedad a los trabajadores portuarios eventuales, sin protección social, previsión, vacaciones, pre y post natal, etc. Como trabajadores, vemos también esto en la entrega de nuestro cobre a la rapiña de empresarios nacionales y extranjeros, con trabajadores de planta y un inmenso porcentaje de mineros subcontratados y explotados en un sector estratégico de la economía nacional como es la minería y los puertos; lo mismo ocurre con la salud, donde la precariedad de los hospitales en recursos humanos y materiales toca fondo, en educación nuestros hijos, profesores y trabajadores del sector ven el desmantelamiento de la educación pública y el financiamiento estatal a la educación privada, el mismo financiamiento dan a las empresas forestales, a las que defienden con balas atacando a nuestros hermanos de clase del pueblo mapuche, no solo con plomo, también con arsénico, cadmio y otros metales pesados, sin miramiento asesinan a nuestro pueblo en Quintero, Puchuncaví, Iquique, Calama y tantos otros lugares. En definitiva, todos son negocios pagados con el sudor de la clase trabajadora por generaciones. ¡¡Pero hemos dicho basta!!

A pesar de los asesinatos perpetrados contra Alex Lemún, Makarena Valdez, Camilo Catrillanca (y 13 peñis más), Rodrigo Cisterna, Juan Pablo Jiménez dirigente eléctrico y Alejandro Castro dirigente pescador, estamos aquí de pie con convicción y rebeldía, enfrentando a los gobiernos empresariales de la concertación, nueva mayoría y alianza por Chile, todos tan corruptos como su policía, he allí a Villalobos y a Hermes Soto, la Operación Huracán y el Comando Jungla sus ejemplos, y seguimos adelante porque “Nos quitaron tanto, que nos quitaron hasta el miedo”.

He allí el valor de la movilización portuaria, para dar la justa pelea por sus demandas, debieron sacarse de encima a los dirigentes amarillos, pasar por arriba de las burocracias sindicales y mantener una moral combativa frente al silencio de la Empresa Portuaria. Desde un principio este movimiento fue apoyado por las organizaciones de Valparaíso y cuando se vieron acosados por la represión policial resistiendo desde los techos del sindicato, los grupos organizados de Valparaíso acudimos en su apoyo, volcándonos a las calles generando dos históricas jornadas de protesta que obligaron al gobierno y a la empresa a sentarse a negociar con los trabajadores.

Cuando aún no se extingue el calor de esta lucha creemos que es necesario realizar la evaluación de este movimiento, pero queda la convicción que hoy se ha dado un gran paso en el ascenso de la clase trabajadora en Valparaíso y que para acabar de una vez y para siempre con todos los males que nos impone la clase empresarial debemos unir a todos los sectores de la clase trabajadora, habrá que pasar por sobre las burocracias, construir una herramienta de lucha, un partido de los trabajadores, con una política de clase, que pueda enfrentar a los partidos de los empresarios y sus gobiernos de turno.

La organización política de nuestra clase se hace más urgente que nunca pues la unidad nacional no sucederá en forma espontanea, necesitamos un gobierno de los trabajadores para cambiar la ley de puertos, para recuperar las tierras usurpadas, para terminar con las AFP, con la corrupción, la contaminación, la miseria y la explotación.

¡¡Todo el apoyo a los trabajadores portuarios!!

¡¡Por el derecho al empleo!! ¡¡Disminución de la jornada laboral sin disminución de sueldos!!

¡¡Por el derecho a un ambiente libre de contaminación!!

¡¡Ni Piñera ni el parlamento solucionarán nuestros problemas!!

¡¡Avanzar a la huelga general¡¡

¡¡Por un gobierno obrero y popular, Viva la clase trabajadora!!

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